Delicado Tamerlano, por J.C.Deus

Tamerlano es la ópera décimo octava escrita por Georg Friedrich Händel (1685-1759), cuya producción operística excede de cincuenta títulos. Tiene tres largos actos que suponen cuatro horas y media de duración, y el libreto es de Nicola Haym. Ludwig van Beethoven diría que ‘Händel es el compositor más grande que ha vivido jamás. Me descubriría ante él y me arrodillaría ante su tumba’. Para Romain Rolland (Viaje musical al país del pasado, 1920), ‘en su arte contempló la vida desde una gran altura y distancia, tal como Goethe’. Y para Alexander Berrsche, ‘sus obras son un universo tan rico como el de Shakespeare. Conocen el cielo y el infierno del corazón humano. Conocen sus luchas, su alegría y el estremecimiento de su soledad. Contienen la alegría y el fracaso, la maldición y la bendición, el alboroto de los elementos y el solemne caminar de los grandes reyes y señores’.

Bien. Pues tras la introducción les diremos que Tamerlano es un largo viaje a otra dimensión para el que hay que templar el ánimo y olvidar el más acá. Una armonía musical reparadora que ordena un guión fantástico: el mítico conquistador mongol Tamerlán, tras derrotar al sultán otomano Bajazet, quiere casarse con su hija Asteria prometida al príncipe griego Andrónico, abandonando a su prometida Irene. Pero por una vez, ninguno es malo del todo, y los interminables malentendidos causan únicamente el suicidio del irreciclable Bajazet, lo que permite al paciente mongol autorizar la boda de la irredenta Asteria y el dubitativo Andrónico, y quedarse con su primera opción, esa buena moza que es Irene de Trebisonda.

Graham Vick, en la actualidad el director artístico de la Ópera de Birmingham, ha concebido una escenografía minimalista y atemporal, bellísima pero endiabladamente atrabiliaria, donde cualquier esbozo de veracidad ha sido sacrificado a una estética sin complejos: tenemos un afeminado caudillo mongol a veces disfrazado de turco, un sultán que parece un Casanova veneciano, y una princesa mahometana a la moda ibicenca, siempre escoltados escuetamente por unos derviches que hacen de todo menos la danza giróvara, y todo presidido por un monumental pie desnudo que pisa una gigantesca bola que se convertirá en trono volador. Pero todo vale en el mundo fantasioso de la ópera, el mundo de los libretos demenciales y las pasiones desbocadas. Es una interpretación de la obra más que intemporal, interespacial, con elefantes y turbantes flotando en un inmenso escenario blanco acotado en los momentos cumbre por un agujero negro enmudecedor.

Vick, un cotizado escenógrafo que trabaja asiduamente en los principales teatros de ópera del mundo, afirma que llevaba veinte años ansiando hacer esta obra, que es sin duda su preferida de las de Häendel, y recomienda que para gozarla hay que olvidar el ritmo de nuestra época y entrar en otra dimensión más reposada, desconectar el móvil, cambiar de ritmo. La compara con Parsifal, con Cossì fan tutte, con Lulu: ‘La ópera siempre fue gran teatro, se inventó para ser mejor teatro que el teatro’.

‘Se trata de entrar en otro mundo no sujeto a las exigencias del tiempo’. Destaca sus arias circulares y la importancia de los recitativos, y en ello coincide Paul McCreesh, el director musical de este Tamerlano, considerado como uno de los mejores directores de música antigua, y que recientemente ha dirigido también Acis e Galatea de Händel en Ámsterdam, París y La Coruña. La orquesta habitual del Real suena esta vez diferente, como quizás sonaría hace tres siglos en su estreno londinense.

‘Había que combinar -se explica McCreesh- una de las óperas más oscuras y adultas de Händel, con su ‘tirón’ popular; entonces la ópera era una especie de psicoterapia a la que se iba a explorar las emociones hasta el fondo, por eso va despacio, para dar tiempo a reflexionar… No hay que hacerla más superficial, más fácil, hemos mantenido la música como es, sencilla plataforma para los cantantes’.

Se supone que Händel hizo una revisión total de la obra poco antes del estreno aconsejado por su amigo el tenor Francesco Borosini, y de esa revisión salió reforzado protagonista el sultán Bajazet en detrimento del emperador mongol Tamerlano. Efectivamente, es el momento en el que los suaves papeles masculinos interpretados por castrados y mujeres, van a dejar paso a los tenores. Y no por casualidad este papel de tenor, este Bajazet orgulloso y desafiante ha caído bajo la responsabilidad de Plácido Domingo, que a sus años y tras 127 papeles operísticos se ha enrrolado en la aventura de éste, nuevo para él, que es además una incursión venturosa para él en el mundo de Haendel y el Barroco.

‘El Bajazet inicia un período nuevo, opina Plácido Domingo, encantado de volver a su ciudad y a su teatro favoritos. El tenor exige, -‘hazme otro final’-, y Borosini consigue una muerte en escena a la altura de Otelo y Simón Bocanegra’. Parece a primera vista un papel fácil para un superserie como él, pero Plácido resalta las dificultades de un personaje con siete arias y enormes recitativos. ‘El verdadero drama está aquí, en los recitativos, a los que a veces se sacrifica al exhibicionismo de las romanzas; pero los recitativos son la historia, el drama, y esta vez los hemos cuidado especialmente’.

Y en ello coincide la mezzosoprano Monica Bacelli, una de las dos intérpretes de Tamerlano: ‘Es una producción bellísima, obtuvo un prestigioso premio italiano, y se ha hecho un excelente trabajo sobre los recitativos, respetando los diferentes niveles de la versificación, la armonía y la síntaxis. Un trabajo enorme, porque además los papeles de castrado tienen una tesitura muy incómoda para las voces femeninas’.

Tamerlano es un papel de contralto y Andrónico de mezzosoprano, ambos interpretados por mujeres ahora que los castrados no suben a escena. Así que no es de extrañar que Bajazet, interpretado por el poderoso Plácido Domingo, termine comiéndose la escena y a los otros personajes. Menos mal que se muere antes del final y les deja un excelso dúo a los enamorados y una preciosa despedida a cuatro voces de ellos con el sultán y su visir Leone, con las que la farsa termina. No se puede presenciar un espectáculo más impresionante. Hay que probarlo.

ARGUMENTO

Acto I
El imperio otomano ha caído; el sultán Bajazet ha sido derrotado por las hordas del tirano mongol Tamerlano. Bajazet preferiría morir que deberle la libertad a Tamerlano, pero el amor que profesa a su hija Asteria le disuade. Asteria y Andronico, Príncipe de Grecia y aliado del tirano, están enamorados; cuando el emperador mongol le ofrece el recién conquistado imperio de Bizancio, Andronico sólo pide permanecer junto a él, ya que en realidad lo que desea es no separarse de Asteria. Pero Tamerlano tiene otros planes para ella: la que iba a ser su prometida, la princesa Irene de Trebisonda, se va a casar con Andronico. A cambio de su generosidad, espera que éste le ayude a cortejar a Asteria. Cuando Bajazet escucha la propuesta de Tamerlano se siente ultrajado y le rechaza en nombre de su hija, pero Asteria guarda un extraño silencio. Ha oído decir a Tamerlano que su amante, Andronico, va a casarse con Irene, a quien tampoco satisface este nuevo acuerdo. Se cambia de ropa para acercarse a Tamerlano.

Acto II

Tamerlano le dice a Andronico que Asteria ha aceptado su propuesta: las dos bodas previstas, la del emperador mongol con Asteria y la de Andronico con Irene, se celebrarán pronto. Asteria es requerida en los aposentos de Tamerlano, adonde Leone lleva a Irene disfrazada para defender su causa. Tamerlano, perdidamente enamorado, no alterará sus planes. Una vez a solas, Asteria le confiesa a Irene, aún disfrazada, que no está dispuesta a subir al trono. Irene empieza a albergar esperanzas. Bajazet se siente ultrajado por el inminente matrimonio de su hija con Tamerlano y jura impedirlo, mientras que Andronico decide vengarse del emperador antes de suicidarse. Cuando Asteria está a punto de subir al trono, Bajazet entra furioso. Mientras Tamerlano insulta al padre de Asteria, ésta toma asiento junto a su nuevo esposo en el trono. Horrorizado, Bajazet le asegura a su hija que su muerte caerá sobre su conciencia. Asteria no puede soportarlo y, bajándose del trono, saca una daga que llevaba escondida, con la que tenía pensado asesinar a su futuro marido. Éste condena a muerte a Bajazet y a su hija. Sin embargo, Bajazet, Andronico e Irene reconocen que Asteria es inocente.

