Tristán e Isolda, el amor y la muerte, por J.C.Deus

Sin duda hay versiones más genuinamente alemanas del gran manifiesto musical y vital de Richard Wagner. Pero en nuestras latitudes era aún hoy todo un desafío, y el desafío de Tristán und Isolde en el Teatro Real se está saldando con sobresaliente.

La música en la batuta de Jesús López Cobos está a la altura de las circunstancias, comedida, lo que siempre es mejor que ampulosa. Está considerado como el mejor español en el repertorio alemán, y trabaja con entrega y modestia, lo que siempre produce resultados positivos. Los grandes momentos son grandes, los silencios son atronadores, y el solo de corno inglés del tercer acto, todo una experiencia para los que estamos aprendiendo.

La escenografía en la propuesta de Lluis Pasqual es notable, y podía haber sido sobresaliente con un mejor planteamiento en el tercer acto, sin el estorbo de varias camas en el escenario. Sensacionales mares, sensacionales cielos, sensacional jardín, interesante solución para el navío. Personalmente, qué quieren que les diga, me hubiera gustado más espectáculo, la presencia del coro en uno de sus habituales y fabulosos despliegues en escena, quizás un barco con su tripulación, quizás Isolde a popa y Tristán a proa, velamen desplegado, timonel, marineros. Se ha preferido el minimalismo, bien está. La cama en medio del jardín en el segundo acto resulta llevadera, pero el castillo-dispensario donde morirán los héroes es ya una peor fórmula, donde el vestuario no ayuda y sólo nos salvan los enormes visillos ondeantes.

Hablemos de lo más importante, de las voces humanas que encarnan una de las más ambiciosas combinaciones operísticas de poesía y música. Papeles tan difíciles que sólo conseguir interpretarlos es ya ocupar un lugar bien, bien alto. Los dos Tristán llegaban rodeados de expectativas que en nuestro caso no resultaran del todo satisfechas. Nos gustó más West que Smith, y ambos nos hicieron añorar la presencia arrolladora de Plácido Domingo, que había hecho aquí Parsifal hace unos años precisamente junto a Smith. Los dos tienen un currículo impresionante y están considerados a la mayor altura para el papel. Pero no nos emocionaron.

Cosa que sí consiguen absolutamente las dos Isolde, Meier y Charbonnet, y cuando decimos las dos, queremos decir que no sentimos escuchando a ambas sopranos la gran diferencia que se otorga a la primera sobre la segunda. Sí que hay más dominio, pero ambas hicieron una maravillosa interpretación en todos los sentidos.

A la altura de los protagonistas, aunque reconociendo la menor dificultad, impresiona el bajo René Pape interpretando a un rey Marke quizás poco enfadado, así como los barítonos Alan Titus en el fiel Kurwenal y Marco-Buhrmester en el traidor Melot, y las ‘mezzo’ Fujimura y Zhidkova, una japones y una rusa en el complicado papel de Brangäne, en el que Wagner encarnó sus esotéricas creencias: la que convierte la muerte en amor, la que presiente los peligros y detecta las envidias mortales, la que sobevivirá a la tragedia.

Antes de que se me olvide, hay que pedir al Teatro Real que los textos electrónicos de la traducción sean más cuidados, para que no resulten en parte ininteligibles como en este Trstán und Isolde donde son tan importantes. Hace tiempo que observamos deficiencias, pero cuando llega uno al segundo acto de esta ópera, considerado como uno de los más excelsos poemas de amor de la historia de la música, la deficiencia se nota demasiado. Después de la traducción, tiene que existir la adaptación, el difícil toque maestro entre lo textual y lo adecuado, matizado por un comunicador. Y si no, se busca la mejor traducción existente y se pagan los derechos.

Comprender lo que los otros callan y callar lo que no comprenden: es el más intrincado de los conceptos que Richard Wagner escribió para esta obra. Con él en la cabeza pueden hacerse infinitas audiciones de su obra. Ahora no me extraña Beyruth y que el ‘wagnerismo’ sea aún una pócima tan potente como la que Brangäne proporciona a los enamorados aún presos en el laberinto de las incomprensiones y los malentendidos, para mitigar y divinizar su paso por la vida, su travesía hacia la muerte.

