Los socialistas canarios han convertido su partido en la auténtica casa de los líos. El debate de las primarias, la democracia de la que presumen para denostar el ‘dedazo’ que tanto critican del Partido Popular, se convierte en mero aliño.
Copiar el modelo de Madrid ha sido un desastre porque, guste o no, en la Comunidad madrileña el proceso de primarias ha sido propiciado desde el Palacio de la Moncloa al no retirarse Tomás Gómez en pos de la niña bonita de Zapatero, Trinidad Jiménez.
Al final, el propio comité regional avala a su secretario general, José Miguel Pérez, como candidato a las elecciones de 2011. Al otro Pérez, Santiago, le despachan con cajas destempladas. Pero éste tampoco se calla y promete un mes de septiembre bastante calentito.
La guerra entre los Pérez no ha hecho más que empezar. Posiblemente, el aún presidente del Cabildo de Gran Canaria y aspirante a la Presidencia del Gobierno teme la airada reacción de su compañero tinerfeño. Por eso, el pasado sábado se mostraba abiero a pedir los 1.200 avales de los militantes para refrendarse ante las bases del PSOE, algo innecesario al contar con el apoyó del comité y de la ejecutiva.
Es más, a sabiendas de que los órganos decisorios de la formación progresista iban a estar de su lado, José Miguel Pérez tiro de farol al afirmar que había pedido a la militancia «que celebre un proceso de primarias para elegir al candidato a la Presidencia del Gobierno que refuerce al partido y permita que tras las elecciones de mayo de 2011 los socialistas puedan replantear y reconstruir Canarias”.
“Hay que darle un vuelco a la politica canaria, haciendo posible otro Gobierno y otra politica, para que dejemos de tener un Gobierno que pone a Canarias en las colas de todas las prestaciones sociales”.
LA RÉPLICA
Santiago Pérez, la alternativa denostada por la propia organización socialista, en una carta abierta a los militantes, afirma que «la dirigencia actual del partido no quiere las elecciones primarias. Dicen defender el proceso, pero llenan el camino de obstáculos. No hay elecciones si no hay más de un candidato. Sólo los militantes, con su aval, pueden hacer realidad la celebración de primarias».
Pérez indica que «ha transcurrido poco tiempo desde el Congreso de los socialistas canarios. Pero son numerosos los signos de un cambio de rumbo. A pesar de las declaraciones del secretario general, cada vez menos frecuentes, la política la vienen marcando dirigentes muy influyentes que diferencian Coalición Canaria, a la que consideran nuestro potencial aliado, y Partido Popular: nuestro adversario irreconciliable».
El candidato alternativo expone que «dirigentes que no ocultaron su incomodidad con la estrategia que nos convirtió en el principal partido de Canarias. O que la boicotearon abiertamente. El cambio de rumbo lo resaltan todos diariamente los editoriales que patrocinaron el cambio de liderazgo en el PSC. Lo perciben nuestros adversarios, que están cada vez más envalentonados en su habitual comedia de conflicto matrimonial antes de las elecciones. La interpretan siempre que les dejamos hacerlo».
Ese cambio de rumbo, precisa, «inquieta y desmoraliza a muchos votantes. Y esto lo percibo con total claridad. Y estoy dispuesto a liderar electoralmente un PSC que esté a la altura de lo que los canarios esperan de nosotros. Que no es volver al tacticismo y a la resignación, sino coraje, autonomía frente a los poderes fácticos y servicio a los intereses generales».
«No aspiro a ser sino el candidato de una política y de los militantes que la compartan. No tengo más credibilidad para defenderla que la que te demuestre mi trayectoria. Y sólo habrá elecciones primarias, y los militantes podrán decidir, si tú avalas mi candidatura».