La presidenta de Andalucía Acoge, Mamen Castellanos, ha señalado que la reducción en el número de inmigrantes llegados a Canarias, 38, frente a los más de 1.000 que arribaron este año a la costa andaluza se debe, entre otras causas, «al control que están llevando a cabo en la frontera».
En declaraciones a Europa Press, Castellanos ha explicado que ese control «es cada vez mayor y a nivel marítimo, por las costas canarias y africanas, está siendo exhaustivo», aunque también ha destacado el factor de «la distancia y la peligrosidad, que es mayor en el archipiélago Canario».
Sobre el número de inmigrantes llegados a las costas andaluzas, insiste en que la organización «siempre» ha destacado que no se pueden confirmar esas cifras, «por el hecho de que hay gente que no se llega a cuantificar o que no llega a las costas».
Además, destacó el hecho de que ese número «se va desplazando hacia el este de la comunidad autónoma, llegando incluso hasta las costas de Almería, cuando hace años sólo llegaban hasta la costa de Cádiz, lo cual conlleva un mayor riesgo para las personas que se montan en estas embarcaciones».
En este sentido, Castellanos ha aseverado que «el número de inmigrantes seguirá llegando ya que, indistintamente de la crisis de nuestro país, la de sus países de origen es mucho mayor» y destaca el hecho de que «mucha de la gente que está llegando ahora llevan fuera de su país mucho años, antes de que España viviera esta situación».
Con respecto a las declaraciones de la Asociación Pro-Derechos Humanos de Andalucía (APDH-A) en relación al riesgo de las embarcaciones con la que intentan cruzar el Estrecho, asegura que «por la información que nos llega por nuestros compañeros de la zona de Algeciras, gente viniendo en neumáticos y en lanchas de plástico lo llevan haciendo desde hace 20 años».
«No es que hay cambiado ahora tan sustancialmente», ha añadido, al tiempo que ha recordado que «aunque la distancia parece corta, al final con los vientos y la situación del mar, cualquier embarcación es un riesgo es por el hecho de que tengan que cruzar de esta manera».
Finalmente, lamenta que ese es un «problema también de la Administración y de que los flujos migratorios se rebelan como se rebelan, porque no hay otra vía para poder buscar esa vida mejor, sino que la única que les queda es cruzar así».
