El Día no ceja en su empeño de la independencia de Canarias. Una nueva pastoral de su editor-director, José Rodríguez Ramírez (el del nombre y apellidos eminentemente guanches), no sólo afirma que es precisa ya la creación del Estado canario, sino que además los niños de hoy en día tienen un sentido más agudo de lo que le sucedió a sus antepasados, «maltratados y exterminados por el pérfido pueblo español».
Rodríguez señala sin ambages que «los niños chicos de hoy sienten mejor los sentimientos del pueblo guanche que los canarios en general, narcotizados por años de ignominia y esclavitud. Unos guanches nobles que durante 98 años fueron martirizados por los ataques para su conquista, lo cual evidencia que quisieron mantenerse libres y que sufrieron un holocausto a manos del entonces pueblo español; de su ejército regular y mercenario. Por eso, y porque la razón nos asiste (porque nos duele la razón) clamamos por la creación del Estado de la nación canaria».
La catarsis soberanista de José Rodríguez llega a su culmen cuando le quita la identidad de canarios a los representantes políticos del PP y PSOE que se presentan en las Islas. Los llama siervos de España y que para nada pueden ser canarios unos colaboracionistas de la metrópoli.
«Nos duele que los representantes del pueblo canario, elegidos en las filas de los partidos estatistas, obedezcan ciegamente a España. De ellos podemos decir que no son canarios en absoluto. Aunque vuelvan a presentarse a las elecciones de 2011 en las listas elaboradas en este Archipiélago, no son canarios; son siervos de España», apunta el editorialista.
Y, para rematar, sugiere que «tanto sus militantes, como sus dirigentes y sus votantes, no son canarios sino colaboracionistas con la Metrópoli que nos oprime. Eso es lo que cabe decir de los dos partidos estatistas».
Coalición Canaria no queda mejor parada. «El juicio que nos inspira el otro partido es peor aún porque, siendo canario y recibiendo el apoyo de los canarios como tales, ha traicionado a Canarias y ha permitido que en Madrid engañen a sus representantes con lo que parecía una broma, pero es una realidad. Los han engañado con baratijas, igual que hacían con los pobres amerindios cuando los seguidores de Colón pusieron sus sucias patas en sus tierras. Porque una baratija es el asunto de las aguas canarias».
Rodríguez subraya por último que «hoy ser soberanista o independentista es un timbre de honor. Es concentrado perfume de patriotismo. Es el orgullo de cada uno que sabe que labora por su libertad, por su identidad, como miembro de una comunidad nacional y como sujeto digno porque nadie manda sobre él».
«Lo que sí es de vergüenza es sentirnos o creernos españoles y tener que escribir, o decir, que nuestra nacionalidad es la española. ¿A cuenta de qué? España está allá lejos. Canarios somos nosotros. Y amigos de los españoles, de su cultura y con las relaciones económicas oportunas, pero siempre en un mismo plano, no sometidos al godo ni al peninsular, a los que respetamos y decimos que serán muy dignos, pero no queremos que sean nuestros amos».
