El siglo XIX en el Prado. Inauguración Nuevos espacios del Museo del Prado

El siglo XIX en el Prado. Inauguración Nuevos espacios del Museo del Prado


El siglo XIX en el Prado
30 de octubre– 20 de abril
Nuevas salas de exposiciones temporales del Museo del Prado
Comisarios: José Luis Díez y Javier Barón

Con una exposición que otorga por primera vez a su colección del XIX la visibilidad que merece, junto a otras novedades El Museo del Prado presenta su ampliación a punto de inaugurarse.

SSMM los Reyes, acompañados por el presidente del Gobierno, el ministro de Cultura, el presidente de BBVA y otras altas autoridades del Estado, inaugurarán el próximo martes 30 de octubre la anhelada ampliación del Museo del Prado. El acontecimiento estará protagonizado por la exposición antológica dedicada a los maestros de la pintura española del siglo XIX, patrocinada por BBVA, con la que el Museo ha querido celebrar la apertura de sus nuevas salas de exposiciones temporales en un guiño cómplice con los grandes artistas españoles del siglo que le vio nacer como Real Museo de Pinturas y Esculturas.

Además del excepcional conjunto de obras maestras de los Madrazo, Rosales, Sorolla o Fortuny, presentes en la gran muestra inaugural, el Prado ofrecerá otras sorpresas a sus visitantes. En forma también de exposición temporal, “Goya. El toro mariposa. El vuelo, la diversión y la risa” (31 de octubre 2007 – 3 de febrero 2008), el Museo presentará por primera vez al público el magnífico Toro mariposa, un dibujo adquirido el año pasado al que acompañarán otros 27 significativos ejemplos de la extraordinaria producción de obra gráfica del genial aragonés. La muestra de dibujos completará el recorrido por las nuevas salas de exposiciones temporales, ubicadas en las plantas 0 y 1 de la ampliación.

Al margen de las salas concebidas como espacios específicos para la celebración de exposiciones temporales del Museo, otros dos espacios emblemáticos fruto de la ampliación -el recibidor estucado en rojo pompeyano que enlaza el histórico y el nuevo Prado y el antiguo claustro de los Jerónimos, albergado en el interior del edificio de nueva planta situado junto a la Iglesia- contarán con el atractivo añadido de presentarse como nuevas salas de exhibición permanente de la colección de escultura clásica conocida como ‘las Musas de Cristina de Suecia, que recibirá a los visitantes del Museo nada más atravesar la puerta de Velázquez, y la colección de escultura renacentista de los Leoni, que coronará el recorrido de la ampliación en el claustro.

Te invitamos al Prado

Todo ello, además de la colección permanente del Museo (que permanecerá cerrada al público excepcionalmente el martes 30 con motivo de la inauguración), podrá disfrutarse gratuitamente del miércoles 31 de octubre al domingo 4 de noviembre.

Para aquellos que no puedan aprovechar la oportunidad en estos cuatro días y pensando especialmente en los que residen fuera de Madrid, el Prado ha establecido un sistema de reserva de entradas gratuitas que permitirá a quien lo solicite disfrutar del acceso gratuito en cualquier otro momento del mes de noviembre. El sistema estará operativo exclusivamente desde el 29 de octubre hasta el 4 de noviembre (semana inaugural) pudiendo efectuarse reservas a través del teléfono 902 10 70 77 o de la nueva web del Museo www.museodelprado.es.

La iniciativa, bautizada con el eslogan “Te invitamos al Prado”, se propone ofrecer a todos los ciudadanos la oportunidad de celebrar con el Museo la apertura de su ampliación.

El Museo del Prado viste de gala su ampliación devolviendo a la luz pública su excepcional colección del siglo XIX tras un largo período de inaccesibilidad durante el que se ha acometido una profunda revisión de la misma y una completa campaña de restauración que han propiciado no solo la celebración de esta exposición sino también la posibilidad de abordar por primera vez la publicación de un exhaustivo catálogo que reúne las obras maestras de esta colección. Con la simultaneidad de ambos proyectos, exposición y catálogo, el Museo propone al público el redescubrimiento del arte español desde el último cuarto de siglo de vida de Goya hasta la fecha del nacimiento de Picasso, dos grandes nombres de la historia del arte universal entre los que se inscribe todo un siglo en el que tuvo lugar el triunfo de varias generaciones de artistas.

La presentación de El siglo XIX en el Prado en las grandes nuevas salas de exposiciones temporales, con una selección de 95 pinturas y 12 esculturas que resumen la historia del arte español del siglo XIX, de Goya a Sorolla, ha sido la fórmula elegida por el Museo para saldar su deuda con estos grandes maestros a los que hasta ahora no se había otorgado el espacio y visibilidad que merecen.

Recorrido

La muestra se articula en nueve secciones ordenadas cronológicamente y en función de las diferentes corrientes o formas de expresión artística que se sucedieron a lo largo del siglo XIX.

