Pepiño Blanco desde su atalaya del Ministerio de Fomento acabará por convertirse en ‘el Atila de Canarias’. Los dos votos de Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados le han servido para embaucar, liar y engañar a Paulino Rivero.
El ministro de Fomento, conocido también como el terror de los controladores aéreos utiliza su posición para encontrarse un retiro en el PSOE de Galicia, pero mientras permanece en activo en la capital de España, cualquiera que mantenga relaciones directas con él puede sufrir sus continuos cambios de humor…y no precisamente para bien.
Los canarios ya están siendo víctimas de los experimentos de Pepiño Blanco y ahí están las pruebas a las que remitirse. El invento o la entelequia de las aguas Canarias, la inexistente ficha, por el momento, del Plan Canarias, incentivos para el Archipiélago y así un largo etcétera de incumplimientos con las Islas, merced también a la anuencia de unos diputados de CC que se lo tragan todo.
Blanco sólo azuza a los controladores aéreos para secuestrar a los canarios, que estuvieron varios días atrapados en una ratonera y perdiendo vacaciones y viajes de negocio por culpa de su negligencia manifiesta.
El responsable de Fomento vende al Archipiélago, a Tenerife y Gran Canaria trenes de cartón. Engaña a los habitantes de las Islas con las tarifas aéreas y el maletazo. Vende humo obligado por la crisis y, lo peor, Paulino Rivero se lo compra. Pepiño llegará a convertirse en el “Atila de Canarias”. Y sino, al tiempo.
