Guiños disidentes en el Moscú soviético, por J.C.Deus

Con ironía, con indirectas, con elipsis e hipérboles, una parte creciente de los intelectuales soviéticos aprovecharon la desestalinización de mediados del siglo pasado, para minar las bases ideológicas del comunismo dictatorial y burocrático que regía la Unión Soviética. La disensión interna fue creciendo desde los años sesenta hasta contaminar el vértice de poder y producir el desplome del régimen. ¿Qué papel jugaron los pintores en ello? ‘La ilustración total. Arte conceptual de Moscú, 1960-1990’ intenta responder a la pregunta presentando por primera vez en España una visión de conjunto con dos centenares de trabajos de 25 pintores que trabajaron en Moscú en los últimos treinta años del régimen ‘socialista’, aquella URSS que tantas esperanzas y frustraciones despertó en sus siete décadas de vida.

La muestra ha sido concebida y coorganizada por la Fundación Juan March y la Schirn Kunsthalle de Frankfurt, con el comisariado de Borís Groys, el mejor especialista en este tema y autor de varios libros sobre pensamiento y cultura contemporánea, entre ellos Obra de arte total Stalin que se traduce al español coincidiendo con la exposición. Como obras más relevantes de la exposición se nos proponen El hombre metafísico, de Iliá Kabakov; ¡Voy!, de Érik Bulátov; Léxico fundamental, de Grisha Bruskin; y Eslogan ideal, de Komar&Melamid.

Con ella, la Fundación insiste en una excepcional tarea por rutas poco o nada trilladas que el año pasado nos llevaron a ‘Roy Lichtenstein de principio a fin’, ‘Del romanticismo nórdico al expresionismo abstracto’, y sobre todo a ‘MAXImin: tendencias de máxima minimización en el arte contemporáneo’. Ahora toca a estos «conceptualistas románticos moscovitas», que vivieron al margen de la cultura oficial pero de forma tolerada, en una especie de autoexilio bastante cómodo que les permitía expresarse y conspirar entre ellos pero sin el menor acceso a los circuitos oficiales artísticos y mediáticos, los únicos existentes.

No se les ocurrió nunca enfrentarse violentamente al régimen, disentir claramente, criticar con acritud. Usaron el distanciamiento irónico, la deconstrucción sistemática de las imágenes oficiales, una sutileza intelectualizante que entendían sólo ellos y no salía de sus capillas moscovitas de clase media en contacto semiclandestino con la influencia occidental.

La impresión de conjunto es la de un trabajo artesano, de voluntaria modestia formal y muy mala leche conceptual. Obras en soportes nada nobles, de rústica ejecución, con un tono provocativo de ‘jorobar al funcionario del partido’ en vez del usual ‘épater le bourgeois’ de la Europa desarrollada.

En la URSS regía la cultura de masas, con artistas-funcionarios, sin mercado de arte, galerías, crítica, coleccionismo, publicaciones o instituciones más allá de las oficiales; por no tener, casi sin público. La utopía se había realizado. Y el resultado había sido devastador, desmoralizador incluso para el mismísimo ministro de Cultura. Ese vacío, ese cortacircuito alienante entre la nada oficial y la nada real es el que intentan provocar estos artistas con ingenio, con simpleza, con temor.

REMINISCENCIAS IBÉRICAS

Dicen los organizadores que ningún otro proyecto utópico ha conseguido nunca transformar la vida según un plan artístico total y mantenerlo durante décadas, de modo que los occidentales carecemos de esa experiencia. La experiencia peculiar de la victoria real de la utopía comunista no tiene ningún otro equivalente, y lo insólito de esa condición cultural es, quizá, el rasgo más atractivo de esta exposición.

Pero nos parece muy modestamente que, -aparte de que no triunfó la utopía sino su aberración, y eso fue ya visibled desxde los primeros años-, entre el horizonte vital de estos artistas moscovitas y el que vivimos en la última década del franquismo hay no pocas conexiones. La cultura oficial se desintegraba o vegetaba mientras lo disidente pugnaba por conquistar espacios. Seguramente era allí mayor la represión, el aislamiento, la asfixia en los años setenta. Y desde luego duró dos décadas más. Pero estos artistas conceptuales nos recuerdan el trabajo del Equipo Crónica y otros pintores españoles -Saura, por ejemplo, y el llamado pop español, Juan Genovés, Eduardo Arroyo, Luis Gordillo y otros- descolocando la iconografía histórica, descontextualizando símbolos e imágenes de un poder en absoluta decadencia, convirtiendo en irrisorio lo ampuloso y a veces temido.

