Dentro del Festival Internacional Madrid en Danza, el espectáculo Entity, del coreógrafo Wayne McGregor, era uno de los más esperados. No defraudó. Un lleno total subrrayó las tres actuaciones de su compañía, la Wayne McGregor/Random Dance en los Teatros del Canal. Una ‘entidad coreográfica artificialmente inteligente’, ha definido Scott Lahuna, el director de investigación de la compañía, esta Entity tan difícil de comentar como de clasificar. Por eso los críticos han optado por la veta tecnológica, como si McGregor fuera el primero en usar máquinas y chirridos junto a proyecciones científicas y movimientos poco humanos.
No. Ni la escenografía ni el movimiento ni la música tienen nada de robótico. Ni hay una presencia tecnológica especialmente notable. Si la Entidad que nos poponen tiene aspiraciones de vida propia, si ha sido engendrada de concepción artificial, si ha nacido por procedimientos matemáticos o químicos, que exponga las pruebas pertinentes. Todo esto muchas veces no es más que palabras, promoción, eslóganes. Y ya sabemos que, como decía La Codorniz -aquella revista de los años sesenta- donde no hay publicidad, resplandece la verdad.
Hay hallazgo del movimiento fuera de los cauces habituales, entre la armonía y la disfunción, un terreno amplio que no es tampoco el primero en explorar, pero que hace a la perfección. Hay una multicoreografía que apenas se apoya en los pasos coordinados y que obliga al ojo y al cerebro a trabajar en paralelo, como cuando los adolescentes ponen mensajes en el móvil al mismo tiempo que manejan la consola y ven una película. Hay tres paneles con tres martillos pilones en los tres laterales del escenario. Hay vídeos en los que danzan las bacterias y las estadísticas. Hay músicas electrónicas de ritmos frenéticos, pero también dulces pianos y melancólicos violonchelos.
La tensión se mantiene sin concesiones. Los bailarines actuán primero en camiseta, luego en escueta ropa interior. “Un coreógrafo es alguien que está comprometido con el pensamiento físico. Alguien que se dedica a la tecnología del cuerpo, a sus conceptos y filosofías”, dice como toda explicación este joven mimado. No queramos ir más allá: no se puede. No nos han explicado si Entity se inició sobre la música o al revés. Tampoco el grado de creatividad permitido a cada bailarín o si sus movimientos han sido estrictamente trazados.
En la concepción de este trabajo, el creador británico dice haber partido de la pregunta “¿Cómo usar el cuerpo para entender quienes somos?”. Sus publicistas dicen que Entity es un sueño tecnológico, la unión de danza y tecnología, una asombrosa combinación de cuerpos atléticos, luces, tecnología, vídeo y elementos de la cultura contemporánea. Sea. McGregor dice ser un apasionado de la ciencia y la tecnología, y en sus piezas busca asesoramiento de científicos, ya fuera en Ataxia, una pieza sobre la desconexión entre el cuerpo y la mente; en Amu, un trabajo inspirado por la construcción de la imaginación a través de un escáner; o en Eden, una reflexión sobre ética y clonación.
El espectáculo se estrenó en Sadler’s Well (Londres) en abril 2008 y ha pasado por la Biennale de Venezia. Wayne McGregor ha recibido encargos de The Big Chill, The Royal Opera House y La Scala de Milano y ha coreografiado los movimientos de la película Harry Potter y el cáliz de fuego. Además es el primer coreógrafo en residencia nombrado por el Royal Ballet en los últimos dieciséis años y el único que proviene del mundo de la danza contemporánea en toda la historia de la institución. The Millennarium (1997), Sulphur 16 (1998) y Aeon (2000), incorporan animación, películas digitales, arquitectura 3D, sonido electrónico y bailarines virtuales. McGregor con 22 años fundó esta su propia compañía, la Wayne McGregor/ Random Dance, con la que ha evolucionado hacia un lenguaje coreográfico propio. Ha colaborado con el músico clásico John Tavener, con expertos en robótica y neurólogos. Ha creado instalaciones para la Saatchi Gallery, las Casas del Parlamento y para el Pompidou Centre de París, entre otros muchos espacios. Entre sus últimos trabajos se encuentran la puesta en escena de Dido y Eneas.
En noviembre de 2008, le consagraba el New York Times diciendo que “McGregor está haciendo una de las labores coreográficas más apasionantes del mundo”. Dicen que ha creado un lenguaje dancístico nuevo basado en coreografías con movimientos rápidos y precisos, ejecutados con fluidez, y el uso de las nuevas tecnologías en sus trabajos. Yo no diría tanto a pesar de que Entity merece un sobresaliente sin reservas.
WAYNE MCGREGOR/ RANDOM DANCE
FESTIVAL INTERNACIONAL MADRID EN DANZA
ENTITY
Dirección artística y coreografía Wayne McGregor
Música Joby Talbot, Jon Hopkins
Bailarines
Neil Fleming Brown
Catarina Carvalho
Agnès López Rio
Paolo Mangiola
Ángel Martínez Hernández
Anh Ngoc Nguyen
Anna Nowak
Maxime Thomas
Antoine Vereecken
Jessica M Wright
Escenografía Patrick Burnier
Vestuario Patrick Burnier
Iluminación Lucy Carter
Fotografía Ravi Deepres
Vídeo Ravi Deepres
Un encargo de Het Muziektheater, (Amsterdam), Sadler’s Wells, (Londres), Biennale de la Danse (Lyon),
DanceEast (Ipswich) y Swindon Dance / Bath University ICIA / Wyvern (HST) (Swindon/Bath) y subvencionado
por The Linbury Biennial Prize for Stage Design, The Estate of Sir John Drummond, The Quercus
Trust, Calouste Gulbenkian Foundation, University of California San Diego y PRSFoundation for new
music. Con el apoyo del British Council (España).
Estreno en España
Duración: 1 hora (sin intermedio)
Teatros del Canal. Sala A
24 y 25 de abril a las 20.00 horas
26 de abril a las 19.00 horas
FESTIVAL INTERNACIONAL MADRID EN DANZA
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