Guillerme Vázquez ofreció a sus "fieles" un discurso, que lejos de centrarse en una exaltación de los valores gallegos, estuvo cargado de insultos y ataques a la gestión de Nuñez Feijoo
Llegó el 25 de Julio, para algunos el día de Galicia, para otros el día en contra de España y de la derecha política.
En torno a las 12 del mediodía unas 10.000 personas arrancaron de la Alameda compostelana en una manifestación encabezada por la ejecutiva nacional del BNG y de la que formaron parte también representantes de más del 20 partidos nacionalistas del Estado, como el senador del PNV Iñaki Anasagasti, el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta; o el secretario de Política Internacional de Eusko Alkartasuna, Sebastián Colio.
Juntos se dirigieron, en una ‘jornada de rebelión’, en la que no faltaron los destrozos y pintadas, hacia la Plaza de la Quintana, donde se concentraron con pancartas con lemas que nada tienen que ver con un día de celebración, como «pobre Galicia, no debes llamarte nunca española» o «organicémonos contra la derecha y el españolismo, caña a Feijoo».
Allí, el portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez, ante banderas independentistas, comunistas, vascas y catalanas, ofreció a sus «fieles» un discurso, que lejos de centrarse en una exaltación de los valores gallegos, estuvo cargado de insultos y ataques a la gestión de Nuñez Feijoo ( al que calificó como «el gran problema de Galicia») y de reclamaciones de una reforma de la Constitución y del modelo de Estado:
«Galicia solo tendrá futuro si tiene capacidad de autogobernarse y solo se hará respetar cuando decida comportarse como nación. Si en la Constitución, convertida en momia por el bipartidismo español, no caben las naciones, entonces es necesaria otra Constitución. Otro modelo de Estado. O la soberanía es compartida o los pueblos caminarán hacia la total soberanía. ¡Dignidad, nación y autogobierno!»
ATAQUE AL PARTIDO POPULAR
Y, como es ya habitual en sus intervenciones, el portavoz nacionalista dirigió un ataque contra el sistema capitalista y la derecha del país, empleando la típica cantinela de tachar al PP de franquista:
«Hace tan solo unos días el presidente del Gobierno gallego decía que la única nación que existe es la nación española, una nación que según él nació hace 500 años. Curioso que el señor Feijoo sitúe el nacimiento de la nación española hace justo 500 años, poco después de que los Reyes Católicos lanzasen la operación definida como Doma y Castración de Galicia. Sé que les molesta, pero ¿falto a la verdad si digo que sostienen el mismo discurso que Fraga o que el Caudillo? ¿ Falto a la verdad? No, Fraga fue ese fino analista que preguntado por la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut contestó : ¡Viva España! ¿ Y qué habría contestado el dictador?».
Un discurso cargado de odio y de rabia que sin duda motivó a los independentistas radicales que pedían a gritos una República gallega.
EN EL OBRADOIRO, LA OTRA GALICIA
Mientras tanto, a escasos metros de la Quintana, en la Plaza del Obradoiro, la otra cara de la moneda, la otra Galicia.
La Galicia que celebra su día de manera tranquila, que asiste a la tradicional Misa del Apóstol rodeada de miles de turistas, y que acude a la plaza del Obradoiro a recibir a unos Reyes que pidieron al santo que fomente todo lo que hace de España «una gran familia unida, al tiempo que diversa y plural, de la que nos sentimos orgullosos».
Allí, en el Obradoiro no había insultos ni pancartas ni manifestantes, sino aplausos gritos de ánimo como ¡ Viva su Majestad! o un simpático ¡Que bote, que bote, que bote Feijoo»!.
