Opinión / Desde mi escaño

Astracanada y ciudadanía adormilada

Astracanada y ciudadanía adormilada
Manifestantes en la puerta del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

Lo han conseguido. Sí señor, los políticos de Santa Cruz de Tenerife han logrado que los ciudadanos, que los vecinos de la capital tinerfeña pasen tres kilos de los problemas, incluso aquellos que les afectan como puede ser, por caso, que su vivienda quede fuera de ordenación con la aprobación del nuevo Plan General.

La astracanada que se ha vivido en la mañana del martes en el salón de plenos tuvo su continuidad en los exteriores de la Casa de los Dragos. Si dentro no hubo unanimidad (aunque sí mayoría, que parece lo mismo, pero no lo es) para seguir adelante con la aprobación del PGO, fuera las cosas eran como una película de Buñuel. Unos hablando de que esto no pasaría en Cuba o que también de que la culpa era de que Canarias no tenía la independencia de España (y no estaba por allí Don Pepito, el de El Día).

Y claro, cuando nuestros representantes se enredan en tecnicismos que, dicho sea de paso, ni ellos mismos entienden, porque se trata de informes que les elaboran y les dan masticados sus asesores, y los que están extramuros del Ayuntamiento confunden el culo con las témporas, pues al final acaba pasando lo que nadie desearía, que el avance de un documento tan trascendental como es el Plan General de Ordenación sigue su curso sin que haya habido tiempo suficiente para ser revisado tras los múltiples reparos del Gobierno canario.

Pero, miren ustedes, a mí lo que verdaderamente me preocupa es que los ciudadanos no estén pendientes de este tema. No digo yo que en la mañana de martes 21 de diciembre hubiesen tenido que estar los 100.000 afectados, pero es que apenas se alcanzaba la cifra de 200, sin contásemos entre ellos a dos caniches, algún bebé y agregados que pasaban por ahí pensando que en cualquier momento iban a repartir croquetas.

Luego, escarbas un poco en el tema y te das cuenta de que la lucha contra el PGO la ha asumido como propia el Centro de la Cultura Popular Canaria, con su altavoz mediático, Radio San Borondón, y sus soflamas entre lo independentista y lo comunista. Y, digo yo, ¿qué demontres tiene que ver eso con las viviendas fuera de ordenación? Eso, en buena lógica, se llama desviar el mensaje de forma bastante torticera, no sé si hecho a propósito o es que los encargados de esta especie de estrategia del caracol no son más torpes porque no se entrenan.

Al final, toda la seriedad que le reviste a su trabajo en los juzgados el abogado Felipe Campos para intentar que ese documento del PGO se elabore como Dios manda se queda diluido ante actitudes tan indecorosas como la de la ‘coja manteca’, una señora que llevaba hoy la voz cantante y que, curiosamente, sólo permitió escuchar íntegramente la versión del PSOE y en parte la de Ciudadanos de Santa Cruz. Al resto, ni agua.

Es curioso que estos que hablan de democracia se la apliquen únicamente para ellos. Podemos estar o no de acuerdo con el PGO, pero me gusta que se pueda expresar libremente la disparidad de criterios y esta señora, por ejemplo, se puso al nivel de José Alberto Díaz Estébanez, al que no le gustan las manifestaciones que van en contra de los deseos municipales. La libertad de expresión es lo que nos hace avanzar, aunque unos y otros, radicalizados en sus atalayas políticos-mediáticas, quisieran que esto fuese un régimen dictatorial.

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