Las elecciones al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife van a ser las de la sorpresa. Ninguna de las tres grandes formaciones, CC, PSOE y PP tienen definida a día de hoy su candidatura.
Todo son rumores, cuitas internas, pero nadie se atreve a anticipar el nombre de su elegido. Están a verlas venir, a que sea el rival el que dé el primer paso al frente para luego presentar un aspirante acorde a los otros posibles alcaldables.
Las dudas acucian a todos por igual. Coalición Canaria, con Miguel Zerolo al frente, ya ha puesto el primer palo en la rueda del aún primer edil al que le ha dicho que ni en broma se le ocurra autoproclamarse de nuevo candidato. Los nacionalistas manejan varias hipótesis. La más sólida, el desembarco desde el Cabildo de Tenerife de su número dos, José Manuel Bermúdez.
De hecho, el vicepresidente de la corporación insular es la máxima figura del Comité Local de CC y nunca ha descartado la opción de encabezar el proyecto municipal.
Una de las candidatas que había sonado con mucha fuerza es la concejal de Urbanismo, Luz Reverón. Sin embargo, los problemas surgidos a raíz del Plan General de Ordenación y la publicación de los viajecitos de lujo a Madrid le dejaron fuera de juego.
Otras dos opciones que maneja CC, aunque ya con menos potencia, sería, por un lado, un traslado del propio presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, al Palacio de los Dragos. La formación nacionalista sopesa la alta valoración del presidente insular entre los votantes y en función de los sondeos pudiera apostar por esta alternativa.
Finalmente, quedaría la posibilidad de que el actual director general del ente público Radio Televisión Canaria, Guillermo García, fuese el designado para el puesto de candidato de CC. Se trata más de un globo sonda, pero que ya ha sido tomado en consideración por algunos partidos, entre ellos el PSOE.
De todas maneras, nadie quiere descartar una quinta vía, la de Zerolo. Ya en 2007 no se iba a presentar y, contra todo pronóstico, lo hizo. Quizá haya temor en Coalición a que repita la jugada y, por ello, se le haya echado el freno de mano a una hipotética pretensión por estar cuatro años más en la alcaldía.
GUERRA DE FAMILIAS
Los socialistas chicharreros también inician el curso político que desembocará en las elecciones del 22 de mayo con pocas ideas sobre su candidato.
Las legislaturas que llevan en la sombra y la falta de confianza en un proyecto (Gloria Rivero puede constatar las puñaladas traperas recibidas durante su etapa de portavoz) han llevado al PSOE a manejar diversas opciones. El problema es que cualquier aspirante sabe que tendrá que pacificar el partido, máxime si se vuelve a estar en la fría oposición.
El candidato del consenso es Julio Pérez, ex consejero de Sanidad, gobernador civil y secretario de Estado de Justicia. Todos afirman que su perfil reactivaría al votante socialista y sería un aspirante a tomar muy en serio por las otras dos fuerzas con apetencias (y sobre todo posibilidades) de luchar por la poltrona santacrucera.
Sin embargo, uno de los que mueven los hilos del socialismo capitalino, José Manuel Corrales Aznar, juega al papel que más le gusta, el de la intriga. En no pocas ocasiones se ha postulado como posible candidato, aunque luego, o bien no le dejan o bien el mismo renuncia a ello.
Quizá Madrid, por esta vez, no se meta directamente a trajinar en la elección del cabeza de lista. El experimento de Gloria Rivero no le fue muy bien, sobre todo porque muchos socialistas de la capital entendieron que se trataba de una arribista. Se han sopesado ahora nombres como el de la senadora Patricia Hernández o el concejal por el Ayuntamiento de Madrid, Pedro Zerolo, pero no parece que estén dispuestos a dejar la política nacional, en el primer caso, ni la vida en la capital de España, en el segundo.
NOMBRES DE PRESTIGIO
El Partido Popular, tercero en discordia, también está pendiente de un nombre. Cristina Tavío, Pablo Matos o Antonio Alarcó son los tres posibles aspirantes que han sonado con mayor intensidad. Se habla también de Miguel Cabrera Pérez-Camacho o de Manuel Fernández, el concejal no adscrito. Salvo este último, el resto son nombres de prestigio.
Cierto es que desde el PP se están valorando los pros y los contras. La presidenta del PP en Tenerife ya fue candidata en 2003, pero ahora mismo está en medio de una polémica que la propia formación ha sido incapaz de cerrar mediáticamente, el llamado caso facturas. Quizá fuese una temeridad exponerla a unas críticas feroces por parte de los contrincantes.
Pablo Matos, que ya fue portavoz municipal del PP y concejal de Urbanismo en la legislatura 1995-1999, ha reforzado su imagen de político serio y trabajador en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, aunque viene a Tenerife con bastante frecuencia, tal vez sea un aspirante que llegue poco al votante conservador.
La tercera vía con más calado es la de Antonio Alarcó. Buenos resultados en la última elección al Cabildo y un trabajo acreditado en el Senado son los avales que le adornan. Es, junto con Matos, una de la apuestas personales de Tavío para encabezar la candidatura del PP al Ayuntamiento santacrucero.
