El acto puso de manifiesto la terrorífica gestión agropecuaria que llevan a cabo los socialistas manchegos
La tradicional comida de hermandad de Asaja-Ciudad Real ha sido un «mal trago» para el presidente Barreda. La aclamada presencia de María Dolores de Cospedal en dicho acto puso en un notorio estado de nerviosismo al socialista.
El evento navideño fue una comida de hermandad en la que todos estaban hermanados menos el aristócrata presidente. El aliado de Zapatero estaba solo. No tenía con quién hablar, no tenía a ninguno de sus amigos a su lado.
Los agricultores de Castilla-La Mancha asociados al organismo presidido a nivel nacional por Pedro Barato, no dudaron en aclamar a Cospedal, a quien recibieron con una calurosa ovación que hizo de la cara de Barreda un auténtico poema. Un presidente regional gris y casposo que no sabía dónde meter la cabeza porque el sector agrario le dio la espalda por completo en dicho acto
Barreda llegó antes y se fue después que Cospedal. Tanto a la llegada de la presidenta regional del PP como a su salida, al jefe del Ejecutivo se le notó claramente una mirada de auténtica resignación.
El socialista aguantó como buenamente pudo mientras compartió mesa y mantel con Cospedal. Pero eso no fue todo, ya que el presidente de C-LM pasó un duro trance cuando se tuvo que hacer una foto con la popular
Esta no es la primera vez que a Barreda le pasa una situación como ésta. Hace unos meses se pudo contemplar un «numerito» similar en la entrega de los premios anuales de la Cámara de Comercio de Toledo que se hizo en Illescas. En aquella ocasión, Barreda prefirió no alargar mucho la velada y salir «cuanto antes» del recinto en el que se celebró el acto.
Barreda pasó sin pena ni gloria por un encuentro que remató con su discurso. Un discurso casi tan gris como él, tan vacío de contenido como él y en el que lo único que llamó la fue la ofensa que hizo el presidente al resto de asociaciones agrarias y sindicatos. Según el socialista, las demás organizaciones trabajan de mentira, «sólo hacen ruido» y son unas irresponsables en la función pública que tienen.
Se quedó muy «conforme» el presidente con un discurso compuesto por un conjunto de afirmaciones que corresponden, precisamente, a lo que él hace en la Junta: vender humo, no admitir sus irresponsabilidades y no dar la cara ante asuntos económicos personales de gran calado que ponen en riesgo el sistema político libre y democrático de España. Si tuviera en cuenta estos factores, quizá se hubiera explicado la marginación de todo el sector agrícola manchego.