Una exposición obscena, ofensiva y… censurada

Una exposición obscena, ofensiva y... censurada

(PD).-Los artistas a los que este Gobierno protege con mimo van a por todas. Canon, ley del Cine y lo que haga falta. A los islamistas no hay quien les tosa como se demostró con las caricaturas de Mahoma pero si usted sodomiza a Juan Pablo II en un collage o mete a Jesucristo en unos calzoncillos la izquierda y los nacionalistas le organizan una exposición a golpe de presupuesto. Lo importante es cachondearse de los iconos del catolicismo.

Una exposición obscena del artista y pianista Carles Santos. Cinco series de fotografías, la mayoría en blanco y negro, en las que reflejaba desde su perspectiva siempre transgresora y medio surreal la relación entre sexo, religión y escatología. ¿La noticia? Que el Institut d’Estudis Ilerdencs (IEI) retiró una serie de fotografías porque «podían herir la sensibilidad». La explicación del censor, Joan Busqueta, es de traca: «No es censura, le pedimos que retirara las fotos y él aceptó». Pero el tema de la censura, repudiable, es menor comparado con el contenido ofensivo de las fotografías.

¿Qué habría pasado si en lugar de Cristo hubiera sido Mahoma? Cuando se trata de no herir sensibilidades de la alianza de civilizaciones, se permite carta libre para la censura. Ni caricaturas ni nada. Pero de los católicos se puede mofar cualquier artista subvencionado con dinero público (de los católicos) bajo la férula de la SGAE. A juzgar por las exposiciones que se pudieron ver últimamente, se trata de erradicar toda la influencia de la Iglesia Católica, no ya de la vida pública sino de la esfera individual de las personas.

«No he suspendido la exposición porque ésta era una instalación pensada para este lugar y al quitarla se destruye la obra», indicó Santos, que de todas formas decidió no asistir a la inauguración en señal de protesta. En su opinión, es absurdo que se hayan retirado estas fotografías -algunas de las cuales se habían expuesto en la exposición Visca el piano de la Fundación Miró y en otras ciudades- y en cambio se ha mantenido la instalación «que es mucho más impactante». «Demuestra que los censores, además, son malos espectadores». Un esperpento.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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