Canarias tendrá primarias socialistas. Salvo que hubiese problemas con los avales presentados por Santiago Pérez, éste disputará la opción de ser cabeza de lista al secretario general del PSOE, José Miguel Pérez a principios de octubre.
De todas maneras, se trata de una pelea inicialmente desigual entre un David (Santiago) y un Goliath (José Miguel), aunque la historia bíblica demostró que el primero fue capaz de cargarse al segundo. ¿Se repetirá el resultado en esta secuela política?
El último trámite que queda por cumplimentar es que la Comisión de Garantías Electorales verifique la validez de los avales presentados por el aspirante alternativo. A partir de su ratificación, que se producirá a lo largo de la jornada de hoy, ya sólo queda que el segundo de los Pérez se ponga manos a la obra para convencer a los afiliados de que su opción cuenta con más solidez que la del secretario general.
Eso sí, a tenor de los avales recogidos por unos y otros, en Tenerife, por ejemplo, el candidato grancanario recolectó más de 1.300, mientras que Santiago se quedó en poco más de la mitad. Ese dato, aunque no es significativo, ya que el aval no indica que luego se vote, paradójicamente, al candidato apoyado, deja muy a las claras que la oficialidad del partido está con su secretario general.
El outsider, sin embargo, alega y proclama que sus avales proceden desde caladeros alejados del oficialismo y cree que ahora es tiempo de explicar su propuesta para poder salir vencedor el próximo 3 de octubre.
Evidentemente, el segundo de los Pérez sabe que se encuentra, estableciendo el clásico paralelismo, en la misma tesitura que Tomás Gómez en Madrid, pero también confía en derrotar a las pretensiones del oficialismo del PSOE y poder encabezar la plancha de la formación tras haber sido cabeza de lista al Ayuntamiento de La Laguna y al Cabildo de Tenerife.
Santiago Pérez entiende que ya no toca mirar hacia atrás, especialmente hablando de las dificultades para poder obtener los avales. Sólo manifiesta que ha tenido la sensación de toparse con “rictus y gestos de política antigua al haber muchos militantes, que al ir a sus agrupaciones locales para firmar el aval a mi candidatura, se han encontrado con que sólo hay avales de otra candidatura”.