Tantas voces fallidas, por J.C. Deus

No hay nada más triste para un devoto del teatro, que abandonar avergozamente la sala antes de que caiga el telón. No hay nada más penoso para quien fue un joven fascinado por los personajes en busca de autor de Luigi Pirandello que enfrentarse con una frustrada adaptación de su obra a los tiempos actuales, aún partiendo de la base de que ni los mismos italianos se han atrevido a llevar sus cuentecillos a escena, cuando ni él mismo lo encontró procedente. Uno no se explica las razones por las que el Teatro Español se ha atrevido a hacerlo en el Matadero, justo al mismo tiempo que trae a Madrid al fantástico Bridge Project en su sala titular, en este ‘Tantas Voces…’ tan desgraciadamente fallida, tan frustrante.

Puede que los cuatro cuentos de Pirandello que Juan C. Plaza Asperilla ha adaptado a la escena y Natalia Menéndez dirige -porque al quinto, como digo, no llegué-, estén obsoletos y bien obsoletos en su sueño eterno sólo interrumpido por académicos y expertos en la obra de este premio Nobel de Literatura del año de gracia de 1932. Hay quien dice que no se lo merecía, como de tantos otros premios Nobel. Pero en todo caso, no merecían una versión tan desalmada (en el estricto sentido de carente de alma). Escenografía plana, en un escenario en el que acaba de estar Tomaz Pandur, e interpretación equivocada de tono nos desligan irremediablemente de historias que son o parecen absolutamente carentes de interés.

Nos decían en su promoción que el gran proyecto de madurez de Pirandello fue Cuentos por un año, un libro en el que pretendía reunir 365 narraciones, una por cada día del año. y del que sólo llegó a escribir 241 antes de que le llegara la muerte en Roma en 1936. La casa de Granella, El hombre de la flor en la boca, Limones de Sicilia, El certificado y Alguien ha muerto en el hotel son los cinco cuentos escogidos, con una coreografía de Marta Gómez y una música original de Luis Miguel Cobo que nada salvan de un conjunto lamentable.

Los siete actores encargados de dar vida a no sé cuántos, unos cuarenta personajes, se repiten sin conseguir trasmitir. La escenografía de Andrea D’Odorico es realmente floja, con personajes que mueven sillas y salen y entran de escena sin sentido, y poco puede ayudar el buen vestuario de Ana Rodrigo y la correcta iluminación de Juan Gómez Cornejo.

Apenas nada más puede añadirse. Son muchas voces, sí, pero todas carecen de interés. Con la escasa documentación aportada, poco puede indagarse en las buenas intenciones, que las habrá, de este pinchazo. Nos retrotrae a momentos que el optimismo generalizado de la escena española parecía haber dado por finiquitados. El público ilusionado, que llenaba en sus dos terceras partes la sala, merece algo mejor y el Matadero -en el que parece haberse instalado una cutrez impresionante- puede morir así casi recién nacido, si se completa la pesimista visión con el descuido estético, la pasotez del personal, la absurdez de muchas de sus otras actividades, y esa secular indolencia que en este país mata tantos estupendos projectos.

Pirandello fue un importante innovador de la técnica escénica y ejerció una gran influencia al liberar al teatro decimonónico de las desgastadas convenciones que lo regían, preparando el camino al pesimismo
existencialista de Anouilh y Sartre, así como a las comedias absurdas de Ionesco y Beckett. Además de la celebérrima Seis personajes en busca de autor (1921), entre sus obras destacan El placer de ser honrado (1917), Así es si así os parece (1917) -nuestra favorita-, Enrique IV (1922), y Esta noche se improvisa (1930). Pero Pirandello necesita de mucha actualización hoy día para separar la paja circunstancial del fondo reflexivo, un adelanto acertado del relativismo posmoderno. El azar es el rey de la existencia; la personalidad, una careta; la gente, un conjunto de sonámbulos. Y el teatro, un intento de plasmarlo. Esperemos a una próxima ocasión más afortunada, confiados en el oficio y la vocación de los que lo intentaron.

TANTAS VOCES…
Luigi Pirandello
NAVES DEL ESPAÑOL
MATADERO
Del 17 de abril al 10 de mayo de 2009
De martes a sábado, 20.00 h.
Domingos, 18.00 horas
Precio: 22 euros

Dirección Natalia Menéndez

Reparto (por orden alfabético)
Fidel Almansa
Jorge Calvo
Lola Casamayor
Lara Grube
José Luis Patiño
Juan Ribó
Antonio Zabálburu

Dramaturgia Juan C. Plaza-Asperilla
Coreografía Marta Gómez
Vestuario Ana Rodrigo
Música Luis Miguel Cobo
Iluminación Juan Gómez Cornejo
Escenografía Andrea D’Odorico

Producciones Andrea D’Odorico

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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