El deportista llevaba desaparecido en el Tajo nueve días

Un bombero y un geo se juegan la vida para recobrar el cadáver de un piragüista

Un bombero y un geo se juegan la vida para recobrar el cadáver de un piragüista
Puente de San Martín sobre el río Tajo (Toledo) EP

Un bombero y un «geo» tuvieron que ser rescatados cuando cayeron al Tajo en las operaciones para recobrar el cuerpo del piragüista que desapareció en las turbulentas aguas del río hace quince días.

El piragüista ahogado en el río Tajo estaba enganchado a un tronco cuando fue rescatado la noche de este sábado por bomberos del Ayuntamiento y geos de la Policía Nacional. El cuerpo, localizado en las inmediaciones del puente de La Cava, había sobrepasado la red de contención que los equipos de rescate habían instalado dentro del río aguas arriba., informa Efe.

La arriesgada operación para rescatar el cadáver estuvo a punto de costar la vida a dos miembros del dispositivo, según informó el Ayuntamiento de Toledo.

La recuperación del cuerpo fue «extremadamente dificultosa» en medio de la noche, ya que se encontraba enganchado a un tronco de grandes dimensiones que dificultaba aún más la complejidad de las operaciones.

«Se corría el riesgo de que, al mover el tronco, éste fluyera río abajo, poniendo en peligro la vida de los rescatadores, lo que finalmente ocurrió, ya que un geo y un bombero cayeron a la presa, pudiendo ser alcanzados rápidamente para ponerles a salvo», según el relato del sargento de los bomberos del Ayuntamiento de Toledo, Francisco Martín Sánchez.

El cuerpo fue localizado a última hora de la tarde del sábado, cuando se estaba terminando la jornada de búsqueda y «sin que se hubiese desmontado el dispositivo» que desde el 15 de abril se montaba a diario para buscar el cadáver de David, de 34 años. El cadáver de David, del que sólo era visible la zapatilla y parte de la pierna, se encontraba en la presa de Azumel, en un lugar de difícil acceso.

El dispositivo

Según el sargento de los bomberos, el tramo del río que se acotó para la búsqueda comenzaba en la presa de los Molinos y llegaba hasta la presa Azumel, justamente donde apareció el cadáver nueve días después de que David desapareciera en las aguas del Tajo al caer de un kayak.

El dispositivo se ponía en marcha diariamente a las 9.00 y se prolongaba hasta las 21.00. Incluía un repaso exhaustivo en barca, con dos vueltas de reconocimiento visual. Al mismo tiempo se realizaban las labores de inmersión en las que se turnaban bomberos de Toledo y agentes del GEO.

En este operativo se realizaban rastreos en las orillas del río con bicheros (palo largo con gancho) en el margen central. Fruto de estos trabajos se extrajeron del cauce animales muertos, troncos y diversos enseres.

A mediodía se interrumpían las inmersiones, aunque se continuaba inspeccionando las orillas y «bicheando» por toda la zona. Posteriormente, se reanudaban las batidas subacuáticas «siempre con la coordinación de todos los cuerpos», resaltó el sargento. Además, se comprobaba la red de contención dispuesta por si el cadáver salía a flote, aunque finalmente el cuerpo sobrepasó esta barrera.

 

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