ROBERT DEAN SMITH, TRISTAN

Nació en Kansas, Estados Unidos. Estudió en la Universidad Estatal de Pittsburgh (Kansas) con Margaret Thuenemann y más tarde en la Julliard School en Nueva York con Daniele Ferro. Inició su carrera como barítono, cuerda en la que desarrolló una intensa actividad en muchos teatros operísticos de Alemania. Estudios de perfeccionamiento con la profesora Janice Harper le permitieron abordar papeles de tenor dramático. Después de su sonado debut en el Festival de Bayreuth, en 1997, como Walther en Die Meistersinger von Nürnberg, cita a la que volvió en el papel titular de Lohengrin y como Siegmund (Die Walküre), ha cantado los papeles principales de tenor en las salas de concierto y los recintos operísticos más importantes del mundo, como la Ópera Estatal de Viena (Tristan und Isolde, Manon Lescaut, Die Meistersinger von Nürnberg), La Scala de Milán (Fidelio, Lohengrin), el Covent Garden de Londres (Kat’a Kabanová, Die Meistersinger von Nürnberg, Lohengrin) o la Ópera Estatal Bávara (Der Freischütz, Tosca, Die Meistersinger von Nürnberg, La dama de picas, Manon Lescaut, Fidelio), dirigido por maestros como Thielemann, Pappano, Muti, Barenboim, Boulez y Haitink, entre otros. En el Teatro Real cantó en Parsifal y Die Frau ohne Schatten.

JON FREDRIC WEST, TRISTAN

Este tenor dramático nació en Dayton, Ohio (Estados Unidos), donde inició su formación musical, que prosiguió en la Julliard School of Music. Su carrera artística ostenta actuaciones en teatros de primera línea a ambos lados del Atlántico, como las Óperas de Stuttgart, de Chicago, la Estatal de Baviera (Múnich) y Roma, por mencionar algunos. Debutó en el Covent Garden interpretando Tristan (Tristan und Isolde), en La Scala de Milán cantó el papel del Emperador (Die Frau ohne Schatten) y ha actuado en la Ópera Estatal de Viena (Tannhäuser) y en el Metropolitan neoyorkino (Il tabarro). Su repertorio es muy extenso, incluyendo además de los papeles ya citados, Florestan (de Fidelio), Don José (Carmen) , Samson (Samson et Dalila), Otello (de la ópera homónima de Verdi), Siegmund (Die Walküre), Siegfried en la ópera del mismo título, Bacchus (Ariadne auf Naxos), Apollo (Daphne) y Ulisse (Il ritorno d’Ulisse in patria), entre muchos otros . Ha actuado bajo la dirección de batutas como las de Seiji Ozawa, Riccardo Chailly, Claudio Abbado, Georges Prêtre, Colin Davis, Wolfgang Sawallisch y Lorin Maazel, por citar sólo algunos. Ha interpretado el papel de Tristan en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, en el Prinzregententheater de Múnich, en el Festival de Salzburgo, en la Ópera de Chicago y más recientemente en la Ópera de Oviedo. En el Teatro Real ha cantado en Tannhäuser.

RENÉ PAPE, EL REY MARKE

Este bajo nació en Dresde, donde realizó su formación musical. Fue miembro del Coro Kreuz (1974-1981), y aún siendo estudiante, en 1988, debutó en la Staatsoper Unter den Linden de Berlín, a cuyo elenco estable pertenece desde entonces. Allí ha interpretado los papeles principales para su cuerda, como Ramphis (Aida), Sarastro (Die Zauberflöte), Rocco (Fidelio), Gurnemanz (Parsifal) o Philip II (Don Carlos). En 1991 cantó en La Scala de Milán, bajo la dirección de Georg Solti, Die Zauberflöte. En 1994 debutó en el Festival de Bayreuth como Fasolt (Das Rheingold) bajo la dirección de James Levine. Invitado con regularidad a la Ópera Estatal de Viena, Metropolitan de Nueva York, Covent Garden de Londres, Óperas de París y Chicago y a los Festivales de Salzburgo, Glyndebourne, San Petersburgo y Orange, entre otros, para cantar Sarastro(Die Zauberflöte), Gurnemanz (Parsifal), el Rey Marke (Tristan und Isolde), Figaro (Le nozze di Figaro) Leporello y Don Giovanni (ambos personajes de Don Giovanni), con directores de gran prestigio como, entre otros, Abbado, Barenboim, Gergiev, Levine, Maazel, Mehta y Thielemann. Las salas de conciertos de todo el mundo también han sido parte de su carrera, colaborando con los maestros Bychkov, C. Davis, Masur o Sawallisch. En el Teatro Real ha cantado Tristan und Isolde, Don Giovanni, Die Meistersinger, Fidelio y el Requiem alemán de Brahms, todo bajo la batuta de Barenboim.