El primer gran ámbito de la exposición (sala 1), se abre con una sección dedicada a Goya y el Neoclasicismo en la que se muestran algunos de los retratos decimonónicos más emblemáticos de Goya, como la Marquesa de Santa Cruz, junto con otras pinturas de los artistas con los que el aragonés convivió de forma natural durante más del primer cuarto de siglo, como Retrato del pintor Francisco de Goya, de Vicente López, o La muerte de Viriato, de José de Madrazo. El recorrido continúa con una sección dedicada a El Romanticismo, que agrupa la obra de los principales exponentes de esta corriente tan popular del XIX español: Leonardo Alenza, Gerardo Pérez Villamil, Eugenio Lucas y Antonio María Esquivel. Tras ellos, Federico de Madrazo y el purismo académico ocupa el tercer apartado de la exposición, dando paso a otra sala dedicada en exclusiva al gran maestro Eduardo Rosales con su famoso lienzo Doña Isabel la Católica dictando su testamento como protagonista.

El siguiente ámbito de la muestra (sala 2) comienza con La pintura de Historia, un espectacular conjunto en el que se incluyen algunas de las pinturas más impresionantes de las colecciones modernas del Museo y en las que se han forjado algunos de los grandes iconos de la cultura contemporánea española para generaciones enteras, como Doña Juana la Loca, de Francisco Pradilla, Los amantes de Teruel, de Antonio Muñoz Degrain, La rendición de Bailén, de José Casado del Alisal, o el Fusilamiento de Torrijos, de Antonio Gisbert.

Tras estos monumentales cuadros, la exposición adquiere un tono más intimista en la última sala (sala 3) que se abre con El paisaje realista protagonizado por Carlos de Haes, dando paso a la pintura y escultura de Fortuny y su círculo. Aquí se puede admirar desde el realismo exquisito y virtuosista de Mariano Fortuny, con obras como Viejo desnudo al sol o Los hijos del pintor en el salón japonés, hasta la pintura cosmopolita de Raimundo de Madrazo o Martín Rico. El penúltimo apartado de la exposición muestra el desarrollo de la pintura decimonónica Del Realismo al fin del siglo, con exponentes como Francisco Domingo Marqués o Ignacio Pinazo. Por último y desembocando en el lenguaje más audaz y moderno de fin de siglo, la muestra concluye con una sección dedicada a Sorolla y Beruete, donde se pueden contemplar lienzos tan universales como ¡Aún dicen que el pescado es caro! o Chicos en la playa.

El nuevo destino de la colección

Seleccionadas con el mismo rigor y exigencia de calidad que las demás obras que forman parte de la colección permanente del Museo, expuesta en el edificio Villanueva, las más de cien obras que conforman la exposición se integrarán en el discurso histórico del Museo a partir de la clausura de la misma, como parte de la otra ampliación del Prado (la que se producirá en su sede tradicional gracias a la liberación de espacio expositivo con el traslado de distintas dependencias y servicios a los nuevos espacios).

A pesar de constituir los fondos más numerosos del Museo y la colección de pintura moderna española más importante del mundo, la colección del siglo XIX del Prado ha sido hasta ahora la más desconocida. El menor conocimiento de esta colección en comparación sobre todo con el resto de colecciones del Museo se debe en gran parte a su presencia tangencial frente al protagonismo de las colecciones históricas, al haberse expuesto tradicionalmente al margen de estas -en el Casón del Buen Retiro- desde su ingreso en el Museo del Prado en 1971, -procedentes del desaparecido Museo de Arte Moderno, hasta 1997, fecha desde la que no se habían vuelto a exponer ya que el Casón fue cerrado para acometer sus obras de reforma y ampliación.

La inmediata integración del siglo XIX junto al resto de la colección permanente del Museo pretende paliar de forma definitiva el menor conocimiento de estos fondos situándolos al mismo nivel de visibilidad que las obras que han dado fama internacional al Prado.

Con esta exposición el Museo del Prado celebra la adquisición el pasado año del dibujo de Goya El toro mariposa

El toro mariposa, realizado por Francisco de Goya en la fase final de su vida en Burdeos (1824-1828), constituye la síntesis de algunos aspectos temáticos y formales presentes en su obra desde la época en que trabajaba en la elaboración de los Caprichos (1794-1799).
En el conjunto de la producción de Goya, merece un lugar destacado la obra sobre papel, en la que al margen de los encargos, pudo expresar con total libertad su peculiar visión del mundo. Los dibujos de sus álbumes y sus series de estampas conforman un universo personal en el que tiene cabida todo aquello que interesaba al artista, desde las vivencias íntimas y cotidianas hasta los grandes sucesos y temas de su tiempo, constituyendo la obra de contenido más directo, crítico y mordaz.
El Museo del Prado conserva un extraordinario conjunto de dibujos y estampas de Goya. Los dibujos de los álbumes fueron desmembrados por el hijo del pintor, Javier Goya, en diferentes lotes, y a su muerte, vendidos por su hijo Mariano. Uno de ellos, formado por 186 dibujos, fue adquirido por Román Garreta, cuñado de Federico de Madrazo, entonces director del Museo del Prado, y vendido en 1866 al efímero Museo de la Trinidad. En 1872, al desaparecer éste, pasaron al Museo del Prado. Los dibujos preparatorios para sus series de estampas también habían pertenecido a Javier, pasando posteriormente a manos de Mariano, y de éste a Valentín Carderera, que debió adquirirlos entre 1854 y 1860, siendo vendidos al Museo del Prado en 1886 en un lote de 284 dibujos por su heredero Mariano Carderera.
Pese a este extraordinario conjunto, el Museo del Prado ha continuado adquiriendo obras suyas con la idea de completar las lagunas existentes o de añadir obras excepcionales. En este sentido las primeras ediciones de las estampas han ingresado en los últimos años a través de compra y donación. Del mismo modo se han adquirido notables dibujos que ayudan a comprender la variedad de la obra de Goya, como El toro mariposa que presentamos en esta exposición.

