(PD).- El antiguo marchante belga Stan Lauryssens, que hoy ha presentado su libro de memorias Dalí y yo, ha asegurado que el propio pintor fomentó la circulación de obra falsa y que en los años setenta «era más fácil vender un falso Dalí que un cuadro auténtico».
Un Lauryssens a la defensiva después de la nota crítica difundida ayer por la Fundación Gala-Dalí, que tachaba el libro de «falsedad», ha explicado hoy que nunca ha pretendido hacer el gran libro de Dalí, ni la obra de un crítico de arte, sino simplemente «explicar mi pasado y lo que personas del entorno del pintor me han dicho», un pasado delictivo por el que llegó a estar en la cárcel.
En el libro, publicado por Ediciones B, el marchante asegura que el 75% de los cuadros del pintor ampurdanés son falsos, si bien, matiza, una parte de estos eran pintados por otros pintores y Dalí aportaba «su toque surrealista».
A su juicio, a finales de los 60 y principios de los 70 el propio Dalí y Gala fomentaron este negocio ya que necesitaban dinero para mantener su tren de vida, que incluía «seis meses del año en los hoteles más caros de Nueva York y París».
Recogiendo el testimonio del secretario de Dalí, el Capitán Moore, Lauryssens comenta que el pintor y su séquito necesitaban «medio millón de dólares cada mes en su estancia en Nueva York» y esa cantidad «no se podía ganar vendiendo pequeños cuadros surrealistas de los años 30».
Cuadros falsos hasta en la Fundación
Lauryssens insiste en que en la Fundación Dalí hay «obra falsa» de Dalí, entendida como obra en la que Dalí sólo hizo una parte del cuadro, y se remite a la entrevista que protagonizó hace seis meses en Figueres para la televisión holandesa en la que incluso «un responsable de la fundación admitió que algunos cuadros de la época negra de Dalí no eran 100% de Dalí».
El autor ha salido airoso del acoso a que ha sido sometido por la prensa por algunas de las inexactitudes del libro, que Lauryssens deriva hacia sus fuentes, y al final ha sentenciado: «Si un 80% del libro es verdad, nadie podrá negar que es un libro genial».
El libro de Lauryssens podrá verse en unos meses como película con Al Pacino en el papel del pintor y Cillyan Murphy en el del marchante belga. Dirigido por Andrew Niccol, guionista de El show de Truman, el ex marchante ha anunciado que ya está en fase de preproducción y que el objetivo es que el film se estrene en el festival de Cannes de 2009.