WALTRAUD MEIER, ISOLDE

Esta mezzosoprano nació en Würzburg (Alemania). Realizó sus estudios musicales en su ciudad natal, donde hizo su debut en la ópera local como Lola (Cavalleria rusticana) en 1976. Incorporada a las casas de ópera de Mannheim (1976-78), Dortmund (1980-83), Hannover (1983- 84) y Stuttgart (1985-88), pudo cantar infinidad de papeles para su cuerda. Su debut internacional fue en el Colón de Buenos Aires, en 1980, como Fricka (Die Walküre), pero fue después de su presentación en el Festival de Bayreuth (1983), como Kundry (Parsifal), cuando se consolidó como cantante wagneriana, siendo invitada con regularidad a cantar en el Covent Garden londinense, el Met neoyorkino, la Ópera de París, de Múnich, Viena y Berlín, por citar sólo algunas. En 1993 cantó su primer papel como soprano dramática, Isolde (Tristan und Isolde), con estupenda acogida de público y crítica. Volvió al Festival de Bayreuth interpretando el papel de Sigliende (Die Walküre), en el año 2000, al lado de Plácido Domingo y dirigida por Sinopoli. Aplaudida como Ortrud, Fricka, Isolde, Venus y Sigliende, es sin duda una de las más grandes cantantes wagnerianas de todos los tiempos. También aclamada en el repertorio italiano y francés, conquistó a la audiencia de La Scala milanesa como Santuzza, dirigida por Riccardo Muti, y ha abordado papeles como Amneris (Aida), Eboli (Don Carlo) o Carmen (de la ópera homónima de Bizet) dirigida escénicamente por Ponnelle, Kupfer, Chéreau, Mussbach o Bondy y musicalmente por Barenboim, Mehta, Levine o Pappano, entre otros. En el Teatro Real ha cantado Die Walküre y Lohengrin.

JEANNE-MICHÈLE CHARBONNET, ISOLDE

Soprano nacida en Nueva Orleáns (Estados Unidos), después de terminar sus estudios musicales, inició su carrera artística con los grandes papeles para soprano del repertorio italiano, como Cio-Cio-San (Madama Butterfly), Amelia (Un ballo in maschera), Elena (Mefistofele) Lady Macbeth (Macbeth), Santuzza (Cavalleria rusticana), Aida y Turandot (personajes principales de las óperas homónimas de Verdi y Puccini, respectivamente), entre otros. Ha cantado en los grandes coliseos líricos de Europa y América, como el Teatro La Fenice de Venecia (Tosca), la Ópera de París (Medea), el Grand Théâtre de Ginebra (Isolde de Tristan und Isolde), el Comunale de Bolonia (Senta de Der fliegende Holländer), la Ópera de San Francisco (Cio-Cio-San) y el Comunale de Florencia (Amelia de Simon Boccanegra) y San Carlo de Nápoles (Leonore de Fidelio). En los últimos años ocupa un lugar preponderante entre las sopranos wagnerianas de mayor prestigio. Recientemente ha interpretado Venus (Tannhäuser) en Ginebra, Ortrud (Lohengrin) en Dallas, Senta (Der fliegende Holländer) en el Gran Teatre del Liceu, Isolde (Tristan und Isolde) en Santiago de Chile, Judith (El castillo de Barba Azul) en Nantes y Elektra (el papel de la ópera homónima de Richard Strauss) en la Deutsche Oper berlinesa. En el Teatro Real se alternó en Die Walküre como Sieglinde y Brünnhilde.