En El toro mariposa se reconocen referencias a temas recurrentes en la obra de madurez de Goya. Los hombres o animales que tratan de volar; las representaciones taurinas, a veces festivas pero casi siempre dramáticas; y las escenas ridículas que incitan a la risa y que van de lo satírico y lo grotesco.
El toro mariposa pertenece al llamado Álbum G, que junto con el H, fue realizado en Burdeos entre 1824 y 1828. El anciano pintor introduce en ellos una novedad técnica, el lápiz litográfico, olvidándose de las aguadas a tinta que había empleado con anterioridad. Coincide este nuevo recurso con el interés de Goya en estos años hacia la litografía, ya que el uso del graso lápiz litográfico para dibujar le permitió una gran libertad expresiva. Es probable que ambos conjuntos fuesen preparatorios para series de estampas que Goya que no llegó a materializar. La temática es diversa, pero en general representan gentes y animales en la calle, en actitudes muy variadas y casi siempre en situaciones anormales, en las que impera muy frecuentemente lo irracional.
El tono grotesco de El toro mariposa es la nota dominante. Lejos de mostrar una imagen del mundo taurino real, representa una escena absurda en la que introduce el habitual elemento de desasosiego que había caracterizado sus anteriores escenas de toros. Con las patas abiertas de forma inestable, dotado de unas ligeras alas de mariposa y de un anómalo pene, el toro permanece en el aire observado por rostros caricaturescos, provistos también de alas de mariposa, que parecen reírse burlonamente de su ridícula condición.

Secciones de la exposición

Buelan buelan. El vuelo como metáfora de la inestabilidad, la irracionalidad humana y la inconstancia de la Fortuna está presente en numerosas obras de Goya

. En sus primeros dibujos relacionadas con la serie de los Caprichos (1799), están presentes las alas de mariposa. En el Sueño de la mentira y la inconstancia (cat. 2), las alas del insecto en la cabeza de una mujer con doble rostro constituyen una alegoría de la inconstancia, ya que la mariposa que va de flor en flor, de forma inestable, durante una efímera existencia. En un sentido parecido se puede interpretar Volaverunt (cat. 3), el Capricho 61, en el que una mujer, a quien se ha identificado tradicionalmente con la duquesa de Alba, vuela con alas de mariposa en su cabeza sobre un grupo de tres brujas. El título es elocuente, pues la voz latina se usaba para referirse a aquello que se había perdido o había faltado: el sentido, la razón o la constancia. Y en este contexto de lo irracional ha de ser interpretado Buen Viage (cat. 4), donde una bruja vuela inestablemente cargando a sus espaldas seres grotescos del irracional mundo nocturno.

La noche es el escenario del Modo de poder volar los hombres con alas (cat. 5) donde serenamente los hombres voladores se deslizan en silencio sobre un espacio del que no hay referencia alguna, determinando el carácter misterioso de esta estampa de los Disparates, cuyo significado quizá no sea más que la representación de un sueño perenne de la Humanidad. En este mismo sentido se entienden dos dibujos realizados en Burdeos: Dédalo viendo caer a su hijo Ícaro (cat. 6), ejemplo de la imposibilidad humana de materializar los sueños, y El perro volante (cat. 7), donde a modo de fábula se insiste en lo grotesco de esta pretensión voladora. Finalmente el Disparate de toritos (cat. 8) recuerda la inevitable caída de todo aquello que artificialmente sube y su trágico destino.

