‘Alcalá, una ciudad en la historia’ pretender ser ‘un recorrido por la evolución histórica de una de las ciudades más importantes la región madrileña y sus múltiples aportaciones la cultura española que la han hecho acreedora del título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad’. Lo es, y bien interesante, aunque también sirva como la crónica de un expolio vergonzoso, la plasmación ejemplar de un abandono generalizado de los núcleos históricos en toda España, como una mirada nostálgica a lo mucho que se perdió para siempre por desidia, por desamor y por barbarie, y a lo bastante que se debe conservar y mejorar.
Alcalá tiene dos mil años de historia. Fue Iplacea, Complutum, Al’Qual’at en Nah’ar, El Burgo de Santiuste. Carpetanos, romanos, musulmanes, judíos, cristianos, han forjado a largo de veinte siglos la ciudad, dejando su impronta. Dicen sus autoridades municipales: ‘Atesoramos singulares yacimientos arqueológicos, un excelente entramado urbano medieval que posibilitó la convivencia de tres culturas y tres religiones y sobre todo la perfecta Ciudad del Saber y Ciudad de Dios, que diseñada por la sabia mano del Cardenal Cisneros, nos permite disfrutar hoy de un conjunto único de soberbias construcciones del Renacimiento y el Barroco’.
Pero la exposición, que cuenta con un total de 177 piezas procedentes de más de 25 prestadores, deja patente también lo mucho que se ha perdido, con obras procedentes de museos, archivos, bibliotecas, iglesias, conventos y otras instituciones, tanto nacionales como internacionales. Alcalá del Henares fue importante con los romanos, y lo siguió siendo hasta hoy mismo, segunda ciudad de la Comunidad de Madrid que aspira a ser su ‘capital cultural’. Lo ha visto todo, lo ha sufrido todo, siempre desmantelada a cada cambio de función, hasta llegar a la conversión de sus muchos conventos en cuarteles el siglo pasado -lo cual los ha salvado- , y su actual papel de triste y feo barrio dormitorio gigantesco que rodea un centro histórico rehabilitado, poco para siglos de historia, valioso y digno de visitar, que está siendo potenciado para rivalizar con Aranjuez y El Escorial, con Toledo y Segovia, con La Granja y Ávila.
Los seis personajes más importantes para la ciudad fueron Ambrosio de Morales, San Diego de Alcalá, Francisco Jiménez de Cisneros, Miguel de Cervantes Saavedra, Angelo Nardi y Antonio Ponz., y a los cinco se dedica gran atención.
Se ha juntado un gran material desperdigado fuera de la ciudad: cuadros de Nardi o Ribera; documentos y libros de los siglos XIII en adelante, piezas de orfebrería y arqueología, así como planos de imponentes edificios derribados y perdidos, de alguno de los cuales sólo quedan cascotes convertidos ahora en reliquias.
Las pinturas de Zurbarán San Jacobo de la Marca y San Buenaventura recibiendo la visita de Santo Tomás de Aquino, y las de Alonso Cano San Antonio de Padua y Estigmatización de San Francisco, fueron todas realizadas para la decoración de la capilla de San Diego del convento franciscano de Alcalá de Henares, pero andan cada una por su lado: se exponen por primera vez juntas.
La exposición está estructurada en diferentes secciones para que el visitante pueda seguir el desarrollo histórico y cultural de esta población, cuyos orígenes se remontan a la Antigüedad clásica, a través de documentos históricos y obras de pintura, escultura, platería y artes menores, acompañadas de dibujos y planos, que contribuyen a acercar al visitante a su realidad histórica y a lo que fue un conjunto arquitectónico singular, del que quedan pocos vestigios.
Estos son los cinco apartados en que se estructura: Leyenda y realidad de un ilustre pasado; Alcalá. La villa de las tres culturas; La “ciudad del saber”: Humanismos y Renacimiento; Nueva Roma. Contrarreforma y espacios de devoción; y Crisis de un modelo urbano.
Podrá visitarse, en la Sala de Exposiciones Temporales de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, desde el 19 de septiembre hasta el próximo 16 de noviembre, está comisariada por Miguel Ángel Castillo Oreja y ha sido diseñada por el estudio de arquitectura Jorge Ruiz Ampuero Arquitectos.
Una vista de la ciudad en el siglo XVI, original de Antón van den Wyngaerde, sirve para imaginarse como sería la Alcalá de hoy si su desarrollo hubiera sido más ordenado, alrededor de ese núcleo histórico central, sumando y no sustituyendo, con pincel y brocha reparadores y no con pala y pico destructores. La ciudad es candidata para 2016 a ser Ciudad Europea de la Cultura. Mucho debería trabajar en estos años para merecer de verdad el título (cosa más simple es conseguirlo), recuperando y reuniendo en la medida de lo posible el patrimonio expoliado, paliando el desastroso urbanismo que aún hoy se practica, fomentando ciertamente la actividad cultural alrededor de su universidad, dejando atrás esta última transición desarrollista que la ha hecho sumar 200.000 habitantes, de tan infausta memoria como las anteriores.
Ciertamente en las dos últimas décadas se ha roto la deriva, un esfuerzo especialmente intenso en 2005, con el IV Centenario de la publicación de El Quijote. El Ayuntamiento dice aspirar a ‘recuperar y mantener el rico legado recibido’: intervenciones arqueológicas y la creación del Centro de Interpretación de la Ciudad Romana de Complutum, la rehabilitación del Conjunto Amurallado y el desarrollo del Centro de Interpretación de la Ciudad Medieval, la recuperación del antiguo Hospital medieval de Santa María la Rica y su próxima apertura como Museo José Caballero, la restauración de edificios históricos como la antigua Casa de los Lizana o el Convento de San Juan de la Penitencia, sería una muestra de lo que se está haciendo después de que fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en1998.
‘Alcalá, una ciudad en la historia’, ha sido organizada por la Consejería de Cultura y Turismo, con la colaboración de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, dentro de su programa de promoción y difusión del Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid. ¿Más vale tarde que nunca? Más vale.
ALGUNAS CITAS
“…Y aun haré cuenta que voy caballero sobre el caballo
Pegaso, o sobre la cebra o alfana en que cabalgaba aquel
famoso moro Muzaraque, que aún hasta ahora yace
encantado en la gran cuesta Zulema, que dista poco de
la gran Compluto.”
Miguel de Cervantes Saavedra,
La ingeniosa vida de Don Quijote de la Mancha
(1605)
“Volviendo el rostro hacia la izquierda se abarcaba de un golpe de vista
la ciudad de Alcalá de Henares, cuyas primeras casas apenas distarían
de allí un tiro de ballesta. Las torres, las cúpulas y los campanarios de sus conventos e iglesias, los cubos almenados de la casa arzobispal, los
arbotantes de San Justo, el frontón de San Ildefonso, extremidades más o
menos altas de las construcciones elevadas allí por la piedad o la ciencia, daban magnífico aspecto a la ciudad célebre, que inmortalizaron Cisneros
con su Universidad y Cervantes con su cuna.”
Benito Pérez Galdós, El audaz (1871)
“¿Quién, dónde o cómo se hace hoy en el mundo como
en las escuelas de Alcalá? ¿Dónde tan floridos ingenios
en artes, medicina y teología? ¿Dónde los ejercicios de
aquellos colegios teólogo y trilingüe, de donde cada día
salen tantos y tan buenos estudiantes? “
Mateo Alemán, Guzmán de Alfarache
(1599)
“…fasta Alcalá llegó la seña de Minaya;
e desí arriba tórnanse con la ganancia,
Fenares arriba e por Guadalfajara.”
Cantar de Mio Cid