ALAN TITUS, KURWENAL

Este baritono nació en Nueva York. Graduado de la Juilliard Music School de su ciudad natal, inició su carrera cantando la Misa de Leonard Bernstein. En Estados Unidos cantó en las principales casas operísticas, dirigido por John Pritchard, James Levine y Christoph von Dohnányi. Su debut europeo fue en el Festival de Glyndebourne como Guglielmo (Così fan tutte) y más tarde como el Conde de Almaviva (Le nozze di Figaro) bajo la dirección de Bernard Haitink. Desde finales de la década de los ochenta canta con regularidad en Múnich y Hamburgo, y más tarde en la Ópera Estatal de Viena, La Scala de Milán, el Covent Garden de Londres, la Ópera de París y muchas otras más, papeles como Barak (Die Frau ohne Schatten), Mandryka (Arabella), Hans Sachs (Die Meistersinger von Nürnberg) y los papeles italianos de madurez vocal (Amonasro, Scarpia, Macbeth, Jago, Falstaff). En 1998 y 99 cantó Der fliegende Holländer en el Festival de Bayreuth y allí mismo, durante el período 2000-04, fue Wotan y Wanderer en Der Ring der Nibelungen bajo la dirección de Giuseppe Sinopoli. Desde entonces ha colaborado con directores como Zubin Mehta, Christian Thielemann, Wolfgang Sawallisch y Lorin Maazel, por mencionar algunos, especialmente en papeles para Heldenbariton, como Kurwenal (Covent Garden), Hans Sachs (Semperoper de D resde) o Wotan (Deutsche Staatsoper Berlin). En el Teatro Real ha cantado Tannhäuser, Der Ring des Nibelungen y Die Frau ohne Schatten.

ALEJANDRO MARCO-BUHRMESTER, KURWENAL · MELOT

Este barítono, nacido y educado en Suiza, se graduó en el Conservatorio de Berna y continuó perfeccionándose en la Academia de Música de Basilea. Perteneció al elenco estable del Aalto-Theater (Essen, Alemania) entre 1989 y 1992, donde cantó importantes papeles de barítono. En 1992 pasó a formar parte del elenco de la Ópera de Dortmund, donde interpretó Sharpless (Madama Butterfly), Figaro (Il barbiere di Siviglia) y el Conde de Almaviva (Le nozze di Figaro), entre otros papeles para su cuerda. Entre 1995 y 1999 fue miembro estable de la Komische Oper de Berlín, recinto en el que continua apareciendo como artista invitado en papeles como Marcello (La bohème), Dr. Falke (Die Fledermaus) o Arlecchino (Ariadne auf Naxos). A partir de este último año se estableció como freelance, debutando en las óperas de París, Frankfurt, la Staatsoper Unter den Linden o la Deutsche Oper (ambas en Berlín), entre otras, en las que cantó papeles como Germont (La traviata), Conte di Luna (Il trovatore), Posa (Don Carlo) o Nabucco en la ópera homónima de Giuseppe Ve rdi, además de algunos papeles de ópera francesa. En 2001 debutó en el Festival de Bayreuth, en el papel de Konrad Nachtigall (Die Meistersinger von Nürnberg), y volvió al festival en fechas posteriores para interpretar los papeles de Fritz (Die Meistersinger von Nürnberg), Amfortas (Parsifal) y Gunther (Götterdammerung).