Dibersión de España. El mundo de los toros será un tema recurrente en la obra de Goya, al que dedicará dos series gráficas de extraordinaria novedad, los aguafuertes de la Tauromaquia y ya durante su exilio en Francia la serie de litografías de los Toros de Burdeos, una de las obras maestras de este género. Si en sus inicios en la corte sus obras taurinas tenían un cierto tono pintoresco, a medida que Goya va adquiriendo madurez, la tauromaquia se va convirtiendo en un medio para expresar pasiones humanas. A comienzos de siglo realizó un dibujo que posteriormente llegó a grabar titulado Dios se lo pague a Uste (cat. 9) en el que ya señaló su concepción del mundo de los toros, a medio camino entre lo lúdico y lo trágico. En este sentido la serie de estampas de la Tauromaquia (1816) constituye una profunda reflexión, a través de la fiesta de los toros, de la violencia y la irracionalidad del ser humano (cat. 10-14). Los toros dibujados y luego grabados para esta serie se asemejan anatómicamente al de El toro mariposa, si bien los primeros muestran toda la potencia, bravura y estabilidad sobre el albero de la plaza de la que adolece el toro alado. Al mismo tiempo es el hombre el que muestra su fragilidad y en ocasiones su irracionalidad, como denotan algunos de los títulos que aluden a la locura del diestro, origen de una tragedia que nada tiene de festiva.
La ilimitada capacidad de Goya para continuar aprendiendo y experimentando, pese a sus 80 años, se pone de manifiesto en los Toros de Burdeos, cuatro estampas realizadas en 1825 con el novedoso procedimiento de la litografía, que permitía a Goya dibujar con espontaneidad sobre la piedra. Creadas cuando «ni vista ni pluma ni tintero todo me falta y sólo la voluntad me sobra», constituyen una de las obras más importantes de esta última etapa de su vida donde su libertad técnica y formal puso una vez más de manifiesto su visión crítica de esta Dibersión de España (cat. 15).
Materia para el ridículo. Como menciona el anuncio de venta de los Caprichos (1799) así como la primera estampa de la serie, aquella en la que aparece el pintor representado «de gesto satírico», la colección es ante todo una sátira concebida como medio para combatir los vicios de los hombres, y los absurdos de la conducta humana. “Persuadido el autor de que la censura de los errores y vicios humanos (aunque parece peculiar de la eloqüencia y la poesía) puede también ser objeto de la pintura: ha escogido como asuntos proporcionados para su obra, entre la multitud de extravagancias y desaciertos que son comunes en toda sociedad civil, y entre las preocupaciones y embustes vulgares, autorizados por la costumbre, la ignorancia o el interés, aquellos que ha creído más aptos a suministrar materia para el ridículo, y ejercitar al mismo tiempo la fantasía del artífice”. A través de este análisis satírico de la sociedad, Goya buscó en cierta medida provocar la risa del lector o del espectador del mismo modo que muchos de los protagonistas de sus obras generan con su comportamiento la risa de los que les rodean. Una risa que no es solo humorística sino que conlleva aspectos de desaprobación y desprecio del comportamiento inadaptado, caduco e irracional. Así podemos apreciarlo en los dibujos preparatorios para diversos caprichos de indudable tono satírico, en los que resulta evidente el ridículo del comportamiento humano y la risa que generan: Porque esconderlos? (cat. 16), Hasta la muerte (cat. 17), Brabisimo (cat. 18) y La moda al revés (cat. 19).
Si en los Caprichos lo satírico y la risa que provoca conllevan un afán corrector de los vicios representados, tras la Guerra de la Independencia (1808-1814) la obra de Goya desemboca en lo grotesco, donde la materia para el ridículo y la risa ya no tienen una intención moralizante. Es más, ni tan siquiera es posible en ocasiones entender el sujeto de la burla. Ya los dibujos del Álbum C, elaborados seguramente durante los años de la guerra, confieren un carácter misterioso y onírico a sus protagonistas. Tal es el caso de 3ª en la misma (cat. 20) representación de un personaje grotesco que induce a la risa por su desfasada indumentaria y ridícula postura, propia de una pesadilla. En Dure la alegría (cat. 21) los personajes sentados a la mesa ríen, pero no sabemos de qué.
A partir de este momento, la modernidad entra de lleno en la obra de Goya. Los Disparates (cat. 22-23) y sus dibujos de Burdeos (cat. 24-27) van a mostrar la realidad vivida por Goya y expresada mediante alegorías; una realidad que abarca los aspectos sociales, políticos y personales, en las que están representados hechos o dichos fuera de razón y propósito. Muy relacionados con la estética de lo sublime y lo terrible, las obras de su última época, a la que pertenece El toro mariposa, muestran escenas amenazantes, crueles y violentas, pero también aparentemente divertidas y festivas en las que surge la risa acorde con el planteamiento de que lo terrorífico produce un placer enervante.
¿Por qué nos atraen y fascinan estas imágenes si no las llegamos a entender? Nos atraen porque llegan directamente a nuestra sensibilidad más que a nuestro intelecto. Olvidamos la razón sin poder descubrir la trama de las mismas. Nos identificamos emocionalmente con los rostros, las miradas, las actitudes, la atmósfera onírica, la cercanía o el tamaño de las figuras. Nos atraen y no sabemos por qué.