Acto III

Asteria y Bajazet han decidido suicidarse con un veneno que tienen escondido. Tamerlano hace un último intento de conquistar a la hija del sultán diciéndole que perdonará a su padre. Sin embargo, Andronico y Asteria declaran su mutuo amor sin importarles lo que les pueda suceder. Tamerlano, enfurecido, clama venganza mientras la pareja encuentra la felicidad el uno frente al otro; Irene, por su parte, le dice al emperador que le amará si vuelve a ella, pero éste, lleno de odio, decide humillar a sus enemigos y llama a Bajazet y Asteria a su presencia. Andronico trata de intervenir, pero Tamerlano no le escucha. Ordena a Asteria que sea su esclava y que le sirva vino. Ésta lo hace, pero vierte en la copa el veneno que su padre le dio. Irene lo ve y advierte a Tamerlano del peligro, revelando su verdadera identidad. El mongol pide a Asteria que elija: ¿a quién le dará primero la copa: a su padre o a Andrónico? Asteria decide bebérsela ella, pero Andrónico se la arrebata de la mano. Tamerlano ordena que arresten a Asteria y que la confinen en el harén común, para que sus esclavos la ultrajen ante los ojos de Bajazet. Ella, impotente, declara que, cuando muera, su espíritu regresará para perseguir al tirano. Irene y Tamerlano ansían emprender la vida feliz que les espera tras la venganza. Leone anuncia a Asteria y Bajazet. Este último muestra una serenidad sorprendente: se ha tomado el veneno. Se despide de su hija, reprueba a Tamerlano y muere. Asteria pide morir, puesto que Tamerlano jamás podrá obtener de ella lo que desea, y huye. Irene y Andronico envían a buscarla para impedir que se suicide, mientras que Tamerlano, finalmente conmovido por los acontecimientos que ha presenciado, perdona a Asteria y a Andronico.

EQUIPO ARTÍSTICO
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Director musical Paul McCreesh*

Director de escena Graham Vick

Escenógrafo y figurinista Richard Hudson*

Diseño de Iluminación Matthew Richardson

Realización de la Iluminación Giuseppe di Lorio

Coreógrafo Ron Howell

REPARTO
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Tamerlano (contralto) Monica Bacelli (Mar. 26, 29. Abr. 1, 4, 8, 11)
Ann Hallenberg*º (Mar. 28, 31. Abr. 3, 5, 7, 10)

Bajazet (tenor) Plácido Domingoº (Mar. 26, 29. Abr. 1, 4, 7, 10)
Bruce Ford* (Mar. 28, 31. Abr. 3, 5, 8, 11)

Asteria (soparno) Ingela Bohlin (Mar. 26, 29. Abr. 1, 4, 8, 11)
Isabel Reyº (Mar. 28, 31. Abr. 3, 5, 7, 10)

Andronico (mezzosoprano) Sara Mingardo (Mar. 26, 29. Abr. 1, 4, 8, 10, 11)
Patricia Bardon* (Mar. 28, 31. Abr. 3, 5, 7)

Irene (contralto) Jennifer Holloway*º (Mar. 26, 29. Abr. 1, 4, 8, 11)
Renata Pokupic* (Mar. 28, 31. Abr. 3, 5, 7, 10)

Leone (bajo) Luigi De Donato*º

REALIZACIONES
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Escenografía Maggio Musicale Fiorentino

Utilería Maggio Musicale Fiorentino

Vestuario Brancato Costumi Teatrali, Milán

Calzado Sacchi Calzature

Pelucas y caracterización Teatro Real

CONTINUO
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Clave Benjamin Bayl, Joseph McHardy

Violonchelo Christopher Suckling

Tiorba Jorgen Skogmo

ORQUESTA TITULAR DEL TEATRO REAL
Orquesta Sinfónica de Madrid

Producción del Maggio Musicale Fiorentino

Edición musical de Benjamin Bayl y Paul McCreesh basada
en la edición HHG (Kalmus) y en fuentes originales.
La selección de las diferentes versiones musicales se
corresponde con la producción original de Graham Vick
para el Maggio Musicale Fiorentino

