El ministro de Fomento, José Blanco, ha puesto a los canarios de los nervios. La crisis le sirve como argumento para plantear la reducción de las bonificaciones en los billetes aéreos entre las Islas y el territorio peninsular. La medida también afecta a las Baleares, a Ceuta y Melilla.
Paulino Rivero deberá dar instrucciones precisas a sus dos diputados en Madrid, Oramas y Perestelo, para que vean qué compromisos finalmente de adquieren con Canarias. El apoyo sin condiciones a los Presupuestos Generales del Estado, anunciado además por el propio Rivero, trae como consecuencia este tipo de medidas impopulares.
La promesa del Gobierno de Zapatero, que incrementó progresivamente los descuentos, pasando del 33% al 38%, luego por encima del 45% y finalmente el 50%, puede verse retocada por mor de la delicada situación económica que vive España.
El presupuesto destinado por el Gobierno estatal a la subvención de los billetes aéreos para los ciudadanos residentes en Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla crece de forma importante año a año. Para el 2008 el presupuesto en euros corrientes se multiplicó por 7 desde 1993, casi por 5 si se descuenta el efecto del IPC.
Entre 1993 y 1998, Madrid subvencionaba el 10 por ciento del coste de la tarjeta de embarque. Desde 1999 y 2004 la ayuda se elevó al 33 por ciento. En 2005 se incrementó al 38 por ciento, el 2006 subió al 45 por ciento y desde 2007 el Estado sufraga el 50 por ciento del coste de cada billete.
Las pretensiones ministeriales persiguen el objetivo de reducir en un 20% el presupuesto de este año para el descuento aéreo de los residentes en Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla, es decir, 370 millones de euros. Eso significa un ahorro de 74 millones a las arcas del Estado.
Y no sólo son los usuarios quienes temen un atraco a su bolsillo cuando adquieran un pasaje. También las compañías aéreas ven con inquietud y preocupación los ajustes que pretende realizar el Ministerio de Fomento sobre las subvenciones al transporte aéreo de pasajeros.
Cualquier intento de revisar a la baja las ayudas a los viajeros que se trasladan entre la Península y Canarias supondría un retroceso para el sector tras la recuperación habida en los últimos meses después de la crisis por las cenizas del volcán islandés y el conflicto de los controladores aéreos. Pero estas cuestiones parecen tenerle sin cuidado al ministro de Fomento.