Relación de obras

1. El toro mariposa / Fiesta en el ayre / Buelan buelan
1824-1828
Dibujo del Álbum G de Burdeos, nº 53
Lápiz negro y lápiz litográfico
194 x 150 mm
D-6511

Buelan buelan

2. Sueño de la mentira y la ynconstancia
1795-1796
Sueño 14. Dibujo preparatorio para una estampa no incluida en los Caprichos
Tinta de bugallas a pluma y aguada de tinta china o de lápiz negro
237 x 166 mm
D-3916

3. Volaverunt
1799
Capricho 61. Estampa de la 1ª edición de 1799
Aguafuerte, aguatinta y punta seca
215 x 150 mm
G-673

4. Buen Viage
1797-1798
Dibujo preparatorio para el Capricho 64.
Sanguina
207 x 148 mm.
D-4365

5. Modo de poder volar los hombres con alas
1816-1819
Disparate 13. Estampa de la 1ª edición póstuma de la Real Academia de Bellas Artes de 1864
Aguafuerte, aguatinta y punta seca.
245 x 360 mm
G-749

6. [Dédalo viendo caer a su hijo Ícaro]
1824-1828
Álbum Dibujo del Álbum H de Burdeos, nº 53
Lápiz negro y lápiz litográfico
191 x 148 mm
D-4132

7. El perro volante
1824-1828
Dibujo del Álbum G de Burdeos, nº 5
Lápiz negro y lápiz litográfico
190 x 150 mm
D-4131

8. Disparate de toritos / Lluvia de toros
1816-1819
Estampa de los Disparates adicionales, de la edición postuma de L’Art. Revue hebdomadaire illustrée. París-Londres: A. Bellue, 1877.
Aguafuerte, aguatinta y punta seca.
245 x 356 mm
G-568

Diversión de España

9. Dios se lo pague a Uste
1800-1804
Sanguina
172 x 195 mm
D-4248

10. Otra locura suya en la misma plaza
1815-1816
Dibujo preparatorio para la Tauromaquia 19
Sanguina
187 x 314 mm.
D-4305.

11. Ligereza y atrevimiento de Juanito Apiñani en la de Madrid
1815-1816
Dibujo preparatorio para la Tauromaquia 20
Sanguina
183 x 277 mm
D-4307.

12. Mariano Ceballos, alias el Indio, mata el toro desde su caballo
1815-1816
Dibujo preparatorio para la Tauromaquia 23
Sanguina
184 x 316 mm
D-4310

13. El mismo Ceballos montado sobre otro toro quiebra rejones en la plaza de Madrid
1815-1816
Dibujo preparatorio para la Tauromaquia 24
Sanguina
198 x 281 mm.
D-4311

14. Caida de un picador de su caballo debajo del toro
1815-1816
Dibujo preparatorio para la Tauromaquia 26
Sanguina
180 x 272 mm.
D- 4313

15. Diversión de España
1825
Litografía de los Toros de Burdeos.
Lápiz litográfico y rascador.
302 x 415 mm
Colección Plácido Arango, Madrid

Materia para el ridículo

16. Porque esconderlos?
1797-1798
Dibujo preparatorio para el Capricho 30.
Sanguina
201 x 142 mm
En el reverso, a sanguina, Tres rostros satíricos
D-4371

17. Hasta la muerte
1797-1798
Dibujo preparatorio para el Capricho 55.
Lápiz negro y sanguina
199 x 140 mm.
D-3938

18. Brabisimo
1797-1798
Dibujo preparatorio para el Capricho 38.
Sanguina
200 x 141 mm
D-4216

19. [La moda al revés]
1797-1798
Dibujo preparatorio para un Capricho no grabado
Sanguina
204 x 145 mm
D-3940

20. 3ª en la misma
1808-1814
Dibujo del Álbum C, nº 41
Pincel y aguada, tinta gris y negra
205 x 141 mm
D-4012

21. Dure la alegría
1808-1814
Dibujo del Álbum C, nº 116
Pincel y aguada, tinta gris y parda
203 x 142 mm
D-4012

22. [La burla / La lealtad]
1816-1819
Dibujo preparatorio para el Disparate 17
Aguada roja y trazos de sanguina.
220 x 322 mm
D-4285

23. [Gigantón con castañuelas / Bobalicón]
1816-1819
Dibujo preparatorio para el Disparate 4
Aguada roja y trazos de sanguina.
242 x 325 mm
D-4276

24. [Fantasma con castañuelas]
1824-1828
Dibujo del Álbum H de Burdeos, nº 41
Lápiz negro y lápiz litográfico
191 x 150 mm
D-4123

25. [Riña a muerte entre dos hombres gruesos]
1824-1828
Dibujo del Álbum H de Burdeos, nº 38
Lápiz negro y lápiz litográfico
190 x 154 mm
D-4136

26. Borrico qe. anda en dos pies
1824-1828
Dibujo del Álbum G de Burdeos, nº 20
Lápiz negro y lápiz litográfico
191 x 147 mm
D-4114

27. Animal de letras
1824-1828
Dibujo del Álbum G de Burdeos, nº 4
Lápiz negro y lápiz litográfico
191 x 150 mm
D-4135

28. Viejo columpiándose
1826-1828
Aguafuerte y aguatinta bruñida o aguada
289 x 203 mm
Edición de Philip Hofer Books, 1971.
G-5105

Las musas y los Leoni
Nuevas salas dedicadas a la colección permanente Sala de las musas y Claustro de los Jerónimos

Las musas de Cristina de Suecia

Ubicadas en altos pedestales parecidos a fustes de columnas clásicas, las Musas dan la bienvenida al visitante del Museo del Prado. Con esta selección de estatuas antiguas se subraya que el Museo es también una colección de escultura clásica, y se vuelve a recuperar el espacio basilical para obras en mármol tal y cómo lo fue durante las primeras décadas de la historia de la institución.