Marzo: 26, 28, 29, 31

Abril: 1, 3, 4, 5, 7, 8, 10, 11

19.00 horas

* Por primera vez en el Teatro Real

º Por primera vez en este papel

PERFILES BIOGRÁFICOS

MONICA BACELLI
TAMERLANO
Esta mezzosoprano italiana desarrolló su formación musical en el Conservatorio de Pescara. En 1997 la crítica italiana le concedió el Premio Abbiati por sus sobresalientes actuaciones. Es invitada regularmente a muchas de las más importantes casas de ópera, como el Covent Garden de Londres, la Ópera de Viena, el Teatro La Fenice de Venecia y la Ópera de Zúrich, entre otras; al igual que a prestigiosos festivales como el Rossini Opera Festival de Pésaro, el Festival de Salzburgo y el Maggio Musicale Fiorentino. Ha colaborado con prestigiosos directores musicales como Nikolaus Harnoncourt, Seiji Ozawa, Christian Thielemann, Myung-Whung Chung, Simon Rattle, Riccardo Chailly y Valery Gergiev, por mencionar sólo algunos. Su vasto repertorio abarca desde la música del periodo barroco hasta la contemporánea, pasando por los grandes papeles para su cuerda en obras de Mozart y Rossini. También ha cantado el papel de Donna Elvira (Don Giovanni) en 2006 en la Academia de Santa Cecilia de Roma y pocos meses más tarde en La Scala de Milán. Recientes compromisos suyos han sido La Calisto (Diana) en la Ópera de Múnich, Werther (Charlotte) en el Teatro Regio de Turín y Giulio Cesare (Sesto) en el Teatro de La Monnaie de Bruselas y en la Ópera de Amsterdam.

ANN HALLENBERG
TAMERLANO
Esta mezzosoprano sueca se graduó en 1994 en la Escuela Universitaria de Ópera de Estocolmo, donde tuvo como profesores a Kerstin Meyer y Erik Sædén. Posteriormente estudió en Londres con Joy Mammen. Ha cantado en importantes casas operísticas, tales como las de Stuttgart, Dresde, Zúrich, París, Génova, Bremen y Estrasburgo, entre otras; al igual que en festivales de renombre internacional como los de Spoleto, Tanglewood, Beaune, Utrecht y las Wiener Festwochen, ocasiones en las que ha colaborado con directores de la talla de Christophe Rousset, Alan Curtis, Riccardo Muti, Emmanuelle Haïm, Fabio Biondi, Ivor Bolton, Marc Minkowski, Lothar Zagrosek, Philippe Herreweghe y William Christie, entre otros, abordando principalmente papeles de óperas de Händel y Vivaldi, además de otros como los de Orfeo (Orfeo ed Euridice de Gluck), Isseo (L’Europa riconosciuta de Salieri), Deianira (Ercole Amante de Cavalli), Charlotte (Werther) y Orlofsky (Die Fledermaus). Recientemente ha cantado en La Scala de Milán el papel titular de Ascanio in Alba, en la Ópera de Ámsterdam (Dejanira en Hercules), en la Ópera de Hannover (Isabella en L’italiana in Algeri), en la Ópera de Essen (Orlando de la ópera homónima de Händel), en Bruselas (Servilia en Tito Manlio de Vivaldi) y en Múnich el papel titular de Ariodante.

PLÁCIDO DOMINGO
BAJAZET
Nació en Madrid, hijo de padres cantantes, se trasladó a los 8 años a México, en cuya capital estudió canto, piano y dirección de orquesta. Su debut tuvo lugar en Monterrey, como Alfredo en La traviata, y posteriormente pasó dos años y medio cantando en la Ópera Nacional de Israel. En 1966 estrenó Don Rodrigo de Ginastera en la New York City Opera y dos años más tarde debutó en la Metropolitan Opera House de la misma ciudad con Adriana Lecouvreur (Maurizio). Ha actuado regularmente en los teatros de ópera más importantes del mundo, como La Scala de Milán, el Covent Garden de Londres, las Óperas de Viena, San Francisco, París y Chicago, así como en los festivales internacionales más relevantes, como los de Salzburgo y Bayreuth. Su repertorio es amplísimo y comprende los títulos fundamentales del repertorio italiano y francés, así como óperas y zarzuelas españolas. En los últimos años no ha cesado de cultivar también los títulos alemanes, habiendo abordado los papeles wagnerianos más destacados, como Parsifal, Lohengrin, Siegmund (Die Walküre), Tannhäuser, Erik (Der fliegende Holländer), así como el personaje del Emperador de Die Frau ohne Schatten de Richard Strauss. En total ha incorporado más de 120 papeles operísticos. Ha cantado bajo la dirección de las más importantes batutas del mundo en las tres últimas décadas (Bernstein, Böhm, Karajan, Giulini, Solti, Muti, Levine, Mehta, Sinopoli, Barenboim) y colaborado con las mejores orquestas. Paralelamente desarrolla una intensa actividad como director de orquesta y gestor musical. En el Teatro Real ha cantado Divinas palabras, Margarita la tornera, Samson et Dalila, Parsifal, Die Walküre, La dama de picas, Luisa Fernanda y ha dirigido musicalmente Madama Butterfly.

