Miguel Ángel Pozas Sánchez-Gil (PSOE) se desata con un centrifugado verbal

El alcalde de Manzanares espeta 60 graves insultos contra la atónita oposición

Los asistentes al pleno no daban crédito al cómputo de descalificaciones que dijo en cuestión de segundos

El alcalde de Manzanares ha demostrado una vez más la falta de educación que tiene. Sus principios éticos no le dejan respetar las discrepancias de quienes no opinan como él.

Nada hacía presagiar el conglomerado de insultos que el alcalde socialista del ciudadrealeño pueblo de Manzanares, Miguel Ángel Pozas Sánchez-Gil, soltó en pocos segundos. A pesar de las lógicas diferencias que separan al equipo de gobierno socialista de la oposición, no era de esperar la cantidad de infamias y calumnias que Pozas dijo ante la atónita mirada de todos los asistentes al pleno, incluso de su equipo socialista. Vean el video.

Como si de un concurso de televisión se tratara, Pozas enumeró una lista de unos 60 insultos en referencia a la descripción que él hace de la oposición municipal, de la que él dice que es lo siguiente:

Errónea, errática, inafectada, equivocada, falsa, inexacta, que conversa desatinada, desorientada, ninguneante, vacilante, irrazonable, abominable, aborrecible, atroz, condenable, deplorable, deleznable, lamentable, odiosa, repugnante, alarmista, inquietante, perturbadora, culera, ansiosa, humillante, vergonzante, infame, innoble, irracional, absurda, ilógica, inverosímil, inconsciente, desleal, ingrata, miserable, infame, mezquina, ruin, insolente, incompetente, incapaz, escasa, inhábil, torpe, ignorante, ramplona, grosera, excluyente e incumplidora.

Para finalizar su parrafada y frente a las carcajadas de los concejales socialistas, Pozas aseguró que dijo estas descalificaciones «por citar algunos ejemplos» de lo que él piensa de sus opositores.

Al final del video puede comprobarse como frente al impresentable comportamiento del alcalde socialista, es la representante del PP, Lola Serna, quien toma la palabra para decirle a la cara -con mucha calma- que «no ofende quien quiere sino quien puede».

El final es esperpéntico. Miguel Angel Pozas mueve la cabeza con el mismo rigor que el perrito que -en las películas de Santiago Segura- lleva Torrente en la parte trasera de su coche.

Eso sí, le falta todavía un poco de ensayo al socialista.

 

 

 

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