Las ocho estatuas de mármol fueron halladas hacia 1500 en la Villa Adriana de Tívoli, donde decoraron el escenario del Teatro de la Academia ó Odeón. Su realización, a finales del reinado de Adriano (hacia 130 d. C.), se debe a dos talleres romanos que reprodujeron modelos griegos del siglo II a. C. Hacia 1670 fueron adquiridas por la reina Cristina de Suecia (1626-1689) y expuestas en su palacio romano. Compradas por Felipe V llegaron en 1725 al palacio de La Granja de San Ildefonso.

Las Musas fueron restauradas por Ercole Ferrata (1610-1686), recibiendo nuevos atributos y cabezas según la identificación que se le daba en aquel momento. Sólo Terpsícore (E-41) fue identificada correctamente. La musa que lleva el retrato de Cristina de Suecia (E-38) fue convertida en Melpómene siendo, sin embargo, Talía, la musa de la comedia, como indica la máscara cómica; Calíope fue restaurada sin razón especial como Urania (E-62).

Las musas eran hijas de Zeus y de la Memoria (Mnemosine) y originalmente solían cantar juntas con bella voz a los dioses en el Olimpo o proporcionar inspiración divina a los poetas y a las sibilas. Sólo a partir del siglo II a. C. se empieza a relacionar cada una de las musas con un arte específico. Tenían su culto en el Museion de la famosa Biblioteca de Alejandría; de allí el término moderno de Museo.

Las esculturas de los Leoni

El claustro alberga las esculturas de mármol y bronce obra de los artistas italianos Leone Leoni (h. 1509-1590) y su hijo Pompeo (h. 1530-1608), pertenecientes a la colección del Prado. Todas ellas son retratos de miembros de la familia del Emperador Carlos V: su esposa, su hermana y su hijo Felipe II. Pocos lugares se pueden considerar más idóneos que este para la presentación de estas importantes estatuas renacentistas: el austero fondo de una arquitectura real en granito resalta el carácter monumental de las figuras, mientras que la abundante luz natural pone en valor sus extraordinarias calidades técnicas.

Leone nació en Arezzo y comenzó a trabajar como medallista, adquiriendo el patrocinio del Príncipe Andrea Doria y del Cardenal Granvelle, y con el tiempo del propio emperador, visitando las cortes de Bruselas y de Augsburgo. Estableció su taller en Milán, lugar de nacimiento de su hijo, con el que colaboraba estrechamente. Leone no visitó nunca España, pero Pompeo se instaló aquí en 1556 y contrajo matrimonio con una española, trabajando extensamente para la corona y para la aristocracia. Se especializó en medallas, retratos de bronce y mármol y monumentos funerarios. Como se puede apreciar a través de las obras expuestas, los Leoni eran artistas de extraordinario virtuosismo, especialmente en el vaciado de bronce. El encargo más importante que recibieron fueron los elementos de bronce destinados al retablo de El Escorial, que realizaron en Milán entre 1580 y 1590 con la ayuda de otros escultores: el tabernáculo, los santos y el crucifijo. En la década de 1590, Pompeo realizó las efigies orantes de Carlos V y de Felipe II y de miembros de su familia arrodillados ante el altar. Era coleccionista de obras de arte y poseía un importante grupo de manuscritos y de dibujos de Leonardo da Vinci. Tras su fallecimiento acaecido en Madrid algunos de los cuadros de su colección ingresaron en la colección real y luego en el Prado.

El claustro de los Jerónimos

Este claustro formaba parte del Monasterio de San Jerónimo el Real, una institución religiosa creada en 1464 pero establecida en este paraje en 1503 por los Reyes Católicos. Felipe II anexionó un apartamento real al Monasterio que, posteriormente, quedó integrado en el Palacio del Buen Retiro, el floreciente complejo palaciego construido por el Rey Felipe IV en la década de 1630. La iglesia ha sobrevivido tras numerosas reformas y ha sido el escenario de muchas ceremonias reales hasta nuestros tiempos.

El actual claustro, del que solamente se conservan las fachadas interiores, vino a sustituir al que había anteriormente, y fue diseñado por el arquitecto Fray Lorenzo de San Nicolás (1593-1679), un fraile agustino autor de tratados arquitectónicos de gran resonancia. Su construcción se inició en 1672 y fue terminada diez años más tarde. Realizado en granito madrileño, en un estilo clásico austero que denota una fuerte influencia de la arquitectura de El Escorial, está decorado con los escudos reales y con los emblemas de los jerónimos. Fue declarado Monumento Nacional en 1925, tras haber sufrido numerosos daños durante la guerra peninsular y estar a punto de demolición en 1857. Cuando, en el año 2000, el Ministerio de Cultura encargó al arquitecto Rafael Moneo la construcción de la ampliación del Prado, los casi tres mil bloques de piedra que constituyen el claustro fueron desmantelados, restaurados y montados de nuevo. El Claustro de los Jerónimos, una de las relativamente pocas construcciones del Madrid del siglo XVII que han llegado hasta nosotros, constituye en la actualidad el núcleo central de la ampliación del Museo.