MIHOKO FUJIMURA, BRANGÄNE

Esta mezzosoprano japonesa cursó estudios en la Universidad Nacional de Música de Tokio y en Múnich. De 1995 al 2000 formó parte del elenco del Teatro de Graz, donde cantó papeles como Azucena (Il trovatore), Suzuki (Madama Butterfly), Dorabella (Così fan tutte), Venus (Tannhäuser), Maddalena (Rigoletto) y Mrs. Quickly (Falstaff), entre muchos otros. Después de sus intervenciones en el Festival de Bayreuth y el Festival de Ópera de Múnich, captó la atención del público y la crítica internacional. Debutó en la Ópera Estatal de Viena en 2000, interpretando Brangäne (Tristan und Isolde) y más tarde volvió al mismo coliseo para cantar Fricka, Erda y Waltraute (todos personajes de la Tetralogía wagneriana). También ha cantado los papeles de Amneris (Aida) en Dresde, Idamante (Idomeneo, re di Creta) en Tokio y Eboli (Don Carlos) en Leipzig, siempre bajo la dirección de prestigiosas batutas, como las de Claudio Abbado, Christian Thielemann, Zubin Mehta, Myung-Whun Chung, Adam Fischer o Fabio Luisi. Ha recibido el Premio a las Artes del Ministerio de Cultura de su país de origen y el Idemitsu de Música, los más importantes galardones culturales de Japón. Entre sus próximos compromisos se encuentran los papeles de Kundry (Parsifal) en la Ópera Estatal de Viena, y Brangäne en la Ópera de Ámsterdam.

ELENA ZHIDKOVA, BRANGÄNE

Después de realizar estudios musicales en su país natal, esta mezzosoprano rusa ocupó una plaza en el programa International Opera Studio de la Ópera Estatal de Hamburgo en 1996. Un año más tarde, y hasta 1999, formó parte del elenco estable de la Deutsche Oper Berlin. A partir de este último año ha actuado en diversas casas de ópera alemanas (Frankfurt, Leipzig, Essen y Stuttgart, entre otras) y del resto de Europa (Montpellier, Nancy, Bilbao, Génova y otras). Debutó en la Nederlandse Opera Amsterdam como Olga (Eugenio Onieguin) y en 2001 actuó por primera vez en el Festival de Bayreuth, como Schwertleite (Das Rheingold), repitiendo el mismo papel en los dos años siguientes, además de participar como Flosshilde (Der Götterdämerung). Hizo su debut en París (Bastille) como Isabella (L’italiana in Algeri) y cantó en Múnich (Beatrice di Tenda) , Tokio (el papel titular de Carmen y Dorabella de Così fan tutte) y La Scala de Milán (Varvara de Kat’a Kabanová). Recientemente fue Judith (El castillo de Barba Azul) en Génova, Príncipe Orlofsky (Die Fledermaus) y Octavian (Der Rosenkavalier) en Tokio, Carmen (en la ópera homónima) en Colonia y Venus (Tannhäuser) en la Ópera de Frankfurt. En el Teatro Real cantó en Götterdämerung.

JESÚS LÓPEZ COBOS, DIRECTOR MUSICAL

Jesús López Cobos nació en Toro (Zamora) en 1940. Tras graduarse en filosofía en la Universidad Complutense de Madrid y en composición en el Conservatorio de Madrid, realizó los estudios de dirección coral y orquestal en la Academia de Música de Viena. Galardonado en los Concursos de Besançon y Copenhague (Nikolai Malko), debutó en Praga (como director sinfónico) y en Venecia (ópera). En 1971 fue invitado por la Ópera Alemana de Berlín, donde permaneció hasta 1990, siendo nombrado en 1981 Director general de Música de dicho Teatro. Con esta Compañía viajó a Washington; luego a Japón, ofreciendo por primera vez en este país la Tetralogía completa de Wagner. En 1975 debutó en Los Angeles y Londres con sus respectivas orquestas filarmónicas. Durante seis años fue Principal director invitado de la Filarmónica de Londres, con la que realizó giras por Japón y España. Es invitado regularmente a dirigir las principales orquestas europeas y americanas, además de haber participado en los más prestigiosos festivales internacionales, como Edimburgo, Salzburgo, Berlín, Praga, Lucerna, Montreux, Tanglewood, Ravinia, Hollywood Bowl, etc.

Ha sido Director artístico de la Orchestre de Chambre de Lausanne (1990–2000) y de la Orquesta Sinfónica de Cincinnati (1986–2001) que lo ha nombrado Director musical emérito. También ha sido responsable artístico de la Orquesta Francesa de Jóvenes durante tres temporadas y Director titular de la Orquesta Nacional de España (1984-1988). López Cobos fue el primer director español que subió al podio de La Scala de Milán, del Covent Garden de Londres, de la Ópera de París y del Metropolitan de Nueva York. Sus recientes compromisos le han llevado a Chicago y al Metropolitan con Manon y Rigoletto. Desde septiembre de 2003 es Director musical del Teatro Real.

