El presidente de la Junta sigue circulando de televisión en televisión para intentar hacerse ver, aunque su mensaje está acabado tras numerosos escándalos
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El presidente de Castilla-La Mancha juega al despiste atacando sus compañeros de siglas por criticar a la Iglesia, pero a la vez, el jefe del Ejecutivo regional demuestra seguir la estela marcada por Ferraz, incluso en los temas religiosos.
Dice Barreda que «la inmensa mayoría de la población se declara católica y hay que gobernar para la inmensa mayoría, respetando a las minorías». Estas declaraciones fueron recogidas en una entrevista que el castellano-manchego concedió a La 10, en las que el periodista Ángel Expósito le preguntó sobre las afirmaciones en las que Zapatero dijo que España ha vivido «décadas y décadas» en las que se han tenido que aceptar «las leyes, los códigos de conducta y una determinada forma de ver la vida y la religión».
Es duro pensar que el fariseo de Barreda se arrime, ahora, a los católicos. Poco se acuerda de la religión cuando coquetea con Zapatero, o cuando su esposa y diputada nacional, Clementina Díez de Baldeón, votó a favor del aborto.
Sobre el escándalo de CCM, Barreda insistió en que va a rechazar la creación de una comisión de investigación sobre el caso de Caja Castilla La Mancha. El socialista ha tenido la poca vergüenza de afirmar que ya no lo va a hacer porque considera que ese tema ha sido ampliamente debatido ya en las Cortes. Con este panorama, la comunidad menos transparente de toda España es, según un estudio, la región dirigida por Barreda.
Pocas son las cuestiones de las que le gusta hablar al presidente castellano-manchego. Con voz entrecortada y viéndose en la obligación de tener que decir algo al respecto, afirmó que los socialistas han tomado medidas económicas duras, como la reforma laboral o la congelación de las pensiones. Según Barreda, estos recortes «rompen con la historia de los socialistas».