BRUCE FORD
BAJAZET
Este tenor estadounidense nació en Lubbock (Texas) y estudió en la West Texas State University. Su debut profesional tuvo lugar en la Ópera de Houston, como el Abate en Adriana Lecouvreur. Posteriormente cantó allí en diversas ocasiones (La donna del lago, L’heure espagnole). Sus primeras apariciones en Europa fueron en la Ópera de Wuppertal, en donde durante dos temporadas abordó los papeles principales de su cuerda en obras tan diferentes como Dardanus (de Jean-Philippe Rameau), Der Barbier von Bagdad (de Peter Cornelius), Die Entführung aus dem Serail (Belmonte) y La Cenerentola (Ramiro). Formó parte del elenco estable del Teatro Nacional de Mannheim y de la Deutsche Oper am Rhein (Düsseldorf y Duisburg). Su debut, en 1986, en el Festival de Wexford como Argirio (Tancredi) fue el punto de inflexión en su carrera, enfocada desde entonces al repertorio belcantista. Desde entonces es invitado regularmente a los más renombrados coliseos operísticos, como La Scala de Milán, la Ópera de París, la de Zúrich, San Francisco y Nápoles, al igual que al Covent Garden londinense y al Met neoyorquino. También se ha presentado en los festivales de Glyndebourne, Salzburgo, Edimburgo y Pésaro. Recientemente cantó Alessandro (Il re pastore) en Bruselas, Paolo Erisso (Maometto II) en Ámsterdam y Otello (de la ópera homónima de Rossini) en Nueva York.

INGELA BOHLIN
ASTERIA
Nació en Lund, Suecia y se graduó en la Escuela Universitaria de Ópera de Estocolmo en 2002. Ese mismo año realizó su debut en la Ópera de Chicago, cantando Fiordiligi (Così fan tutte) bajo la dirección musical de Jane Glover. Posteriormente, dentro de un proyecto coreográfico-escénico de Alain Platel denominado Wolf, se presentó en escenarios de Berlín, Bruselas, Duisburg, Gante, Ámsterdam y París. Entre sus más recientes compromisos relacionados con representaciones de ópera, destacan los personajes de Morgana (Alcina de Händel) en el Festival de Drottningholm y la Ópera Holandesa de Ámsterdam, en una nueva producción de Pierre Audi y bajo la dirección musical de Christophe Rousset; Iole (Hercules) en la Ópera de París con Marc Minkowski; Pamina (Die Zauberflöte) con Jean-Christophe Spinosi en el podio e Ismene (Mitridate de Mozart) en el Festival de Salzburgo, también dirigida por Minkowski. En el campo del concierto y el oratorio ha colaborado con destacadas agrupaciones musicales entre las que se cuentan Les Talens Lyriques, la Orquesta Tonhalle de Zúrich y la Orquesta de los Champs-Elysées, entre otras, y bajo la dirección de grandes maestros como Philippe Herreweghe, Ivor Bolton, Manfred Honeck y Paul McCreesh, entre otros. En el Teatro Real participó en Mitridate.