Relación de obras

Sala de las musas

Calíope
Musa de la Épica
E-40
Erato
Musa de la Lírica Coral
E-61

Euterpe
Musa de la Música de flauta
E-37

Terpsícore
Musa de la Lírica y Danza
E-41

Melpomene
Musa de la Tragedia
E-38

Clío
Musa de la Historiografía
E-68

Polimnia
Musa de la Pantomima y Geometría
E- 69

Urania
Musa de la Astronomía
E- 62

Claustro

LEONE (1509 – 1590) y POMPEO LEONI (h. 1530 – 1608)
La emperatriz Isabel
Hacia 1555. Mármol.
Cat. E-269

LEONE (1509 – 1590) y POMPEO LEONI (h. 1530 – 1608)
La emperatriz Isabel
Bronce. Firmado y fechado 1564. Inscripción: DIVA ISABELLA AUGUSTA CAROLI V IMPERATORIS [Divina Augusta Isabel, (esposa) del emperador Carlos V].
Cat. E-274

POMPEO LEONI (h. 1530 – 1608)
La emperatriz Isabel
Mármol. Firmado y fechado 1572. Inscripción: DIVA ISABELLA AUGUSTA CAROLI V IMPERATORIS [Divina Augusta Isabel, (esposa) del emperador Carlos V].
Cat. E–260

LEONE (1509 – 1590) y POMPEO LEONI (h. 1530 – 1608)
El emperador Carlos V
Hacia 1555. Mármol.
Cat. E-291

LEONE (1509 – 1590) y POMPEO LEONI (h. 1530 – 1608)
El emperador Carlos V
Hacia 1553. Mármol. Inscripción: IMP CAES CAROLUS V AUG [Emperador César Augusto Carlos V]
Cat. E-267

LEONE (1509 – 1590) y POMPEO LEONI (h. 1530 – 1608)
El emperador Carlos V
Hacia 1555. Bronce. Firmado. Inscripción: IMP CAES CAROLUS V AUG [Emperador César Augusto Carlos V]
Cat. E-271

LEONE (1509 – 1590) y POMPEO LEONI (h. 1530 – 1608)
Rey Felipe II
Bronce. Firmado y fechado 1564. Inscripción: PHILIPPUS ANGLIAE REX CAROLI V F [Felipe, rey de Inglaterra, hijo de Carlos V]
Cat. E-272

POMPEO LEONI (h. 1530 – 1608), atribuido a
Rey Felipe II
Hacia 1560. Alabastro.
Cat. E-275

LEONE (1509 – 1590) y POMPEO LEONI (h. 1530 – 1608)
Doña María de Hungría
Bronce. Firmado y fechado 1564. Inscripción: MARIA AUSTRIA REGINA LVDOVICI VNGARIAE REGIS [Reina Maria de Austria, (esposa) del rey Luís de Hungría]
Cat. E-263

Actividades especiales

El Área de Educación del Museo ha organizado un amplio programa de actividades vinculadas a la exposición con el fin de enriquecer la visita de todo tipo de público y ampliar el conocimiento de la creación artística en el siglo XIX.

Visitas didácticas a la exposición
Martes y jueves a las 11.00 h.
miércoles y viernes a las 17.00 h.
(a partir del 13 de noviembre)
Máximo 20 personas por grupo

Inscripción previa 30 minutos antes del comienzo de la actividad en el punto de encuentro del Área de Educación, situado en el vestíbulo del Edificio Jerónimos.
Esta actividad se celebrará los días programados, salvo el 6, 7 y 8 de diciembre, del 25 de diciembre al 7 de enero (Navidad), y del 18 al 24 de marzo (Semana Santa).

Conferencias
El programa de Conferencias de Otoño-Invierno dedica una especial atención a la exposición El siglo XIX en el Prado y a las diferentes colecciones de pintura española del siglo XIX que existen en nuestro país.
El programa completo, con calendario y horario, puede consultarse en la Web del Museo.

Auditorio
Acceso libre y gratuito hasta completar aforo.

Conciertos
El ciclo de tres conciertos organizados con motivo de la exposición será interpretado por la mezzosoprano Elena Gragera y el pianista Antón Cardó, y tiene el propósito de enriquecer los contenidos de la muestra desde un punto de vista musical.
16 noviembre: Música y pintura en el siglo XIX español
14 diciembre: El Romanticismo
18 de enero: L’Esprit du siècle. Temática española en el Romanticismo francés
Auditorio. 19.00 h.
Entrada: 10 €

Ciclo de cine
Dentro de las actividades culturales que se desarrollan en paralelo a la exposición, el Museo programa por primera vez un ciclo de cine. Coordinado por José Julián Bakedano, Subdirector del Museo de Bellas Artes de Bilbao, ha sido organizado con el doble propósito de dar una visión del siglo XIX español a través del séptimo arte y de presentar algunas películas dedicadas a los mitos históricos que protagonizaron parte de la creación pictórica decimonónica.

