La ex alcaldesa de La Laguna, Ana Oramas, vive en un mundo ideal, de colores, pleno y vigoroso como si fuera la protagonista de «Alicia en el país de las maravillas».
Llena de aspiraciones políticas y a la espera de acontecimientos – es la alternativa natural a Paulino Rivero-, vive su posición en el Congreso de los Diputados como si andara en zapatillas de peluche, sin pisar un huevo, casi confundiendo su propia identidad.
Ana Oramas es inspiradora del papel que Coalición Canaria (CC) juega en Madrid. Respalda al gobierno del socialista Zapatero y con su abstención se han consumado la congelación de las pensiones, la reducción de los salarios de los funcionarios y se ha subido el IVA. Ahora llegará la revisión de las jubilizaciones, la disminución de servicios sociales y el aumento de impuestos.
Pero Oramas buscará su posición porque, según propias declaraciones, «CC es un partido sin ideología». Por eso, añade, “los pactos los haces con el que gobierna porque es el que tiene capacidad de darte algo”. “¡Déme algo, señorito!” como dice la frase hecha.
Centra su discurso. «Zapatero es un hombre que se ha equivocado, que no reconoció la crisis, que tomó decisiones desacertadas, que actuó tarde y mal y que ha sido un desastre para este país». Pues con él tiene que ir para que Zapatero siga en La Moncloa aunque tocado de muerte.
A veces habla de elecciones anticipadas y otras de «reformas estructurales» aunque, piensa que «es muy difícil que Zapatero acabe la Legislatura. Yo, desde luego, no lo creo».
Oramas espera su momento. Depende de los próximos resultados electorales. Si CC se convierte en la tercera fuerza – por detrás del PSC-PSOE y PP-, llegará el momento de pedile cuentas a Paulino Rivero y ella se convertirá en la figura de la reconcialión nacionalista de las los islas principales.
CC utiliza las cifras a su antojo. Oramas habla de 200 millones de euros para planes de empleo que «van a dar trabajo a 20.000 canarios». 10.000 euros per capita de coste para el Estado. Inviable, absurdo, pero suficiente para justificar un papel errático de CC en Madrid y en Canarias.
