Los Teatros del Canal se confirman -tras el bautizo ‘boadellesco’ de La Cena, y los espectáculos de danza de MacGregory y Cunnigham- con la obra quizás más grande y ambiciosa del teatro español, Fuenteovejuna, escrita por Lope de Vega hacia 1612 y considerada ciertamente una obra cumbre de la literatura universal. La tarea ha sido encargada a la compañía madrileña Rakatá y al frente figura Laurence Boswell, director asociado de la Royal Shakespeare Company, de demostrada pericia con los clásicos españoles. Un proyecto importante, con dos horas y media de duración, y 35 actores en elenco, la prueba de fuego para la que es quizás la mejor sala teatral que existe en Europa a la que ahora hay que llenar de contenido. Un gran espectáculo, con un notable alto de calificación en todas sus facetas.
Estamos ante una obra que tiene el nivel de las mejores de Shakespeare. Basada en un hecho real acontecido un siglo antes, y urdida en torno al honor, el ingrediente clave del teatro español del siglo de oro. Como casi todo el mundo sabe, un pueblo entero se subleva contra los abusos de un comendador real al que lincha en venganza. Estallidos de cólera semejantes jalonan la historia humana y forman una escalera de precedentes que lleva a la revolución francesa de 1789. Pero lo excepcional aquí es que el pueblo asume colectivamente la responsabilidad de los hechos frente a la represión posterior, sin que puedan individualizarse culpables. Tan excepcional es su comportamiento que recibirán como premio el perdón real.
Fuenteovejuna forma parte de los ‘memes’ hispánicos desde su estreno hace cuatro largos siglos. Por su doble condición de hecho histórico y memorable teatralización. Sólo ahora, con la destructora transición sufrida por el sistema educativo y la voladura sistemática, premeditada y alevosa del patrimonio común, ha crecido una generación que ya no conoce una de las frases más populares de nuestro acervo cultural:
‘¿Quién mato al Comendador? – Fuenteovejuna, señor – ¿Y quién es Fuenteovejuna? – Todos a una’.
Según la versión histórica que es dada por cierta actualmente en esta localidad cordobesa, la presencia en la villa del Comendador Mayor de la Orden de Calatrava, Fernán Gómez de Guzmán, que tomó posesión de la misma hacia 1468 o 1469 para convertirla en encomienda principal de su orden, suscitó las iras de los vecinos, que protagonizaron contra él la revuelta de 1476 inmortalizada por Lope de Vega. En la madrugada del 22 al 23 de abril de 1476 su muerte tuvo como una de sus principales bases la voluntad de Córdoba de recuperar el control jurisdiccional sobre el municipio, como se deduce del fracaso de las investigaciones llevadas a cabo por el juez enviado por los Reyes Católicos para investigar lo sucedido y del hecho de que a los pocos días de aquellos acontecimientos Juan de Berrio, alcalde mayor de Córdoba, tomara posesión de la villa en nombre de la ciudad y ésta volviera a la jurisdicción cordobesa.
El levantamiento ha de inscribirse, no obstante, en un ámbito más amplio, regional y nacional. En este sentido, han de considerarse las circunstancias políticas del reino de Castilla que, desde el último tercio del siglo XIV, originaron numerosos privilegios señoriales en menoscabo de grandes concejos de realengo como Fuente Obejuna. Asimismo, hay que tener en cuenta otros movimientos antiseñoriales acontecidos en la villa en fechas anteriores como consecuencia del control jurisdiccional de la villa otorgado en 1450 a los Sotomayor de Belalcázar por el rey Juan II y el rechazo de los melarienses plasmado en la revuelta de 1453 apoyada por la ciudad de Córdoba.
Y ha de ser inscrito también, cómo no, en el marco de la guerra civil castellana entre Juana la Beltraneja y los Reyes Isabel y Fernando, además de contar con las circunstancias de carácter local tales como la división del municipio con motivo de esa guerra, la enemistad que el comendador mayor de Calatrava se atrajo del cabildo catedralicio cordobés al retener el importe de las rentas decimales, la sentencia de excomunión que pesó sobre la villa como consecuencia de este hecho, las necesidades de la guerra, que movieron a Fernán Gómez a exigir una presión fiscal importante a los vecinos, y los siempre aducidos, -aunque aún no demostrados fehacientemente-, abusos que el comendador cometió con las mujeres de Fuente Obejuna.