A lo largo de la muestra, un sábado de cada mes habrá una sesión en el nuevo auditorio, a las 19.00 h. Entrada: 3 €
El programa completo puede consultarse en www.museodelprado.es

Teatro en el pradoLa pintura a escena
Con este título se representará mensualmente en el nuevo auditorio una pieza teatral basada en una selección de textos del siglo XIX relacionados con las obras expuestas en la muestra, con el deseo de ampliar el panorama cultural y artístico que esta exposición ofrece al visitante.

Auditorio.
Viernes, 19.00 h.
El calendario de representaciones puede consultarse en la Web del Museo.
Entrada: 10 €

Taller de lectura
Esta actividad pretende profundizar en el rico panorama literario del siglo XIX y analizar sus vínculos con la creación pictórica. Dirigida por Joaquín Álvarez Barrientos, Científico Titular del Instituto de la Lengua (CSIC), consiste en la lectura de seis libros y su posterior análisis en sesiones especiales que se desarrollan en el ámbito de la propia exposición, delante de los cuadros.

Lunes, 19.00 h. a museo cerrado, a partir del 26 de noviembre.
Matrícula: 150 €
El programa del Taller, con la relación de libros que se leerán y comentarán puede consultarse en la Web del Museo.
Inscripción previa a través del teléfono 91 330 28 83.

El Prado Joven
Los jóvenes de 15 a 25 años podrán visitar gratuitamente a museo cerrado, los últimos viernes de cada mes, esta exposición, donde jóvenes licenciados en Historia del Arte les explicarán los contenidos de la muestra y responderán a sus preguntas.
Viernes, de 20.30 a 22.30 h.
Entrada por la Puerta de los Jerónimos.
El calendario de visitas programadas puede consultarse en la Web del Museo.

¿Quedamos en el prado? ¡ARRIBA EL TELÓN!
Visita-taller para adolescentes con edades comprendidas entre los 14 y los 17 años. En el siglo XIX el teatro era uno de los entretenimientos preferidos de los españoles… El Área de Educación retoma el gusto por este arte y ofrece un recorrido por los principales temas teatrales relacionándolos con algunas pinturas del siglo XIX.
Sábados: 16.00 h.

A partir de noviembre, con inscripción previa en el teléfono 91 330 29 76.
Ciclos de 3 sesiones. Matrícula: 24 €

El Prado en familia. RECUPERANDO LO ESCONDIDO
En el siglo XIX existían en España muchos pintores que, con sus obras, nos contaban historias muy interesantes sobre cómo vivía la gente de esa época, a qué se dedicaban o de qué manera se divertían… El Área de Educación propone un paseo por el siglo XIX español, recuperando algunas de estas historias que hasta ahora estaban escondidas.
Actividad para familias con niños con edades comprendidas entre 6 – 9 y 10 – 13 años.
Sábados: 11.00 h.

A partir de noviembre, con inscripción previa en los teléfonos 91 330 29 76 / 28 83
Precio: 5 € grupo familiar.

Conferencias en el aula
Dentro del programa EL PRADO EN EL AULA, el Área de Educación ofrece conferencias para estudiantes de Bachillerato impartidas en los centros educativos, en las que se explica diversos aspectos de la historia y el arte del siglo XIX a través d elas colecciones del Prado.

Actividad gratuita. Inscripción, a través de los centros educativos, descargando el Boletín de Inscripción en la Web del Museo
Más información en el teléfono 91 330 29 84 / 29 76

Actividades para profesores
Destinadas a la formación de la comunidad docente, tienen como principal objetivo proporcionar al profesorado métodos y contenidos para facilitar su trabajo con las colecciones del Museo.

Visitas especiales
Los lunes a museo cerrado, de 18.30 a 20.00 h, tienen lugar unas visitas gratuitas para profesores a esta exposición, cuyos contenidos serán explicados por un miembro del Área de Educación.
Grupos reducidos. Inscripción, por riguroso orden de petición, descargando el Boletín de Inscripción en la Web del Museo, donde también puede consultarse el calendario de visitas programadas.

Cursos de formación
Cursos presenciales, con una duración de 25 horas, centrados en los contenidos de la exposición y reconocidos con 2,5 créditos por el Ministerio de Educación y Ciencia.
Matrícula: 30 €
Inscripción, por riguroso orden de petición, descargando el Boletín de Inscripción en la Web del Museo, donde también puede consultarse las fechas previstas para la celebración de los cursos.

El Prado fuera del Prado
Este programa tiene como objetivo explicar en centros culturales e instituciones de carácter social las colecciones y las exposiciones temporales del Prado, con el fin de favorecer el conocimiento y disfrute de las mismas, y facilitar la posterior visita individual de los participantes en esta actividad.
De noviembre de 2007 a abril de 2008 el programa estará dedicado a esta exposición y se desarrollará en Madrid y provincias limítrofes.
Más información en el teléfono 91 330 28 82.

La información detallada de todas estas actividades y el calendario correspondiente pueden consultarse en www.museodelprado.es

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