Los compañeros de El Digital de Canarias, dirigido magistralmente por Félix Rojas, saca a la luz los trapos sucios del actual alcalde de La Laguna, de Coalición Canaria para más señas. Su supuesto estilo de vida sencillo, casi rayano en lo espartano, nada tiene que ver con la realidad. De hecho, el título de la información ya lo dice todo: «Fernando Clavijo jamás hará público su patrimonio, porque perdería las elecciones».
Comenta el rotativo con cierta ironía que, tal vez tampoco pasaría nada si declarase su patrimonio «porque en esta Isla, no importa que los alcaldes nacionalistas hagan lo que hagan, para que el pueblo haga lo de siempre, no ir a votar por cansancio o pereza, o desinterés y los que van o están bajo el paraguas del grupo de gobierno o sencillamente se han dejado embaucar por esa dulzona propaganda nacionalista, algunos lo llaman bocadillo de mortadela, que ellos a pesar de sus criticas, comen con gusto».
El recién nombrado candidato socialista, en solitario, ya a principios de esta legislatura lo habían hecho todos los concejales del grupo municipal, Gustavo Matos (el de la publicidad tétrica del agua) sacó a la luz todo su patrimonio y poco después Abreu salía en su apoyo reclamando que lo hicieran todos los demás candidatos.
La respuesta, dice El Digital de Canarias, «ha sido un silencio sepulcral, cargado de dobleces, malos pensamientos por parte de los que piensan que los que callan otorgan. Uno que no lo va a hacer nunca, por todo lo que lleva aparejado, es el alcalde lagunero, al que ya le están sacando biografías religiosas, vendiéndolo como un santo varón, que viaja en turista, que vive de su sueldito y que no tiene nada más que un pisito y una intensa vocación de servicio a los demás, como un hermano ursulino».
Y no lo hace, insiste este medio, «para que no sepamos que desde el 3 de julio de 2001 hasta el 5 de marzo de 2009 fue administrador solidario junto a su esposa y a uno de sus primos maternos, de la sociedad limitada Administración Ecológica SL, que constituyó con un capital social de 3.600 euros y que compatibilizó como concejal de Policía y lo que es más grave como concejal de Urbanismo, en cuanto la empresa se dedicaba a la administración de inmuebles y comunidades, a la asesoría fiscal, laboral, contabilidad y a la elaboración y venta de alimentos. Tiene siete empleados fijos».
En el año 2008, se detalla en la información, «obtuvo beneficios por la actividad típica del negocio. Los ingresos fueron de 193.421 euros, aunque los gastos llegaron a los 185.702 euros, teniendo un resultado en el 2008 de 5.789 euros».
«Como la crisis los cogió a los tres a partir de estas fechas, poco después le vendían la empresa a Tomás Febles Díaz el 7 de octubre de 2009, su esposa era contratada en el Metropolitano y el primo constituía el 6 de octubre de 2010 la sociedad Juan Batlle SL, que tiene como objeto, servicios de alimentación propios de las restauraciones consistentes en la elaboración y venta de alimentos destinados al servicio de catering o de colectividades. Servicios de alimentación y restauración en establecimientos cedidos o a domicilio con un capital de 6.000 euros”.
