Descubiertos los asesores que hicieron recular al socialista manchego

A Barreda le “cantan las 40” en su propio Facebook

Protagoniza el "Barredazo" y "baila la yenka" bajo la crítica generalizada

A Barreda le “cantan las 40” en su propio Facebook
José Mª Barreda y Nemesio de Lara

Pasamos de gobernar con mayoría absoluta hasta en los peores momentos, a que hoy corra peligro la continuidad. José María, como tu bien has dicho "cada palo que aguante su vela". No es Zapatero tu problema, quizás lo tienes más cerca, quizás seas tú

Mucho se ha escrito -casi nada bueno- sobre la «salida de percherón y la parada de burro manchego» que protagonizó José Mª Barreda cuando intentó desmarcarse de su jefe de filas, Rodríguez Zapatero. Su excusa -«mis asesores me han dicho que no estuve acertado»- ya tiene nombres y apellidos. En el propio perfil del presidente socialista en Facebook puede encontrarse el comentario -y su autor- que provocó la criticada bajada de pantalones.

El jueves -7 de octubre- Barreda advirtió en unas declaraciones a Onda Cero que o el PSOE «cambia de rumbo y toma medidas contundentes», o su partido acabará en el «camino» al que se dirige, que es una «catástrofe electoral». De igual forma abogó por mandatos máximos de ocho años (excluyendo así a Rodríguez Zapatero de una nueva candidatura) aún cuando él -si ganará el próximo mes de mayo- estaría 11 años en la presidencia de Castilla-La Mancha.

Sin embargo, el sábado -9 de octubre- el manchego reculaba públicamente, sin pudor alguno y traicionaba hasta a sus propias palabras, en un Comité Ejecutivo extraordinario del PSOE de Ciudad Real, bajo la atentas miradas de sus hombres fuertes -Santiago Moreno, consejero de Presidencia, y José Valverde, delegado de la Junta en Ciudad Real y candidato del PSOE en la capital- y del auténtico «hombre fuerte» del PSOE en la provincia ciudadrealeña -Nemesio de Lara, presidente de la Diputación de CR.

¿Qué sucedió realmente entre uno y otro día? ¿Qué influyó en el socialista manchego para tirar por la borda tantas estrategias y para delatar tantas debilidades?. ¿Por qué Barreda optó por protagonizar un auténtico episodio de «harakiri de credibilidad política»?

«Mis asesores me han dicho que no estuve acertado», ese fue el gran argumento que empleo el jefe de los socialistas manchegos para justificar su comportamiento.

El «gurú demoscópico» de José Mª Barreda es su número 2 en la dirección del PSOE de Castilla-La Mancha -su secretario de organización- Josele Caballero. Es vox populi -él no se caracteriza por la discreción en sus opiniones- que aboga por la separación casi absoluta del «fenómeno Rodríguez Zapatero». A pesar de recurrir a sus frecuentes encuestas JoseleTel para levantar el ánimo en las filas socialistas, es consciente de que su jefe nacional no suma demasiado a la deteriorada imagen de Barreda.

En esta ocasión no ha debido convencerle demasiado la opinión de Josele y, fuentes de la dirección socialista, comentan que José Mª Barreda optó por abrir el cerrado círculo de confianza política atendiendo, incluso, a lo que sinceramente le aconsejaban amigos y conocidos.

Era mucho lo que se jugaba y todo aporta

Así, fue algo que encontró en su propio perfil personal de Facebook lo que le llevó a tomar la decisión. Fue costosa la rectificación pues el ridículo ha sido absoluto. Pero, en el fondo está satisfecho pues ha hecho caso a sus asesores. En este caso, a su amigo Juan José Santano, que le escribió durante la tarde del mismo viernes «La lealtad vale más que una presidencia»

«Ahora es el tiempo de los valientes y si nuestra comunidad corre peligro en lugar de mirar a la Moncloa o a Ferraz igual debemos preguntarnos cuál es el motivo de que pasemos de gobernar con mayoría absoluta hasta en los peores momentos, a que hoy corra peligro la continuidad, José María, como tu bien has dicho «cada palo que aguante su vela» y no deberías ponerte la venda antes de la herida, no es Zapatero tu problema, quizás lo tienes más cerca, quizás seas tú».

No es el único. Su amigo y asesor Guillermo Lozano Prados le advirtió -también en su página personal de Facebook- que «el populismo de la crítica al líder de tu partido en los medios de comunicación no es leal, a mi juicio es más bien cobarde y ruin. Hace poco más de dos años el PSOE era una piña dentro y fuera, todos y digo todos, querían hacerse la foto con José Luis Rodríguez Zapatero, incluido el compañero Barreda, hoy algunas «ratas» tratan de huir del barco, pero quieren hacer hundiendo el barco y matando al capitán».

Dicho y hecho. Barreda hizo caso a sus asesores y la bajada de pantalones fue una realidad. El «Barredazo» pasaba a la historia.

El penúltimo episodio de la historia lo tuvieron que protagonizar -se comenta que muy a su pesar- la directora de comunicación del presidente manchego, Mercedes Pastor, y su convincente equipo de colaboradores, José Ángel Regatero, Isabel Rodríguez y Esther Padilla, quienes no tardaron ni un minuto en trasladar a la sociedad la verdad oficial -por supuesto también oficiosa- sobre el episodio: Todo estaba organizado. Todo estaba previsto. Se trataba de una jugada maestra del político manchego que -cual bailarín profesional de la yenka- decía una misma cosa y la contraria -con 24 horas de diferencia- sin afectarle a la credibilidad, a la coherencia o a la valentía. Todo un ejercicio dialéctico y de estrategía. Había nacido no otra forma de hacer política, sino «el artista de la politica».

El argumentario era claro, y lo único que les preocupó y les turbó a los «comunicadores de Barreda» era que hubiera que explicar algo tan obvio a los ciudadanos.

Lo sintetizaron fácilmente:

«Las primeras declaraciones del presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José María Barreda, no se debieron a un calentón ni a la euforia del momento. Es seguro que había meditado sobre ellas, sobre el momento en que las iba a hacer y sobre el medio por el que deseaba transmitirlas. Todos los datos hacen pensar que fue así. Y también que era consciente de que uno o dos días más tarde tendría que rectificar o rebajar el tono de su primer ataque a Zapatero.»

La segunda idea fuerza era que «Eso fue lo que José Mª Barreda hizo el sábado: Reconocer que sus asesores pensaban que se había equivocado y que Zapatero podía contar con su apoyo y su cariño. Así, hay que intentar resaltar que lo que no explicó es en qué se había equivocado y que, desde luego, en ningún momento, ni entonces ni después, cambió su idea de que la actual situación va a llevar a la catástrofe electoral al PSOE ni que Zapatero tiene que dejar de ser presidente del Gobierno».

Los voceros de Barreda esta vez sí curraron de lo lindo. Las dos ideas se desplegaron y «se animaba» concienzudamente a su publicación. Por desgracia para ellos, en esta ocasión poco pudieron hacer para contrarrestar el tsunami de comentarios críticos sobre el ridículo que había protagonizado su jefe.

Aunque, para hacer un análisis exacto, sí hay que reconocer que hasta hubo alguien que «compro» la propaganda. Perdón, la verdad oficial y oficiosa.

 

 

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