Es un arte que allí y aquí puede parecer menor, de objetivos espúreos. Y que de hecho, debemos reconocer que lo parece.

BORIS Y LOS ROMÁNTICOS

El ahora comisario -de arte, no de policía- Boris Groys fue uno de estos artistas moscovitas hasta que se exilió en los primeros años ochenta y desde entonces analiza y promociona el fenómeno. Hablando alemán y con imagen completa de disidente ruso de película, nos cuenta que esta exposición surge de su descontento con la forma de exponer el arte ruso actual en Occidente, falto siempre de contexto.

Reconoce que el grupo ocupaba un espacio de libertad en el ámbito urbano que el régimen todavía totalitario había abierto quizás como mal menor. Que mantenían ‘una existencia de nicho’, ni oficial ni reprimido, sin publicidad y sin presencia en los medios de comunicación. Groys revela que lo de ‘románticos’ es otra ironía que sumar a estos artistas centrados en el aquí y ahora de su tiempo, y que respondiendo a una concepción del arte todo significado y nada mercancía como el occidental, creaba juegos de interpretaciones divertidas, con mucho humor. Y mucha simpleza.

¿Colaboraron mucho, poco o nada estos artistas a la caída del régimen, o le sirvieron incluso de coartada en los últimos años? Groys responde indirectamente. Dice que los cambios vinieron de arriba, que la misma dirección del partido comunista estaba cansada de tanta esquizofrenia, que ya hasta en sus familias se aceptaban estas obras, que fue un cambio paulatino en el vértice y no una explosión desde abajo. Sí, nos suena.

Nacido en 1947 en el Berlín Este, formado en la Unión Soviética y emigrado a Alemania en 1981, es profesor de Filosofía y Teoría de los Medios de Comunicación, ha comisariado numerosas exposiciones y es autor de una decena de libros, entre otros: Sobre lo nuevo. Ensayo de una economía cultural, y Bajo sospecha. Una fenomenología de los medios.

VIENEN LOS RUSOS

Algunos de los artistas de la muestra estarán en Madrid, el día de la inauguración: Iuri Albert (1959), que vive y trabaja entre Moscú y Colonia; Érik Bulátov (1933), que ha vivido en Nueva York y actualmente vive y trabaja en París; Vitali Komar (1943), que vive y trabaja en Nueva York y que hasta 2004 ha firmado conjuntamente sus obras como Komar&Melamid (con Aleksander Melamid, 1945); Nikolai Pánitkov (1952), que vive y trabaja en Moscú; y Vadim Zajárov (1959), que vive y trabaja entre Moscú y Colonia.

En el acto de inauguración del jueves a las 19,30 horas (entrada libre, hasta completar el aforo) intervendrá Borís Groys y, a continuación, se ofrece el primer concierto de los cuatro que ha organizado la Fundación Juan March, a lo largo del mes de octubre (los otros tres, los miércoles 15, 22 y 29, los tres transmitidos en directo por Radio Clásica, de RNE), con el título de “Después de Stalin: Música en la URSS, 1960-1990”. En el concierto inaugural del día 10, la soprano Carmen Gurriarán y el pianista Kennedy Moretti interpretan obras de Alfred Schnittke, Edison Denisov y Sofia Gubaidulina.

Coincidiendo con el primer fin de semana abierto al público, el domingo 12 de octubre, a las 11,30 horas, en el salón de actos de la Fundación Juan March se presentará el libro de Borís Groys, Obra de arte total Stalin, que se publica en España coincidiendo con la exposición. Posteriormente, a las 12,30 en el mismo lugar, Vitali Komar, que vive actualmente en Nueva York, dará una conferencia –con imágenes- sobre “Irony and Spirituality: My Experience in Russia and in the West” (“Ironía y espiritualidad: mi experiencia en Rusia y Occidente”).

Más información

————————————————————————
(NOTA: Si desea recibir un aviso diario de las informaciones nuevas que publicamos, introduzca su dirección de correo en el recuadro ‘Suscribirse a Infordeus-Blog’ de la columna de la izquierda de las páginas de Infordeus. Gracias por su interés).
————————————————————————

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

Lo más leído