Bono se sirvió de su poder como presidente de la Junta de Castilla-La Mancha para lograr el apoyo de grandes empresas a la instalación hípica que posee en Toledo, firmas que actualmente pagan la tasa por vallas publicitarias en el recinto.
También, el presidente del Congreso ha pagado importantes sumas por caballos de competición importados, pagos que se hicieron en billetes grandes envueltos cuidadosamente en papel de periódico, según informan José Luis Lobo y Alberto Mendoza en El Confidencial.
José Bono pidió personalmente a una docena de grandes empresas fondos para patrocinar la hípica que él y sus cuatro hijos poseen a las afueras de Toledo, que en los últimos cuatro años ha generado unos beneficios de 1,2 millones de euros.
Banco Santander, Telefónica, Endesa, Iberdrola, Mahou, Coca Cola, Seguros Pelayo o Beatriz Hoteles son algunos de los patrocinadores de Hípica Almenara, a la que pagan un canon anual por anunciarse en las vallas publicitarias instaladas en el recinto. Otras empresas también patrocinan las competiciones que se celebran habitualmente en el hipódromo de los Bono.
«Sin esos patrocinios sería absolutamente imposible que la hípica tuviese unos beneficios tan elevados», aseguran las fuentes consultadas. La tarifa por el pupilaje de un caballo en Hípica Almenara, que incluye cuadra individual, cama, limpieza y forraje, se eleva a 325 euros mensuales, a los que hay que sumar otros 100 euros si el propietario del animal quiere contar con los cuidados de un mozo de cuadra.
Red de influencias
Según las mismas fuentes, Bono gestionó personalmente los patrocinios publicitarios de la hípica valiéndose de la tupida red de influencias que fue tejiendo durante su etapa como presidente de Castilla-La Mancha, más tarde como ministro de Defensa y, desde 2008, como presidente del Congreso de los Diputados. «Era él quien llamaba directamente a las empresas para que contratasen las vallas publicitarias. Su hijo José sólo tiene 25 años, y por supuesto no tiene los contactos de su padre. Y el administrador de la empresa, Ramón Navas, era el chófer de Bono en su época de presidente autonómico», añaden las mismas fuentes.
«Hípica Almenara debe ser la hípica más rentable de España», sostienen fuentes del PP. «Tan sólo tiene una nómina y ninguno de los accionistas cobra sueldo alguno. Además, es una actividad mercantil incompatible por ley con el cargo de presidente de una comunidad autónoma, que Bono ocupó hasta 2004, y la hípica se constituyó en 2001», precisan las mismas fuentes.
Según los datos que constan en el Registro Mercantil de Toledo, Hípica Almenara nunca ha repartido dividendos entre sus cinco accionistas: Bono y sus hijos Amelia, Ana, José y Sofía. Todos los beneficios obtenidos desde su creación han sido reinvertidos en este negocio familiar, a cuyo nombre figura registrado el apartamento que Bono y su mujer, Ana Rodríguez Mosquera, compraron recientemente en El Campello (Alicante) por 360.000 euros.
Caballos de regalo
El empresario Rafael Santamaría, dueño de Reyal Urbis e íntimo amigo de Bono, regaló a Hípica Almenara varios caballos para que los montara el hijo de éste en competiciones nacionales e internacionales de salto. Además, el presidente del Congreso compró en 2005, siendo ministro de Defensa, un caballo llamado Farceur du Haul que costó 100.000 euros y pagó en billetes de 500 envueltos en papel de periódico. El animal fue facturado cuatro meses después a nombre de Rafael Hoteles S. A., otra de las empresas de Santamaría.
José Bono entregó en mano a un estrecho colaborador 100.000 euros en billetes de 500, envueltos en papel de periódico, para adquirir un caballo de competición a finales de 2005. El animal, llamado Farceur du Haul, se compró al jinete francés Robert Breul, siendo aquél ministro de Defensa, a través del marchante Guy Jonquères d’Oriola, que cuatro meses después facturó el caballo a nombre de Rafael Hoteles S. A., propiedad del empresario e íntimo amigo de Bono Rafael Santamaría, dueño también de Reyal Urbis.
Según fuentes conocedoras de la operación, el caballo fue un regalo de Santamaría a Hípica Almenara S. L., propiedad del presidente del Congreso y de sus cuatro hijos. Uno de ellos, José Bono Rodríguez, jinete profesional, montó el animal durante más de tres años en multitud de competiciones nacionales e internacionales. En todas las órdenes de salida de esos torneos figura Bono Rodríguez como rider (jinete) y Rafael Hoteles S. A. como owner (propietario) de Farceur du Haul.
Después de que el caballo fuese transportado desde Francia a España en el otoño de 2005 y probado durante un mes por Bono Rodríguez en las instalaciones de Hípica Almenara, el joven jinete dio su aprobación a la compra de Farceur du Haul, que de esta forma se convirtió en su primera montura. El 18 de diciembre de ese año, el hijo del presidente del Congreso disputó con ese caballo el Gran Premio Ayuntamiento de La Coruña, donde también compitió, precisamente, el francés Breul, hasta ese momento propietario del animal.
El ex ministro de Defensa hizo la entrega del dinero en un despacho próximo a Toledo que ocupa desde su época de presidente de Castilla-La Mancha, situado en un edificio oficial del Gobierno autonómico y muy cerca de su casa familiar de Olías del Rey. Una persona de su estricta confianza, que trabajaba a sus órdenes en Hípica Almenara, recogió los 100.000 euros de manos de Bono en billetes de 500 euros cuidadosamente envueltos en varias hojas de papel de periódico. Con ese dinero, el colaborador del ex presidente castellanomanchego viajó hasta Les Bréviaires, una localidad situada a unos 50 kilómetros al suroeste de París, para pagar el caballo al intermediario Jonquères d’Oriola.
Jinetes de alto poder adquisitivo
Jonquères d’Oriola es un marchante bien conocido en España, donde cuenta con una importante cartera de clientes. Domina el castellano y se ha especializado en proveer caballos de salto europeos a jinetes de alto poder adquisitivo. En su página web presume de ser sobrino del campeón olímpico Pierre Jonquères d’Oriola, así como de recorrer 100.000 kilómetros al año para encontrar a los mejores equinos.
En esta ocasión, el marchante realizó el papel de intermediario entre el enviado de Bono y el jinete Robert Breul. A petición del primero, no expidió ninguna factura, pero cuatro meses después, en febrero de 2006, Bono exigió que se preparara un recibo con fecha de la compra real -finales de 2005- y a nombre de Rafael Hoteles.
Farceur du Haul no es el único caballo que Santamaría regaló a la familia Bono. El hijo del ex presidente castellanomanchego también compitió con Jikael de la Babette, igualmente registrado a nombre de Rafael Hoteles, pero, a todos los efectos, parte de Hípica Almenara. De hecho, cuando el joven jinete se cansó de este animal, Bono decidió cambiarlo por otro más caro que ya no figuró a nombre de Santamaría.
