Este año se cumplen 200 años del nacimiento de Charles Darwin y 150 años de la publicación de ‘El origen de las especies por medio de la selección natural’, una obra que modificaría como pocas la percepción humana de la existencia. A partir de 1859, este libro dio origen a una revolución que fue más allá de la mera biología y que habría de revelarse decisiva en la formación del pensamiento contemporáneo. Es un texto accesible sin demasiados tecnicismos, que da cuenta de la teoría científica que está en las raíces de nuestra presente actitud ante el universo.
El evolucionismo goza cada día de mejor salud, y la figura de Darwin se agiganta en el siglo XXI, mientras que las de los otros dos grandes descubridores de su época, Carlos Marx y Sigmond Freud, han sufrido embates contundentes, revisiones profundas que les han librado de los excesos y dogmatismos en que siempre caen los discípulos. Será este año cuando probablemente se inicie también una revisión del evolucionismo para eliminar hojarascas y sacralizaciones siempre negativas. Sobre todo cuando pueden intuirse nuevos desarrollos en puertas, pues como dice uno de los más notables científicos españoles, Francisco J. Ayala, encargado de prologar la edición, “los conocimientos sobre la evolución son extensos y muchos descubrimientos están definitivamente confirmados, pero aún quedan por resolver muchos detalles sobre la historia y las causas de la evolución’.
Este ‘El origen de las especies por medio de la selección natural’ responde a la sexta y definitiva publicada en inglés, en la traducción al español ya clásica de Antonio de Zulueta y la introducción de Diego Núñez que ayuda a situar la obra en su contexto. El autor, universalmente conocido como fundador de la teoría de la evolución biológica, puso a prueba las creencias de la época sobre la creación divina de la vida y la estabilidad de las especies.
En su viaje de cinco años alrededor del mundo, el descubrimiento de huesos fósiles pertenecientes a grandes mamíferos extinguidos en Argentina y la observación de numerosas especies de pájaros pinzones en las Islas Galápagos, estuvieron entre los acontecimientos que estimularon el interés de Darwin en cómo se originan las especies.
DUDAS Y POLÉMICAS
Durante su primera campaña electoral, el ex presidente George W. Bush dijo: «en el tema de evolución, aún no sabemos nada concreto sobre cómo creo Dios la tierra» («on the issue of evolution, the verdict is still out on how good created the Earth»). Pudo sonar como otro desliz. Pero lo más probable es que no lo fuera. Es más posible que reflejara el la creencia -profunda entre muchos cristianos- de que la adherencia incuestionable a la teoría de la evolución ha sido usada muy a menudo como un argumento contra la existencia de Dios.
La cuestión del origen de la vida ha sido, por largo tiempo, un desafío a la imaginación, la que se ha valido de respuestas religiosas, filosóficas y científicas para enfrentar su misterio. Desde el punto de vista científico, lo que obstaculiza la búsqueda es la falta de una definición de lo que es vida, un criterio unificado para enfrentar el tema: unos buscarán la molécula primigenia entre las moléculas orgánicas, aquellas que contengan carbono, oxígeno e hidrógeno, mientras que otro grupo se encaminará hacia la molécula que presente ADN y ARN, es decir, en la dirección de la clave de la herencia. Lo concreto es que intentar reconstruir la génesis de la vida resulta una empresa bastante temeraria.
La presunción de muchos científicos es que la vida comenzó en el llamado «caldo primigenio», una especie de sopa rica en compuestos de carbono, pero en 2002, un grupo de científicos que llevó a cabo experimentos en pequeños manantiales de aguas termales en las regiones volcánicas de Kamchatka en Rusia y de Mount Lassen, en California, comprobaron que no proporcionan las condiciones apropiadas para el desarrollo de la vida, tal como pensaba Darwin.
¿De dónde vienen las moléculas orgánicas? Hay científicos que defienden la idea de que la respuesta pueda haber viajado en el polvo interestelar, en la posibilidad de que cometas o asteroides hayan visitado la tierra trayendo el presente de la materia prima para la producción de la vida. La posibilidad de que esto sea así, se abre a otra interrogante: ¿hay vida, tal como la conocemos, en otras partes del universo?
CONTRA EL DISEÑO INTELIGENTE
Del profesor Ayala, Alianza ya publicó en 2007 ‘Darwin y el diseño Inteligente. Creacionismo, cristianismo y evolución y El origen de las especies’ que tuvo dos ediciones y ha salido también en libro de bolsillo. Se trata de la búsqueda de un camino para conciliar la religión y la ciencia con respecto a la evolución. Según Ayala, la ciencia y la fe religiosa no están en contradicción, ni pueden estarlo, puesto que tratan de asuntos diferentes que no se solapan. La ciencia busca descubrir y explicar los procesos de la naturaleza. La religión trata del significado y propósito del universo y de la vida, la relación entre los humanos y su Creador, y los valores morales que inspiran y guían la vida humana. La selección natural explica la evolución de las especies a través de millones de años y la adaptación de los organismos a su entorno, con ojos para ver, alas para volar, y agallas para respirar en el agua.
