Se educó en un colegio religioso, pero hoy aborrece cualquier símbolo que sea cristiano. Como sus mayores, abraza la Alianza de Civilizaciones. Presume de talante y de haber salido del armario, pero arremete contra todo aquel que piensa de forma diferente. Desconoce los aspectos esenciales de la política canaria, pero se atreve a suspender la labor de CC y PP para colocar un notable al trabajo opositor de los socialistas.
Nuestro hombre avanza que votará a Trinidad Jiménez en las primarias y también asegura que está muy bien a la sopa boba de la política nacional. Ni a tiros vendría a las Islas para encabezar ningún proyecto (se rumoreó que podría haber sido tocado como candidato al Ayuntamiento de Santa Criz de Tenerife) porque, viendo los ejemplos de López Aguilar y Gloria Rivero, teme que luego la vuelta a la capital de España sea más compleja. Ya se sabe que a ciertos socialistas sólo les gusta estar al sol que más calienta, el poder.