El editorialista independentista canario por excelencia ha vuelto a cabrearse. Quiero decir más de lo habitual. Y el otro día saca su cosa, o sea el editorial que no su cosa o chibichanga, con el siguiente título: “¿Por qué seguimos colonizados?” La faltó añadir: ¿Eh…? Y él lo sabe perfectamente. ¿Por qué va a ser?: porque estamos todos los canarios “narcotizados”, que usted no hace más que recordárnoslo todos los días. ¿O no? Si en el mismo editorial/cosa este/a lo vuelve usted a decir: “Los niños chicos de hoy sienten mejor los sentimientos del pueblo guanche que los canarios en general, narcotizados por años de ignominia y esclavitud”.
Por la ignominia, la esclavitud y los narcóticos que nos despacha diariamente a los canarios la Delegación del Gobierno central, que se le ha olvidado, hombre de Dios. Digo de Achamán. Todos los días, que lo tengo yo calado, salen de la Delegación del Gobierno unos camiones bien grandes, que recorren toda la ciudad fumigándola con narcóticos de lo más variado. Si usted sale temprano, y tiene la desgracia/suerte de pasar cerca de uno de estos camiones, se coge un coloque que para qué. Un fuerte colocón, cogorza, mona, curda, tajada el que se coge.
El narcótico, por supuesto, lo van cambiando, por si la gente se acostumbra y deja de estar narcotizada. Unos días echan marihuana, otros cocaína, otros aspirina molida para variar… Y si usted está fuera de la ciudad y no ha recibido su dosis de narcótico, se acerca un momentito a la Delegación del Gobierno, se lo dice al funcionario, y él le da un porro sobre la marcha. Pero como el editorialista no está narcotizado, porque él es muy previsor y sale a la calle con máscara antigás, pues puede decir cosas como que: “Estamos sometidos a un yugo colonial del que debemos avergonzarnos todos los canarios. Incluso esos estúpidos de aquí que, en determinados momentos, todavía dicen Viva España (siervos repugnantes)”.
Si usted, en aquel determinado momento en que Iniesta marcó el golazo que nos convirtió en campeones del mundo de fútbol, gritó ¡viva España!, ya sabe que es un siervo repugnante. Que lo ha dicho/escrito/publicado el editorialista independentista. Es más, usted es un siervo repugnante narcotizado; que es mucho peor. Dice también el muchacho que: “Con toda seguridad, cuando seamos independientes y podamos proclamar en todos los foros internacionales que somos canarios, con bandera propia, Constitución propia, Gobierno propio…, pero ante todo con los tres poderes de Montesquieu en nuestras manos y no, como sucede ahora, en las de los peninsulares o, peor aún, en las de los godos. Sólo entonces seremos respetadísimos en el mundo”.
¡Nos van a tener un respeto de mucho fundamento en el mundo! Que se enteren. Porque hoy, según el editorialista independentista, pasa lo siguiente: “Si hoy causamos la curiosidad, que no la respetabilidad, de los ciudadanos europeos y de otros lugares del mundo, es por nuestra condición de indígenas sin taparrabos”. Pues claro: Eso de ir sin taparrabos los canarios, o sea en pelota picada, causa curiosidad entre los europeos y demás habitantes del mundo. ¿Para qué vienen tantos turistas a Canarias? Para vernos con las vergüenzas al aire, no por otra cosa.
Insiste el muchacho: “Queremos, insistimos, ir por el mundo con la cabeza alta, como van los naturales de los países libres. Siendo canarios estaríamos orgullosos y no avergonzados, azorados y tímidos diciendo lo que es mentira: que somos españoles”. Hombre es normal que, si vamos en pelota picada por la calle, vayamos avergonzados, azorados y tímidos los canarios. Vamos, digo yo.
El independentista editorialista acaba su cosa pidiendo al presidente de Canarias “Paulino Rivero, su familia y sus correligionarios, así como los votantes que tienen que conseguir para 2011, desde ya reaccionen y le digan sin temor a los gobernantes españoles, a Zapatero y por qué no, al propio monarca, que Canarias quiere ser lo que siempre fue: republicana”. Pues no, de eso nada monada. La Canarias de los guanches que ustedes reivindican, no era una república en absoluto, que era una monarquía con menceyes o guanartemes en vez de reyes. ¡A ver si estudiamos más historia guanche, caramba! Y más historia en general.