El pleito promovido posteriormente entre la Orden de Calatrava y la ciudad de Córdoba por la posesión de la villa finalizó definitivamente en septiembre de 1513 mediante la firma de una concordia por la que Fuente Obejuna quedó definitivamente ligada al alfoz cordobés a cambio de abonar la ciudad de Córdoba a la Orden una compensación económica. Posteriormente en 1557 la villa fue vendida por el rey Carlos I al obispo cordobés Leopoldo de Austria por la cantidad de unos 100.000 ducados, quien la legaría a su hijo ilegítimo Maximiliano de Austria; donación ésta finalmente invalidada por no haberse satisfecho la cantidad expresada a causa de la muerte repentina del obispo en septiembre del mismo año.
El voraz devorador de historias que era Lope, siempre necesitado de combustible, para su dextraordinaria creatividad, convirtió la cuestión económica en accesoria, y la anécdota de los abusos sexuales en central. Desestimó la pugna entre la ciudad de Córdoba y la Orden de Calatrava por su propiedad, y elevó el conflicto dinástico entre Isabel y Juana la Beltraneja a único contexto histórico. Cometió no pocos errores de guión, como le pasaba a Shakespeare y a todos los clásicos, denominando Reyes Católicos a los que sólo lo serían varias décadas después, y sobre todo haciendo que el criado del comendador enfrentado con las armas a Isabel y Fernando, acudiera a ellos en busca de venganza contra la rebelión popular.
A Félix Lope de Vega y Carpio (Madrid, 25 de noviembre de 1562 – 27 de agosto de 1635), conocido como el Fénix de los Ingenios y apodado Monstruo de la Naturaleza por Miguel de Cervantes, se le atribuyen unos 3.000 sonetos, 3 novelas, 4 novelas cortas, 9 epopeyas, 3 poemas didácticos, y varios centenares de comedias, por no citar la cifra que algunos proponen de 1.800.
Boswell ha explicado que su mayor preocupación ha sido cómo enfrentarse a «un verso complejo» en un idioma que no habla. Tiene un enorme mérito por parte suya y por parte de este país nuestro tan hospitalario, pero ello ha hecho que la declamación en general haya puntuado a la baja, sin el nivel que alcanza en su compañía británica de procedencia. «Pero me he dado cuenta de que los dramaturgos ingleses y españoles emplean los mismos trucos y recursos y que son muchas más las cosas que les unen que las que les separan. Además comprobé que tampoco hay diferencias entre los actores españoles e ingleses». Gracias, muy amable, pero no nos engañemos. No será ésta su única concesión al país de acogida. Boswell ha hecho un Fuenteovejuna muy español, con demasiados gritos, otro punto negativo, sobre todo en el caso de Alberto Jiménez, que encarna al comendador Fernán Gómez. Más que él, y más que Gerardo Malla en el papel del alcalde del pueblo, nos quedamos con Lidia Otón en una fuertísima Laurencia, convincente en todos los registros, desbordante como una agustina de aragón pasada por la marsellesa.
Boswell dirigió en 2005 en el Teatro Español un memorable acontecimiento con cuatro obras de Shakespeare. Tras ello, los promotores de Rakatá le reclamaron y él les respondió que tendría que ser la obra que él quisiera, con un elenco que él eligiera y con doce semanas para ensayos. Dijeron a todo que sí y ese fue el germen de ‘El perro del hortelano’. Tras esa experiencia, en el Teatro Albéniz en 2007, le pidieron que repitiera y la elegida fue «Fuenteovejuna», con la que retornan varios actores de entonces, como Lidia Otón y Enrique Arias.
El director ha contado con la estimable contribución en la escenografía de Jeremy Herbert (con el que ya trabajó en «El perro del hortelano»), en el vestuario de Catriona Macphee, en la música de Pascal Gaigne, y en la iluminación de Chahine Yabrodan. La central torreta de madera desde la que se generan los distintos espacios escénicos con economía de medios y verosimilitud, es un recurso que se está haciendo habitual hoy día para prescindir o librarse del total del espacio escénico. Fue un hallazgo en su momento, pero se está convirtiendo en una limitación. Muy destacable la coreografía de la boda campesina y de la revuelta popular, así como la presentación de la corte de los reyes católicos, con sus dobles equipos de asesores y escribas.