Su abundante discografía abarca un importante número de grabaciones para Philips, Decca, Virgin, Teldec, Telarc, Denon, Claves, Cascavelle, etc. Con la Orquesta de Cincinati ha grabado en exclusiva para Telarc obras de Falla, Ravel, Bizet, Franck, Mahler, Respighi, Villa-Lobos, Shostakovich, etc. Su última grabación fue seleccionada para el Grammy 2003. También ha realizado un ciclo de Sinfonías de Bruckner. Con la Orquesta de Cámara de Lausana ha grabado para Denon un ciclo de Sinfonías de Haydn y, para el sello Teldec, una serie de óperas de Rossini, de las que ya han aparecido Il barbiere di Siviglia y L’Italiana in Algeri. Dirigió el concierto de clausura del Teatro Real como sala de conciertos y los de inauguración del Auditorio Nacional de Música en 1988. Fue el primer director que recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y es miembro de honor del Teatro de la Ópera Alemana de Berlín. El Gobierno alemán le concedió su más alta condecoración civil, la Cruz al Mérito de primera clase de la República Federal Alemana por su aportación a la cultura de dicho país. La Universidad de Cincinnati le nombró Doctor honoris causa en Artes. Ha sido condecorado por el Gobierno Español con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. El Gobierno francés le ha concedido el título de Officier dans l’Ordre des Arts et des Lettres y le ha sido otorgado el Premio Fundación CEOE.

LLUÍS PASQUAL, DIRECTOR DE ESCENA

Nació en Reus, Tarragona (1951). Se graduó en Filosofía y Letras y en Arte Dramático. Inició su carrera como director de escena en 1968. Fue fundador, en 1976, del Teatre Lliure de Barcelona, y ha sido director del Centro Dramático Nacional entre 1983 y 1989 y director del Odéon-Théâtre del’Europe en París de 1990 a 1996.

La primera ópera que puso en escena fue Samson et Dalila, en 1981, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, a la que siguieron otras como Falstaff, Die Entführung aus dem Serail,Il trittico, La traviata o Borís Godunov, en ciudades como Madrid, Salzburgo, Florencia , París, Milán o Frankfurt. Su más reciente puesta en escena en el campo de la ópera fue Simon Boccanegra en el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia. A lo largo de su carrera ha recibido numerosas distinciones, como el Premio Nacional de Teatro y Danza, el título de Caballero de las Artes y de las Letras de la República Francesa (ambos en 1984), el Premi Ciutat de Barcelona (1985), Premi de la Generalitat de Catalunya (1988), Premio Nacional de Teatro (1991), Premio de la Cámara de Comercio de París y el Premio Honorífico de la CIFET del Ministerio de Cultura de Egipto (1995). Asimismo la República Francesa lo nombró Caballero de la Legión de Honor en 1996. En el Teatro Real ha dirigido Don Giovanni.

RESUMEN

La princesa irlandesa Isolde viaja forzada a casarse con el rey Marke de Cornualles. Tristan, el sobrino del monarca, y su escudero Kurwenal van a bordo del mismo barco. Un desaire de Tristan enfurece a Isolde. La princesa, que ama apasionadamente al joven guerrero sin que él lo sepa, decide vengarse y ordena a su aya Brangäne que prepare dos copas de veneno. La sirvienta cambia el contenido de las copas por un filtro amoroso. Isolde ofrece la bebida a Tristan, que también ama en secreto a la prometida de su tío y acepta la invitación. La princesa bebe también y al instante ambos caen bajo el hechizo del mágico bebedizo. Una pasión desaforada se apodera de ambos. Cuando el navío toma tierra y Marke sube a bordo, Isolde se desmaya en brazos de Tristan. Anochece en los jardines del castillo del rey. Isolde y Tristan se aman y Brangäne vigila. Marke y Melot, un caballero al servicio del rey, sorprenden a los amantes. El rey sufre por la traición de su querido sobrino. Tristan e Isolde pretenden huir, pero Melot hiere mortalmente al joven. Kurwenal y el agonizante Tristan huyen a su castillo en Kareol. Tristan sufre y delira. Llega por fin Isolde pero Tristan expira en el acto. Después entran Marke y su ejército. Kurwenal da muerte a Melot para luego morir a manos de los soldados. Marke, que se disponía a perdonar a los jóvenes amantes, lamenta desconsolado lo sucedido e Isolde muere de dolor junto al cadáver de Tristan.

