Danzan Baryshnikov y Laguna, por J.C.Deus

Mikhail Baryshnikov es un mito de la danza contemporánea y Ana Laguna es una extraordinaria veterana. Juntos recibieron en el estreno de ‘Tres solos y un dúo’ la mayor ovación en los escenarios madrileños de los últimos tiempos. Nunca habíamos visto a todo un aforo a reventar puesto en pie aplaudiendo tan larga y emocionadamente. Cierto que a los mitos se les rinde muchas veces pleitesía seguidista, pero los cientos de afortunados presentes -entre ellos Joaquín Cortés y Nacho Duato, Pedro Almodóvar y Eusebio Poncela- parecían haber sido conmovidos por esta pareja madura, tan elegante, tan sencilla, tan auténtica, y por un espectáculo tan austero y sopesado, tan modesto como emocionante. Todos los océanos fueron descubiertos hace tiempo. Ya sólo queda sitio en los escenarios para lo auténtico.

Un programa breve, el mayor de los placeres cuando lo que se ofrece es bueno (y un alivio, cuando es regular o malo). Comienza con una pieza de nueve minutos basada en el Valse-Fantasie que compusiera el compositor romántico Mikhail Glinka para una chica que le gustaba. Fue estrenada el pasado mayo en Riga, la ciudad natal de Baryshnikov, con coreografía de su compatriota Alexei Ratmansky, director artístico del Bolshoi Ballet. Baryshnikov marca lo que será el conjunto del espectáculo, una reflexión irónica entre la gestualidad escénica de la danza clásica y los actos cotidianos de los pobres mortales, una sonrisa apenas esbozada, una cercanía a Charles Chaplin, una entradilla agradable a lo que ahora vendrá, lo que más nos gustó.

‘Solo for Two’ es un muy especial ‘Pas de deux’, una pieza aún más corta que la anterior, basada en una de las piezas musicales más sensibles del pasado siglo, ‘Für Alina, For Arinushka, Spiegel im Spiegel’, de uno de nuestros compositores favoritos, Arvo Pärt. Cuando se dispone de una música así, y de una bailarina tan hermosamente normal y humana, casi todo puede funcionar. El coreógrafo Mats Ek limita la presencia de Baryshnikov a dos o tras fugaces apariciones, y permite a Laguna presentarse en toda su experimentada madurez. Un zapato y una silla son el resto de los protagonistas, el mundo de las cosas.

Con el ‘solo’ ‘Years later’ Baryshnikov vuelve a reflexionar en su fabulosa carrera, como ya hiciera en Madrid hace dos años; y en quince minutos de nostalgia -con humor y sin acritud- interactúa con filmaciones de sus excepcionales dotes juveniles. Se sirve de otro gran compositor de nuestro tiempo, Philip Glass, aunque su música esta vez elegida -Melodías para saxofones Números 10, 2, 13, y 12- sea más ligera y juguetona de lo que en él nos gusta. Destacable coreografía de Benjamin Millepied, primer bailarín del New York City Ballet, es una pieza que se estrenó en 2006 y ha sido este año recuperada. El o la cineasta Asa Mader, especializado/a en películas-retrato sobre artistas, escritores, filósofos y pensadores, consigue eclipsar con su Baryshnikov filmado al real en el escenario, que es el guiño del que creo que se trata, un ‘solo’ que es un dúo con otro yo desdoblado en el espacio y en el tiempo.

Tras el intermedio, llega el plato fuerte, ‘Place’, en el que en 23 minutos Ana Laguna y Mikhail Baryshnikov cuentan un reencuentro coreografiado de forma excelente por Ek, que confirma la originalidad discreta del ‘Solo for two’ de la primera parte. Lo que allí decían inmóviles el zapato y la silla, aquí lo gritan una mesa y una alfombra. La música de Fläskkvartetten divide el montaje en dos partes, poética fulgurante la primera, ruidosa vulgar la segunda, y no hace falta decir cuál nos gustó mucho más. La pieza ya había estado en Madrid en septiembre de 2007 en el el Festival de Verano de la Villa.

Un inmenso placer contemplar en el escenario a maduros y experimentados artistas de los que tanto tienen que aprender los jóvenes. Baryshnikov está hoy día dedicado a su Baryshnikov Arts Center, centro de danza ubicado en el lado oeste de Nueva York, desde donde apoya a jóvenes talentos presentando innovadoras propuestas artíticas. Laguna es profesora honoraria en Suecia y profesora en la compañía de Mats Ek y otras compañías. Son gente culta y refinada, modelos que imitar lejos de la industria del entretenimiento. Enaltecen los años y las canas, envejecen cumpliendo su deber, aportar un poco de belleza en medio de la descomunal colmena humana.

Baryshnikov Arts Center
TRES SOLOS Y UN DÚO
NAVES DEL ESPAÑOL
MATADERO
www.teatroespanol.es
Del 2 al 5 de julio de 2009
De jueves a domingo, 20.30 h.
Precio: 30 euros
Paseo de la Chopera 14
Metro: Legazpi
Cercanías: Embajadores
Autobuses: 6, 8, 9, 45, 78 y 48

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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