Los tres actos originales se convierten en dos y la obra se alarga con un intermedio que al parecer viene a responder al gusto popular, pero que en realidad prolonga artificialmente el espectáculo, como si el precio de la entrada tuviera que medirse en minutos. Al menos a nosotros, personalmente, no nos gustan los intermedios, y sería interesante encuestar al público al respecto. El programa de mano vuelve a ser muy deficiente, destacando la falta de identificación de los intérpretes con sus personajes, algo que no contribuye a su popularidad. Hay que decir que el proyecto ha contado con el apoyo de la SECC (Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales), el British Council, el Instituto Cervantes, la participación del CTE (Centro de Tecnología del Espéctaculo) y Prolope (Grupo de Investigación sobre Lope de Vega de la Universidad Autónoma de Barcelona).
Y hay que aplaudir que este proyecto teatral vaya acompañado de una clara vocación de descubrimiento a los jóvenes y al público en general de la realidad del teatro clásico y de su vigencia en la época actual, tanto desde el punto de vista del entretenimiento como del acercamiento a la realidad humana y la historia. En torno al espectáculo tendrán lugar una serie de actividades que facilitarán a miles de jóvenes un acceso real a los textos clásicos y les permitirán profundizar en el entendimiento del proceso dramático. Para ello se ha editado un libro con la versión íntegra del texto de Fuenteovejuna que junto con un cuaderno pedagógico servirán de soporte a una campaña escolar.
En fin, como decíamos al principio, un notable alto, si reservamos el sobresaliente para lo excepcional, que no lo es esta producción, siendo notable y buena. Pero la versión, su escenografía e interpretación, se queda en notable que no es poco ni en estos ni en cualquier tiempo. Al notable le falta para ser sobresaliente, algunos kilos de solidez y unas gotas de genialidad. Pero aún así, es una satisfacción celebrar esta puesta en escena, el esfuerzo de la producción, la riqueza de medios humanos: teatro así no se ve todos los días y hay que aprovecharlo. Antes de llegar a Madrid, ha estado dos meses de gira en otros escenarios y el montaje merecería un verano de actuaciones sin interrupción, incluidos festivales internacionales.
Una nota final para recordar lo excepcional de esta pieza. En 1935, 1956, 1962, 1992, 1994, 1997, 2000 y 2004 ha sido representada la obra Fuenteovejuna en la localidad cordobesa de Fuente Ovejuna donde tuvo lugar elk episodio original: ‘Aunque parece ser (por tradicion oral), que las representaciones de la obra se empezaron a hacer en nuestro municipio con una cadencia de unos 100 años, y posteriormente cada 50, desde el año 1935 se escenifica esta obra de una forma aleatoria, sin tener que representarse sin seguir unos cánones de fechas’. Con motivo del Tercer Centenario de la muerte de Lope de Vega (1635), se celebro durante los días 23, 24 y 25 de Agosto de 1935 la representacion por la Compañía de Enrique Borras y Margarita Xirgu, (la primera de España en ese momento), en lo que fue el acontecimiento del año. En 1956 la escenificacion fue realizada por la Compañía de Jose Tamayo, con Aurora Bautista encarnando a Laurencia; Andres Mejuto al Comendador; Manuel Dicenta en el papel del Alcalde. En 1962, con motivo de cumplirse el IV Centenario del nacimiento de Lope de Vega fue dirigida por Jose Osuna; con Analía Gade y Francisco Piquer como el malvado comendador. En 1992, los días 20. 21 y 22 de Agosto, estuvo a cargo de Enrique Jovet y la directora Mª Paz Ballesteros. Además de los 23 actores principales que intervinieron, participaron 148 personajes de figuracion. Desde entonces, los habitantes de la localidad han sido incorporados a las representaciones. Este año se volverá a representar.
Todos los datos de la producción, vídeo, y panorámica de la obra con 200 imágenes
TEATROS DEL CANAL
FUENTEOVEJUNA, DE LOPE DE VEGA
COMPAÑÍA RAKATÁ
DIRECCIÓN: LAURENCE BOSWELL
DEL 7 DE MAYO AL 7 DE JUNIO
————————————————————————
(NOTA: Si desea recibir un aviso diario de las informaciones nuevas que publicamos, introduzca su dirección de correo en el recuadro ‘Suscribirse a Infordeus-Blog’ de la columna de la izquierda de las páginas de Infordeus. Gracias por su interés).
————————————————————————