El íntimo amigo de José Saramago, escritor y periodista, Alberto Vázquez-Figueroa, ha explicado hoy que «una de las cosas que más divertía» al Nobel de la Literatura, fallecido hoy en Lanzarote, «era que pinchara a Pilar [del Río]», su mujer, y que con eso «se reía a carcajadas».
«Una de las cosas que más le divertía era que yo pinchara a Pilar. La adoraba pero le tenía un cierto respeto y muchas veces no se atrevía, pero cuando yo me metía con ella, siempre en broma y de risas, él se reía mucho, a carcajadas. ¡Se descojonaba!», recordó hoy Vázquez-Figueroa en una entrevista concedida a Europa Press.
El escritor tinerfeño relató la anécdota de un almuerzo en casa de Saramago en «la que Pilar estaba todo el rato hablando de Alberti; Alberti para arriba y para abajo, y al terminar la comida trae un libro y empieza a recitar». «Y yo le dijo, muy serio: ‘Te confieso que nunca he sido un partidario de Alberti, pero ciertamente después de oírte recitar, ¡lo odio!’. ¡Bueno!, ¡José se cayó de la silla de la risa que le entró! Y ella se enfureció: ‘Ya les estás riendo las gracias a Alberto’, mientras él decía que ya era hora, que estaba bien de oír hablar de él todo el santo día», recordó Alberto entrañable.
Saramago era de los que «tiraba piedras y escondía la mano» pero «siempre en plan de broma y de risas» y «ella se enfureciera conmigo porque yo le seguía la corriente».
MEZCLA DE ESPERADO E INUSITADO
El escritor tinerfeño, afincado en Lanzarote donde ha sido durante años vecino del escritor, dijo que teniendo en cuenta el estado de salud del Nobel ésto era «una cosa que esperábamos», aunque en el fondo reconoció que también es algo que «cuando te coge parece que sea lo más inusitado del mundo».
«No lo esperas y ni he tenido tiempo de reaccionar», comentó Vázquez-Figueroa quien, desde Madrid donde está hoy, aún no ha podido comunicarse con la esposa de Saramago.
El periodista y escritor explicó que «la enfermedad estaba minando» a Saramago durante la última época y que «había perdido gran parte de su manera de ser, no por la edad, sino porque de salud estaba mal».
«EL Y PILAR SE AMABAN COMO QUINCEAÑEROS»
«Ya no podía vivir la vida que él quería, así que entiendo que ya cansado, enfermo y sin poder disfrutar… Y además este mundo es tan fuera de lugar y absurdo que llega un momento en el que uno dice: ‘Paren este tranvía y yo me bajo’. Si él, por algún motivo ha lamentado dejar ésto es puramente por Pilar, porque eso sí, se amaban enloquecidamente, como una pareja de quinceañeros», explicó a Europa Press el escritor tinerfeño.
Vázquez-Figueroa explicó que durante muchos años fueron vecinos, «muy amigos» y se veían «dos o tres veces en semana». «Mi mujer y su mujer son casi como hermanas, llevan toda la vida juntas y pasábamos las navidades juntos», recordó.
