El Día sugiere ver a Don Juan Carlos I

Rodríguez: ‘ZP, independízanos’

El editor secesionista sigue negando que los canarios sean españoles

Rodríguez: 'ZP, independízanos'
José Rodríguez, a la derecha, editor-presidente de El Día.

José Rodríguez Ramírez no tiene remedio. Ahora, cuando ve que en las Naciones Unidas no le van a hacer ni caso con la descolonización de Canarias, recurre al auxilio de la Moncloa o de la Zarzuela, instituciones que, siguiendo su razonamiento independentista, jamás dejarían’libre’ al Archipiélago, pues son entes de «esa España saqueadora».

Afirma el editor de El Día que «con la independencia tendríamos recursos suficientes para todos los canarios. No habría hambre (desaparecerían las colas en los comedores de beneficencia) y no se producirían espectáculos tan lamentables como la reciente aglomeración de enfermos en los pasillos del HUC porque no hay camas libres para atender a todos los que precisan asistencia. Hemos llegado al nivel de un país tercermundista. Aunque, ¿para qué asustarnos? Nada tiene de extraño que estemos en el Tercer Mundo mientras seamos una colonia de España y la ultraperiferia de Europa».

Lo mejor de todo es que sigue pensando en que Canarias puede ser una nación y plantea que «no podemos esperar a que la ONU tome la iniciativa de descolonizar Canarias. Tenemos que hablarle claro a Zapatero y, por qué no, también al monarca».

Rodríguez, en un alarde de patinaje mental, sugiere que «hay que exponer en el Congreso de los Diputados y en el Senado que la independencia de Canarias no es una concesión gratuita que nos hace el Gobierno de España; una prebenda menor para tenernos callados parecida a las migajas que le echan de vez en cuando a la Niña y a Don Perestelo para que sigan jugando a la política pura, no en beneficio de Canarias, a pesar de que fue el pueblo canario el que los eligió, sino para que Zapatero siga en el cargo arruinando a España y a Canarias, que es su principal y más vergonzosa colonia».

Y de remate indica que «los canarios, cuando salimos al exterior, vamos por el mundo con la cabeza gacha, ya que nos obligan a poner en los documentos que somos españoles, cuando todos sabemos que no lo somos. La libertad de Canarias no es, como decimos, un capricho, sino un gesto ineludible e inaplazable para devolvernos lo que teníamos, porque en derecho nos pertenecía antes de que llegaran los invasores genocidas».

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