El último pleno del Parlamento del presente mes va a chocar frontalmente con la huelga general del 29 de septiembre. La Mesa y la Junta de Portavoces ha optado por no retrasar la fecha (o adelantarla) y mantiene que la sesión se llevará a cabo el 28 y 29 del presente mes. La segunda jornada se verá marcada por el paro general en todo el país y habrá que ver cuál será el régimen de servicios mínimos que se establecen en la Cámara.
El presidente del hemiciclo reconoció que se consideró la posibilidad de que hubiera un cambio de fechas, pero al final se ha mantenido la convocatoria, a pesar de que los diputados que no residen en Tenerife (45 de 60) podrían tener alguna que otra dificultad para poder regresar a su isla si se mantiene la medida de dejar sólo una conexión entre Los Rodeos y cada una de las islas restantes.
No obstante, el riesgo que conlleva esta sesión es que el primer día podría haber medios informativos, sobre todo de carácter impreso, que secunden la huelga. La lógica indica que al día siguente, el 29-S, muchos quioscos cerrarán y las empresas periodísticas sopesan el coste de la impresión y la poca venta.
Al día siguiente, el problema puede venir por el número de funcionarios que dejen de ir a trabajar. Es obligatorio el cumplimiento de unos servicios mínimos, pero hay muchas funciones que hacer, que pueden parecer invisibles a ojos de cualquier mortal, pero hablemos del mantenimiento informático, del sonido, de la luz, de quienes tienen que transcribir los plenos, de los ujieres e incluso de la propia seguridad a las puertas del Parlamento.
El Gobierno comparecerá en esa sesión plenaria a petición de los distintos grupos parlamentarios para informar sobre las medidas adoptadas para mejorar la sanidad, las relaciones actuales de Canarias con el Estado, jóvenes desempleados y los programas de formación profesional práctica en las obras públicas.