ARGUMENTO

Acto I
El preludio con el que da comienzo Tristan und Isolde inaugura una nueva era por la audacia de su armonía y de sus combinaciones tímbricas. Los cuatro primeros compases (en los cuales se hallan contenidas las cuatro notas que componen el celebérrimo “ Acorde de Tristan”) abren las puertas a la música del futuro. Sube el telón. Una nave surca los mares con rumbo a Cornualles. En ella se encuentra la triste y sollozante princesa irlandesa Isolde, que viaja en contra de su voluntad a contraer matrimonio con Marke, el rey de Cornualles, invasor en la vencida Irlanda. También se halla en el barco Tristan, sobrino de Marke. Su misión es la de escoltar a la prometida del rey. Isolde maldice a Marke y envía a Brangäne, su aya, en busca de Tristan. El orgulloso joven se niega a acudir a la llamada de Isolde y Kurwenal, su escudero , aprueba su actitud. El proceder de Tristan indigna a Isolde, que ama en secreto al guerrero. La princesa pronuncia encendidas palabras de amor que Brangäne, confundida, cree dedicadas a Marke. La sirvienta propone a su señora utilizar el filtro amoroso de su madre para alimentar la pasión del rey. Sin embargo, por orden de Isolde, la sorprendida aya se ve obligada a preparar dos cálices con veneno. La princesa ofrece una de las copas a Tristan. Aunque cree que contiene veneno, el soldado, que siente por Isolde un amor inconfesable, bebe sin temor. Ella también lo hace. Pero, en lugar del mefítico bebedizo, Brangäne ha vertido en ambas copas el filtro amoroso. De pronto, ambos jóvenes empiezan a sentir los efectos de la mágica poción. Tristan e Isolde se ven desbordados por un ardor sin límites. El navío atraca en las costas de Cornualles y Kurwenal anuncia la llegada de Marke. Pero los amantes siguen hechizados. Brangäne confiesa sus manejos a su dueña, que, en presencia del re y, se desvanece en los brazos de Tristan.

Acto II
Cae la noche sobre los jardines del castillo del rey Marke. Isolde apaga su antorcha. Es una señal. Llega Tristan. Los amantes se funden en un abrazo mientras Brangäne, vigilante, otea el horizonte. Tristan e Isolde cantan uno de los más extensos y arrebatadoramente bellos dúos de amor jamás concebidos: “O sink hernieder, Nacht der Liebe” (“Desciende sobre nosotros, oh, noche de amor”). Éste halla su clímax expresivo, de una intensidad emocional casi insoportable, cuando Tristan pronuncia la frase “So starben wir, um ungetrennt, ewig einig, ohne End” (“así nosotros moriríamos, sin separarnos, eternamente unidos, para siempre”) y presenta el motivo que dará origen al Isoldes Liebestod / (Muerte de amor de Isolde). Aunque Brangäne advierte los peligros que les acechan, los amantes siguen ensimismados, entonando su milagroso canto de amor y muerte. Llega Kurwenal y sugiere a su señor que se ponga a salvo. Inmediatamente después entra Marke con su séquito. La decepción y el dolor invaden el corazón del rey. Una insondable amargura recorre cada verso y cada compás del estremecedor monólogo “Tatest du’s wirklich?” (“¿Lo hiciste realmente?”). Tristan propone a Isolde huir, pero un esbirro de Marke, el caballero Melot, lo evita hiriéndole con su espada.

