José Mª Barreda tuvo palabras de elogio y reconocimiento, manifestando que "su reelección es consecuencia del trabajo bien hecho que ha desarrollado al frente de los empresarios ciudadrealeños"
Parece que corren malos tiempos para el presidente de los empresarios de Ciudad Real, Arturo Mesa. Al menos a tenor de la denuncia que le ha presentado su propio sobrino. Mesa, al igual que el otro factotum del empresariado ciudadrealeño, Domingo Díaz de Mera, es uno de los puntales de la «sociedad civil» en la que habitualmente se apoya el presidente de Castilla-La Mancha, José Mª Barreda. Habrá que ver si sale en su auxilio o si, por el contrario, mira hacia otro lado como si no le conociera de nada.
Barreda ya ha demostrado que por Domingo Díaz de Mera hace y deshace lo que sea necesario para que su buen amigo no pueda tener queja del presidente manchego. El último «gesto» fue la concesión de un aval de 140 millones de euros al Aeropuerto de Ciudad Real, empresa que se encuentra en quiebra y que tiene como uno de sus principales accionistas a Díaz de Mera.
Lo que vaya a hacer con Arturo Mesa está por ver. En el mes de marzo de este año, cuando Mesa fue reelegido presidente de los empresarios de la provincia de Ciudad Real, Barreda tuvo palabras de elogio y reconocimiento, manifestando que «su reelección es consecuencia del trabajo bien hecho que ha desarrollado al frente de los empresarios ciudadrealeños».
Según denuncia la revista Interviu, «Arturo Mesa lleva más de una década al frente de la CEOE de Ciudad Real. Pero el ejercicio de la jefatura de los patronos no implica que sea un empresario ejemplar».
Ha sido su propio sobrino -gerente de una de sus empresas- quien le ha denunciado por impago y por no haberle dado de alta en la Seguridad Social. Condenado en primera instancia, Mesa no ha afrontado aún los pagos y no ha recurrido la sentencia, aunque espera poder «arreglarlo» con su sobrino.
Interviu sigue detallando que Arturo Mesa es presidente de la CEOE de Ciudad Real desde hace 12 años. Tanto tiempo al frente de los empresarios ciudadrealeños no es para Francisco José García Mesa, su sobrino, sinónimo de buenas artes al frente de sus empresas, centradas en el sector de la hostelería, las papelerías y el diseño gráfico.
García Mesa ha sufrido en carne propia los desmanes de su tío. Estuvo trabajando, con el cargo de director general, en una de sus sociedades, Total Print Castilla-La Mancha SL, dedicada a la publicidad y el diseño digital. Durante los seis años en los que estuvo empleado, nunca fue dado de alta en la Seguridad Social.
«Yo recibía cada mes mi nómina y nunca reparé que el espacio de las cotizaciones a la Seguridad Social estaba en blanco. Hasta que un día se me ocurrió pedir un informe de vida laboral y vi que no tenía ni un solo día de antigüedad de los últimos seis años», explica Francisco José García. Dos sentencias le han dado la razón y han establecido que su tío debe pagarle un total de 33.000 euros por sueldos que le dejó a deber y por indemnización por despido improcedente. Además, tendrá que pagar a la Tesorería de la Seguridad Social las cuotas atrasadas, el recargo y la multa que se le imponga (una cantidad que puede ascender a 40.000 euros). «Hasta ahora no me ha dado de alta ni me ha pagado nada, al parecer se ha declarado insolvente, pero vive en una casa enorme y tiene varios coches de lujo», se queja Francisco José García.
Efectivamente, en el registro de la propiedad Mesa aparece como propietario, junto con su mujer, de una casa en Ciudad Real de más de 1.000 metros cuadrados con gimnasio y piscina. Además, un piso, tres locales comerciales y una plaza de garaje en Ciudad Real, otra vivienda en Almería y un apartamento en régimen de multipropiedad en Ibiza.
Mesa desmiente haberse declarado insolvente, aunque reconoce las sentencias en contra y que aún no ha pagado a su sobrino: «Pero estamos hablando para arreglarlo». El presidente de los empresarios de Ciudad Real señala que puede recurrir la sentencia -«los juzgados de lo Social dan la razón al trabajador en el 99 por ciento de los casos», asegura-, pero que aún no lo ha hecho ni tiene intención de hacerlo.
La última sentencia, del 3 de marzo de este año, del Juzgado de lo Social número 2 de Ciudad Real, considera que el despido es improcedente y establece que no ha sido acreditado el robo de 1.236,80 euros que se alegó como causa de la extinción del contrato.
Cuatro meses antes del despido, poco después de que se quejase d que no estaba dado de alta en la Seguridad Social, dejaron de abonarle las nóminas. «Mi madre, hermana de Arturo Mesa, trabajó con él quinte o veinte años en una imprenta que fue de mi abuelo y que se quedó mi tío, y solo le dio de alta al final y a media jornada, aunque ella estaba todo el día. Y solo regularizó su situación porque mi abuelo se lo pidió cuando ella enfermó».
El ex empleado de Mesa segura que ha sido testigo de otras irregularidades, como el trato de favor que le dispensaba la Fundación Empresarial de Ciudad Real, vinculada a la CEOE provincial, en los encargos de folletos para ferias y congresos, que en su gran mayoría acababan en la empresa de Mesa, Total Print. Dice tener en su poder e-mails que demuestran que quien recibía las ofertas le avisaba de qué presupuesto debía hacerle llegar para que total Print fuera la elegida.
Los impagos del presidente de los empresarios ciudadrealeños no se quedan entre la familia. Hay otros empleados que le han reclamado, antes los tribunales o personalmente, el pago de deudas. Pocos consiguen cobrar, y menos son quienes dan la cara y quieren denunciarlo públicamente.
Francisco José García está en tratamiento por depresión y ansiedad a raíz de estos problemas. Por eso estuvo de baja durante unos meses en los que todavía constaba como empleado de Mesa. «Y me presionaban para que me diesen el alta, cuando ni siquiera estaba cotizando por mí en la Seguridad Social, ¡qué desfachatez!, dice García.