Pero el mundo de la vida, observa Ayala, está lleno de imperfecciones, sufrimiento, crueldad, y sadismo. La espina dorsal esta mal diseñada, los depredadores devoran a sus presas, los parásitos destruyen a sus huéspedes. La selección natural da cuenta de estas calamidades, que, por ello, no necesitan ser atribuidas a mal diseño o perversidad del Creador. Según explica Ayala, la evolución por selección natural esta más de acuerdo con la fe religiosa en un Dios de amor, misericordia y sabiduría, que el llamado «diseño inteligente» que atribuye al Creador las imperfecciones del mundo de la vida.
Una posición dialogante que comparte desde el otro lado un alto cargo de la Curia, el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, el arzobispo Gianfranco Ravasi. cuando afirma que ‘Darwin y la Biblia son compatibles’ y añade que teólogos, filósofos y científicos se mueven en «terrenos diferentes», pero «lo importante es que la línea de demarcación no se convierta en una ‘muralla china’ en un ‘telón de acero’, desde el que se mira al otro con desprecio». «La distinción», advirtió «no es separación». «¡La distinción es necesaria!». «Por tanto –aclaró–, hace falta un acto de humildad también por parte del teólogo que debe escuchar y aprender; por otro lado, hace falta superar la arrogancia de algunos científicos que abofetean a quien tiene fe y que consideran la fe y la teología como una herencia de un paleolítico intelectual».
Y es que el debate sobre la teoría de la evolución cada vez es más encendido, tanto en el ámbito cristiano como en el estrictamente evolucionista, con frecuencia más en clave ideológica que no científica.
Este ‘Darwin y el Diseño Inteligente’ proporciona la mejor introducción a las ideas del científico británico, y en general, a la biología evolutiva, actualmente disponible.
GENÉTICA
Junto a estas dos obras, hay que reseñar también ‘El siglo de los genes. Patrones de explicación en genética’ en el que Francisco J. Ayala y Ana Barahona llevan a cabo una reconstrucción histórica de la genética desde 1900 repasando la metodología, los experimientos más útiles, la aparición de nuevas disciplinas, los protagonistas y el futuro de la genética.
El comienzo de la manipulación del material genético a principios de los 1970, y por consiguiente, la aparición de la ingeniería genética molecular, marcó uno de los eventos más prometedores de las ciencias
biológicas, gracias al desarrollo de las técnicas del ADN recombinante o clonación molecular.
Los autores de esta obra divulgativa, creen que es necesario impulsar discusiones a fondo y difundir el conocimiento acerca de los organismos transgénicos, las terapias génicas, sus posibles riesgos, y aprender de
lo que las ideologías eugenésicas han ocasionado en el pasado. Un tema de enorme actualidad y trascendencia.
Francisco José Ayala Carcedo (Madrid, España, 1934), representa la segunda generación de representantes ilustres del neodarwinismo. Fue sacerdote dominico y marchó a Estados Unidos en 1961 donde se nacionalizó una década después. Sigue ejerciendo como profesor de Ciencias Biológicas en la Universidad de California, Irvine. En 2002 le fue concedida la medalla nacional de Ciencia de los Estados Unidos. Ha sido Presidente de la American Association for the Advancement of Science. De 1994 a 2001 fue miembro del Comité de Asesores de Ciencia y Tecnología del Presidente Clinton. Su currículo incluye numerosas distinciones en todo el mundo, es autor de una veintena de libros, y prolífico articulista y conferenciante.
El origen de las especies por medio de la selección natural
Charles Darwin (Autor/a), Francisco J. Ayala (Prologuista) y Antonio de Zulueta (Traductor/a)
Colección: Alianza Ensayo
15,50 x 23,00 cm.
544 páginas
Cartonado
I.S.B.N.: 978-84-206-6867-3
Código: 3492377
24,04(IVA no incluido)
25,00(IVA incluido)
Febrero 2009
El siglo de los genes. Patrones de explicación en genética
Francisco J. Ayala (Autor/a) y Ana Barahona (Autor/a)
Colección: Alianza Ensayo
15,50 x 23,00 cm.
256 páginas
Rústica Hilo
I.S.B.N.: 978-84-206-4882-8
Código: 3492378
16,35(IVA no incluido)
17,00(IVA incluido)
Marzo 2009
Darwin y el Diseño inteligente
Creacionismo, cristianismo y evolución
Francisco J. Ayala (Autor/a) y Miguel Ángel Coll Rodríguez (Traductor/a)
Colección: Alianza Ensayo
15,50 x 23,00 cm.
232 páginas
Rústica Hilo
I.S.B.N.: 978-84-206-4822-4
Código: 3492326
16,35(IVA no incluido)
17,00(IVA incluido)
Mayo 2007
Otros libros en la misma editorial:
La expresión de las emociones en los animales y en el hombre, Charles Darwin
Colección: El libro de bolsillo, 9,90
Para leer a Darwin, Patrick Tort
Colección: El libro universitario, 12,10
Charles Darwin, Peter J. Bowler
Colección: Alianza universidad, 23,30
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