ISABEL REY
ASTERIA
Nació en Valencia, donde realizó sus estudios musicales. Tras haber sido premiada en diferentes concursos internacionales de canto, esta soprano debutó en el año 1987 con La sonnambula. A partir de ese momento inició su carrera internacional como cantante de ópera, concierto y recital que la ha llevado a las más importantes ciudades del panorama musical, entre las que se encuentran Salzburgo, Múnich, Berlín, Estocolmo, Londres, París y Tokio. Su amplio repertorio, desde Monteverdi a Stravinski, le ha permitido interpretar más de cincuenta títulos de ópera, entre los que destacan Le nozze di Figaro (en la Ópera Estatal de Viena, las Óperas de Ámsterdam, Lausana y Zúrich), Lucia di Lammermoor (junto a Alfredo Kraus), Così fan tutte en el Festival de Edimburgo, Alcina (en las Wiener Festwochen), Die Zauberflöte (en La Fenice de Venecia) Rigoletto, Carmen (Micaela), Don Pasquale, Der Rosenkavalier, y La bohème, todas ellas dirigidas por maestros de gran prestigio como Nikolaus Harnoncourt, Nello Santi, Ton Koopman, Michel Plasson, Marcello Viotti, Alberto Zedda, William Christie y Lorin Maazel, entre otros. Recientemente debutó en el Gran Teatre del Liceu (Le portrait de Manon). En el Teatro Real ha cantado Le nozze di Figaro, La bohème, Der Rosenkavalier, Carmen, Rigoletto y Les contes d’Hoffmann.

SARA MINGARDO
ANDRONICO
Esta contralto veneciana estudió en el Conservatorio Benedetto Marcello con Franco Ghitti y completó sus estudios musicales en la Academia Chigiana de Siena. Después de ganar varias competiciones nacionales e internacionales de canto, debutó en 1987 como Fidalma (Il matrimonio segreto), abordando poco después el personaje titular de La Cenerentola con gran éxito. Desde entonces es artista invitada en algunos de los más prestigiosos escenarios italianos (los teatros Comunale de Florencia, San Carlo de Nápoles, Regio de Turín, Lírico de Cagliari, la Academia de Santa Cecilia de Roma y la Arena de Verona, entre otros) y extranjeros como la Ópera de Montecarlo, Lyon, Toulouse, Bruselas, y los festivales de Glyndebourne, Schwetzingen, Salzburgo, Bregenz y Aix-en-Provence, por mencionar sólo algunos, en los que ha colaborado con directores del prestigio de Claudio Abbado, Rinaldo Alessandrini, Trevor Pinnock, Riccardo Muti, Jordi Savall y Riccardo Chailly, entre otros, y orquestas como Les Musiciens du Louvre, Berliner Philharmoniker, London Symphony, Les Talens Lyriques y la Orquesta Nacional de Francia. Entre sus más recientes compromisos destacan la ópera La Vergine dei Dolori de Scarlatti en Bruselas, Ariodante (Polinesso) en el Liceu de Barcelona y Médée (Neris) en el Théâtre du Châtelet de París. En el Teatro Real ha cantado en L’Orfeo.

PATRICIA BARDON
ANDRONICO
Esta mezzosoprano estudió con Veronica Dunne en el College of Music de Dublín, su ciudad natal. Se convirtió en la más joven ganadora del concurso Cardiff Singer of the World. A partir de ese momento ha colaborado con destacados directores musicales, como René Jacobs, Antonio Pappano, Zubin Mehta, Claudio Abbado, William Christie y Bernard Haitink, entre otros, y se ha presentado en prestigiosos teatros de ópera, tales como La Monnaie de Bruselas (La Cenerentola), Staatsoper de Hamburgo (Carmen), Ópera de París (Adriana Mater), y la Staasoper de Berlín (Il ritorno de Ulisse in patria). Considerada una de las cantantes händelianas más refinadas de la actualidad, ha cantado Orlando en Nueva York, Lyon, Amberes, París y Gante, Giulio Cesare (Cornelia) en Múnich, Dresde, Montpellier, Nueva York (en el Met) y en el Festival de Glyndebourne, haciendo su debut en Barcelona en el papel titular de esta misma ópera. Del mismo compositor ha cantado Xerxes (Amastre) en Múnich, el papel titular de Tamerlano en el Festival de Beaume y el de Andronico en la Ópera de Ámsterdam. Debutó en la Ópera de Chicago como Rosmira (Partenope) y en la English National Opera como Polinesso (Ariodante); en el Festival de Drottningholm interpretó Bradamante y en Trieste el papel de Ruggiero, ambos de la ópera Alcina.

