La carga fiscal per cápita de los castellano-manchegos es de mil euros anuales, mientras que su renta es la segunda más baja de España, soporta grandes tasas de desempleo y supera en ocho puntos la media nacional en número de mileuristas. Por eso le piden a Barreda que reconvierta su campaña de autopropaganda «Sí a Castilla-La Mancha», pero «bajando los impuestos».
El anuncio hecho por el ministro de Fomento, José Blanco, sobre el inminente aumento de la presión fiscal ha pillado a José María Barreda de vacaciones en Mallorca, mientras en la región partidos y algunos sindicatos, critican que los esfuerzos del Gobierno vayan por escurrir los bolsillos de los ciudadanos en vez en fomentar la actividad económica que produzca esos mismos recursos que se buscan con el aumento de impuestos.
El secretario del Grupo Parlamentario del PP en las Cortes regionales, Marcial Marín, ha criticado esta situación y ha señalado que la subida de impuestos afectará más que a ninguna otra región a Castilla-La Mancha porque sufre la mayor presión fiscal del territorio nacional con 1.000 euros por habitante. Criticó que Barreda siga «tan pancho» veraneando en Mallorca y diciendo «no a 317.000 pensionistas, 36.000 dependientes, 133.000 funcionarios, 18.000 futuras madres, 45.000 demandantes de viviendas y a 137.000 Pymes».
El Sindicato CSIF ha realizado un llamamiento a la cordura y ha recordado que ya se han reducido los ingresos de funcionarios y pensionistas para que ahora se siga sacando dinero de sus bolsillos con más impuestos. Ha reclamado políticas positivas que incentiven la actividad económica para conseguir el mismo objetivo de aumentar la recaudación.