Acto III
Un breve, demoledor y desgarrado preludio inaugura el tercer y último acto. Un pastor toca con su caramillo (corno inglés) una sencilla melodía junto al castillo de Tristan, en Kareol. Al terminar su canción pregunta a Kurwenal sobre el estado de salud de su señor. Destrozado, el escudero le responde que agoniza. Tristan se agita en su lecho. Kuwenal intenta animarle diciéndole que Isolde estará muy pronto a su lado. El malherido guerrero manifiesta a Kurwenal su inmenso y franco agradecimiento. La espera se prolonga y Tristan, delirando, rememora el filtro amoroso . Por un instante recupera la conciencia y ansía la llegada de Isolde. La asfixiante y desesperada música que Wagner idea para esta escena es, sin duda, una de las más estremecedoras de la historia de la ópera. La escritura vocal es de una incandescencia y una exigencia extremas. La embarcación que trae a Isolde se divisa en la lejanía. Tristan envía a Kurwenal a recibirla. Enloquecido, el guerrero se arranca sus vendajes. Entra Isolde y se arroja a los brazos de Tristan, que, unos instantes después, expira. El dolor de la princesa es infinito. El pastor anuncia a Kurwenal la llegada de otro navío. Abordo vienen Marke y los suyos. El escudero se dispone a defender el castillo. Aparece Melot y Kurwenal le atraviesa con su espada. Después se enfrenta a los soldados del re y, encontrando la muerte. Entran Brangäne y Marke. El rey, quien confiesa haber viajado hasta allí con la única intención de perdonar a los amantes es devorado por la amargura al ver el cuerpo sin vida de su querido Tristan y lamenta la tragedia desencadenada. Pero Isolde ya no pisa este mundo. Junto al cuerpo inerme de Tristan, la princesa entona su acongojante, extático lamento “Mild und leise” (“Delicioso y suave”). Al finalizar su canto exhala su último suspiro . Marke bendice a los amantes y cae el telón.

TRISTAN UND ISOLDE
Música y libreto, Richard Wagner (1813-1883)
Acción en tres actos (1865)

EQUIPO ARTÍSTICO
················
Director musical Jesús López Cobos
Director de escena Lluís Pasqual
Escenógrafo Ezio Frigerio
Figurinista Franca Squarciapino
Iluminador Wolfgang von Zoubeck

REPARTO
················

Tristan Robert Dean Smith (En. 15, 19, 23, 27, 31. Feb. 4)
Jon Fredric West (En. 17, 21, 25, 30)

El rey Marke René Pape (En. 15, 17, 19, 21, 23, 25, 27, 30. Feb. 4)
Georg Zeppenfeld* (En. 31)

Isolde Waltraud Meier (En. 15, 19, 23, 27, 31. Feb. 4)
Jeanne-Michèle Charbonnet (En. 17, 21, 25, 30)

Kurwenal Alan Titus (En. 15, 19, 23, 27, 31. Feb. 4)
Alejandro Marco-Buhrmester* (En. 17, 21, 25, 30)

Melot Alejandro Marco-Buhrmester (En. 15, 19, 23, 27. Feb. 4)
Lauri Vasarº (En. 17, 21, 25, 30, 31)

Brangäne Mihoko Fujimura* (En. 15, 19, 23, 27, 31. Feb. 4)
Elena Zhidkova (En. 17, 21, 25, 30)

Un pastor / La voz de
un joven marinero Ángel Rodríguezº

Un timonel David Rubieraº

* Por primera vez en el Teatro Real
º Por primera vez en este papel

REALIZACIONES
················
Escenografía Teatro San Carlo de Nápoles, Spazio Scenico
Vestuario Sartoria Farani Roma
Proyección Ideogamma Rimini (Sergio Metalli, Mattia Metalli)
Utilería Teatro San Carlo de Nápoles, Rancati
Calzado Pompei
Pelucas y caracterización Teatro Real

CORO Y ORQUESTA TITULAR DEL TEATRO REAL
Coro y Orquesta Sinfónica de Madrid
Solista de corno inglés Álvaro Vega

Producción del Teatro San Carlo de Nápoles

Enero: 15, 17, 19, 21, 23, 25, 27, 30, 31
Febrero: 4
19.00 horas; domingo, 18.00 horas

Duración aproximada:
Acto I: 1 hora y 15 min.
Pausa de 25 min.
Acto II: 1 hora y 15 min.
Pausa de 25 min.
Acto III: 1 hora y 10 min.

La función del domingo 27 de enero (18.00 horas) será retransmitida en directo por Radio Clásica, de Radio Nacional de España.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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