JENNIFER HOLLOWAY
IRENE
Esta mezzosoprano estadounidense cursó estudios musicales en su Georgia natal, y más tarde en la Manhattan School of Music de Nueva York. Su debut operístico tuvo lugar en la Athena Grand Opera (Georgia, Estados Unidos), donde cantó papeles como Orlofsky (Die Fledermaus) y Tercera Dama (Die Zauberflöte). Después de su exitoso debut en la Ópera de Santa Fe, en Cendrillon (Le prince charmant) de Massenet, dirigida escénicamente por Laurent Pelly, su carrera alcanzó una proyección internacional. Ha participado, entre otras, en las Óperas de Pittsburgh, Tulsa o San Luis, cantando papeles como Xerxes (de la ópera homónima de Händel), El Compositor (Ariadne auf Naxos), Stéphano (Roméo et Juliette), Mercédès (Carmen) , Cherubino (Le nozze di Figaro) y Dido (Dido and Aeneas), entre otros. Entre sus más recientes presentaciones destacan las del Théâtre du Châtelet de París y el Teatro Regio de Parma, cantando en ambos coliseos el papel de la Baronesa Aspasia (La pietra del paragone de Rossini); Così fan tutte (Dorabella) con la Boston Baroque Orchestra, la Gala de la Austin Lyric Opera, Idomeneo (Idamante) en Burdeos y Hänsel un Gretel (Hänsel) en Glyndebourne.

RENATA POKUPIC
IRENE
Esta mezzosoprano croata se graduó en la Academia de Música de Zagreb. Vencedora en el 36º Concurso Internacional de Canto Antonín Dvořák (Karlovy Vary, República Checa), debutó internacionalmente en el Théâtre du Châtelet de París, en 2003, en la ópera Les troyens de Berlioz (Anna). Su debut londinense fue un año más tarde, en el Festival Händel, cuando cantó el papel de Dejanira en Hercules. Especializada en el repertorio barroco, clásico y en papeles de coloratura para su cuerda, ha abordado con notable éxito personajes como Medoro (Orlando), Arsace (Partenope de Händel), Dido (Dido and Aeneas de Purcell), Ramiro (Motezuma de Vivaldi), Idamante (Idomeneo) y Cherubino (Le nozze di Figaro), sólo por mencionar algunos, colaborando con directores de gran prestigio, como Antonio Florio, John Eliot Gardiner, Emmanuelle Haïm, Alessandro de Marchi, Ottavio Dantone y Federico Sardelli, y con las agrupaciones musicales más destacadas del panorama barroco de la actualidad, como Le Concert d’Astrée, Modo Antiquo, English Baroque Soloists, Accademia Bizantina y La Capella della Pietá de’Turchini, en muchas ciudades europeas (Rotterdam, Praga, Wroclaw, Dubrovnik, Halle y Dresde, por citar algunas) y en el Lejano Oriente.

LUIGI DE DONATO
LEONE
Este bajo italiano nació en 1975. Estudió música y teatro en el conservatorio de su ciudad natal, Cosenza, y asistió a clases magistrales de Margaret Baker y Gianni Raimondi. Fue ganador en varios concursos internacionales de canto (Maria Caniglia en la edición del año 2000, Giuseppe di Stefano ese mismo año y más tarde Mejor voz de bajo en el Tosti). En 2004 debutó en el Rossini Opera Festival con Il viaggio a Reims (Don Profondo) y La Fenice de Venecia con Les pêcheurs de perles (Nourabad). También ha cantado en Lugano el papel de Donaldo de la ópera Elena e Malvina de Soliva; en Trieste, en La novia vendida de Smetana (Micha); en el Comunale de Florencia y en La traviata (Dottor Grenvil), entre otros. Del repertorio barroco ha cantado los títulos monteverdianos L’Orfeo, Il ritorno di Ulisse in patria y L’incoronazione di Poppea, bajo la batuta de Attilio Cremonesi, en el Gran Teatro de Ginebra y en Caen. En fechas más recientes cantó en Hannover el papel de Licaone (Giove in Argo de Händel), en Toulouse y Leipzig abordó el papel de Nettuno (Il ritorno di Ulisse) y cantó el de Demonio (San’Alessio de Landi) en París, Nueva York y Londres, colaborando con orquestas de gran prestigio, como Les Talens Lyriques, Il Complesso Barocco y Les Arts Florissants, bajo la dirección de maestros especialistas del repertorio como, entre otros, William Christie, Christophe Rousset y Alan Curtis.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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