Cortes de tráfico, quemas de neumáticos, pintadas y lanzamientos de cócteles molotov han sido constantes desde esta madrugada en las principales ciudades
La huelga general convocada por CCOO y UGT, también conocida por ellos como ‘la gran putada’, ha paralizado desde esta madrugada las principales industrias gallegas, como la planta de Citroen en Vigo y el astillero de Navantia en Fene.
Los piquetes también han arremetido contra las superficies comerciales, impidiendo la apertura, por ejemplo, del Corte Inglés de La Coruña y del hipermercado Alcampo en Ferrol, además de muchos pequeños comercios que han encontrado las cerraduras de sus negocios selladas con silicona.
Por si a los sindicatos no les bastase con coartar la libertad de aquellas personas que quieren ejercer su derecho al trabajo, y de manipular las informaciones diciendo que los empleados secundan la huelga cuando en realidad son ellos los que les impiden desempeñar sus tareas, han decidido hacer uso de la violencia.
Cortes de tráfico, quemas de neumáticos, autobuses urbanos con los cristales destrozados y lanzamientos de cócteles molotov han sido constantes desde esta madrugada en las principales ciudades. Esta es la manera de protestar de los sindicatos secundada por el Bloque Nacionalista con su ausencia al pleno ordinario que se celebra hoy en el Parlamento gallego.
A pesar de las presiones, la huelga no es tan masiva como los sindicatos quieren hacer creer. Las grandes empresas están amenazadas por los piquetes, pero un gran porcentaje de pequeños negocios, que pasan más desapercibidos, han abiertos sus puertas conscientes de que la protesta llega tarde, mal y arrastro, y de que no servirá para paralizar la equivocada reforma laboral del Gobierno ni sus continuos desvaríos en política económica.
