La contabilidad del INE constataba el pasado martes que la economía de la región descendió un 3,3% en el 2009
Si la crisis y la rapidez con que se ha precipitado el pinchazo inmobiliario han cogido por sorpresa a todos los españoles, Castilla-La Mancha parece vivir todavía en el extraño periodo del sueño que, tras una agitada pesadilla, precede a la vigilia.
Como subraya L. Izquierdo en un detallado reportaje publicado en La Vanguardia, un aeropuerto fantasma donde los aviones son la excepción, una caja de ahorros intervenida por el Banco de España y dos solitarias ciudades vacías crecidas en medio de sendos desiertos son los ejemplos más visibles de hasta qué punto el batacazo de la construcción ha dejado a Castilla-La Mancha a medio camino en la convergencia económica con los ricos vecinos madrileños.
Con cerca de un 20% de paro y el penúltimo lugar de la clasificación española de comunidades en PIB per cápita, los castellanomanchegos se asoman al arranque de la soterrada campaña electoral, que se presume más ajustada de cuantas se recuerdan.
Socialistas y populares admiten que, por primera vez, la aspirante popular, María Dolores de Cospedal, encara la línea de salida con una ventaja de la que nunca antes disfrutaron ni sus antecesores ni ella misma hace tres años.
El ex alcalde de Toledo y senador del PP Agustín Conde explica a La Vanguardia que desde que Cospedal es secretaria general del partido, goza de la atención de los grandes medios, lo que le ha permitido disfrutar de una gran popularidad.
«Se la conoce más que al presidente Barreda», asegura Conde, quien denuncia que los medios regionales han pasado años ocultando sistemáticamente a los candidatos de su partido.
El alcalde de Toledo, el socialista Emiliano García-Page, califica la nueva situación como una batalla en la que los contendientes luchan con distintas armas, en alusión a la presencia de Cospedal en los medios de comunicación nacionales.
Sin embargo, García-Page advierte que, aunque es previsible que los votantes castiguen al PSOE por la crisis, el socialismo de Castilla-La Mancha es un partido con un tremendo carácter regionalista.
«Nos hemos pegado al terreno como una camiseta», describe gráficamente.
A ello se añade que, según el alcalde toledano, «a la derecha económica le ha ido muy bien con el PSOE».
Pero quizá la clave que mejor interpreta García-Page es que la ausencia de identidad castellanomanchega ha obligado a los políticos a «avanzar en ese terreno a base de ganar servicios y calidad de vida». Mejoras que han llegado de la mano de José Bono y José María Barreda.
La vicepresidenta y consejera de Economía de la Junta, María Luisa Araujo, explica a L. Izquierdo de La Vanguardia que Castilla-La Mancha creció en cinco años (2002-2007) un 13%, muy por encima de la media nacional, especialmente en el 2007.
La contabilidad del INE constataba el pasado martes que la economía de la región descendió un 3,3% en el 2009. En la misma sintonía que el alcalde de la capital regional, Araujo anticipa la continuidad de Barreda en la Junta porque «los ciudadanos perciben que el PSOE es el partido de Castilla-La Mancha».
Y, si echamos la mirada atrás, lo cierto es que los votantes siempre han escogido a los socialistas para gobernar la autonomía, mientras que han preferido a los candidatos populares al Congreso y el Senado cuando los comicios eran legislativos.
«El castellanomanchego tiene tres urnas y vota diferente en cada una de ellas», relata certero García-Page introduciendo un imaginario voto en una urna invisible en su cálido despacho frente a la catedral toledana.
El diputado popular Arturo García-Tizón, miembro de la dirección del grupo parlamentario en el Congreso y ex candidato a la presidencia de la Junta, explica sobre un mapa de la región que muy probablemente la clave estará en el resultado electoral de Ciudad Real.
Según establece la nueva ley electoral de la comunidad, es la única provincia donde el número de diputados que elegir es impar. Por eso, partiendo del previsible empate en las otras cuatro provincias, quien obtenga en Ciudad Real un solo voto de más podría acabar presidiendo la Junta.
Un solo voto que podría iniciar el efecto dominó en el mapa político del sur de España. La victoria popular en Castilla-La Mancha supondría un paso de gigante para Mariano Rajoy, pues acabaría con treinta años de socialismo y pondría en evidencia que no existen mapas electorales irreversibles.
La presida quien la presida, se encontrará con una obra a medio hacer donde sobran ladrillos y faltan laboratorios. Porque las ciudades fantasma de Seseña (Toledo) y Valdeluz (Guadalajara) son solamente la punta del iceberg.
Empresas ladrilleras, cementeras o de fabricación de puertas saben que el esplendor de la construcción se ha terminado para siempre y que deben buscar alternativas como la internacionalización de sus productos para no ser arrastradas por el sumidero de la crisis.
La consejera económica alude a las energías renovables o el sector aeroespacial como ejemplos del dinamismo de la economía castellanomanchega. Pero lo cierto es que la construcción suponía casi el 15% del PIB regional, el doble que el valorado sector agroalimentario.
Félix Ureña, profesor de Economía de la Escuela de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Ciudad Real, explica que este sector ha sufrido la crisis menos que la construcción, pero que su volumen le impide asumir el desempleo del ladrillo.
El producto más conocido de Castilla-La Mancha es sin duda el vino. Los agricultores de la región destinan 600.000 hectáreas a la vid, que supone la mitad de la extensión y de la producción de toda España, lo que no ha permitido sacarse de encima la mala fama del vino manchego.
«Algunos bodegueros han conseguido productos de éxito, pero no es el caso de la mayoría. La pervivencia de una extensión tan grande de vid sin las ayudas de la UE la veo difícil», reflexiona Ureña.
Nadie duda de que el futuro está en el conocimiento. El rector de la Universidad de Castilla-La Mancha -28.000 estudiantes en cinco provincias-, Ernesto Martínez, habla de la necesidad de realizar una «reflexión estratégica», una apuesta por determinadas áreas de conocimiento.
Pero ¿necesita una región tan próxima a Madrid una universidad? «El problema no es cuántas hay, sino si son buenas.
Nosotros estamos entre las 15 mejores de España, ejercemos una importante labor de cohesión territorial y, sobre todo, tenemos la capacidad de formar los recursos humanos en lo que la Administración nos pida», contesta, ambicioso.
UN 25% POR DEBAJO DEL PIB PER CAPITA ESPAÑOL
A pesar de que Castilla-La Mancha es la octava comunidad cuyo PIB per cápita más ha crecido desde el año 2000 -una media anual del 2,46%-, la región continúa penúltima en la clasificación, sólo por encima de Extremadura, según las cifras de contabilidad nacional publicadas el pasado miércoles por el INE.
Pero quizá sea lo más grave lo lejos que los habitantes de la región siguen de la media. El PIB per cápita español fue en el 2009 de 22.886 euros, mientras que el de los castellanomanchegos sólo alcanzó 17.208 euros.
La distancia entre la media española y la de esa región se aproximó al 25%, y el recorte en el crecimiento desde el año 2000 fue sólo de 0,14 puntos. Con esos datos, Castilla-La Mancha sigue perteneciendo de forma clara al sur económico español que aproxima la región más a Andalucía y Extremadura que a las vecinas Murcia, Valencia, Madrid o incluso Castilla y León.
Como dato positivo, destaca que Castilla-La Mancha no fue la que vivió un peor 2009. Su PIB se redujo un 3,3%, algo que sólo mejoraron cuatro comunidades autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla.