El nacionalismo canario tiene miedo. Las prospecciones electorales no resultan nada halagüeñas para sus intereses y entre los partidos de tendencia similar (aunque no lo parezca) comienza a haber reproches.
CC y NC se acusan mutuamente de haberse cargado el espectro de votantes. Quizá las luchas abiertas por el poder, pasando de los problemas reales de las Islas, influyeron en los ciudadanos para decantarse por otras opciones.
Nadie ignora que hace casi ocho años, cuando CC preparaba la plancha regional, Román Rodríguez forzó la máquina para intentar ir como segundo de Adán Martín.
El aún presidente del Gobierno canario pretendía hacer un trueque de cromos. Si él había dejado a Martín como vicepresidente en la legislatura (1999-2003), buscaba que ahora los adanistas le devolvieran el favor.
Los métodos de Román no gustaron en Coalición Canaria y al final acabó siendo enviado a Madrid como diputado nacional, donde terminó de convencerse de que tenía que formar un partido nuevo, Nueva Canarias. Incluso dejó a CC colgado de la brocha al irse en la mitad de la legislatura al Grupo Mixto.
Ahora, cuando percibe que la situación no va a ir muy bien en la urnas, Nueva Canarias acusa a ATI-CC y a Paulino Rivero, de ser el único obstáculo para conseguir la unidad del nacionalismo en el Archipiélago.
Rodríguez asegura que «fue Rivero quien provocó la ruptura que se produjo en el seno de CC en 2005, al incumplir las reglas y el programa de gobierno que estaban pactados».
También explicaron que el caos de CC se debe a que Rivero se vanaglorió de «haber hecho una poda y lograr el control absoluto de lo que resta de Coalición y afianzarse como candidato a la Presidencia del Gobierno».
«Sin embargo, los batacazos electorales que ha experimentado desde las elecciones autonómicas de 2007, le demuestran que se equivocó al hablar de poda y que lo que ocurrió fue que el proyecto se quedó sin raíces sin los nacionalistas de Gran Canaria aglutinados entorno a Nueva Canarias».
NC dice ahora que no rechaza la unidad del nacionalismo en el Archipiélago, pero no está dispuesta a que ésta se dé a cualquier precio. «Se deben de dar las condiciones de un programa de defensa del interés general, con un Estatuto que permita mayor autogobierno y un sistema electoral más democrático. Además de que éste esté fundamentado en unas reglas que sean respetadas».
Román Rodríguez aclara que «no hay condiciones para la unión del nacionalismo porque quien está al frente de ATI-CC, Paulino Rivero, es experto en incumplir los pactos. Y menos ahora que ya ha logrado su objetivo de hacerse con el control de ATI y repetir a la candidatura de la presidencia».
«Habrá nuevas llamadas a la unidad porque ATI-CC las hace de forma periódica, cada vez que se lleva un varapalo electoral y ahora ante la evidencia del hundimiento definitivo de lo que de ellos resta en Gran Canaria y la progresiva desaparición en Lanzarote y La Gomera