"¿Quién es culpable? Yo no", señala Eisenman

Los ‘padres’ de la Ciudad de la Cultura defienden su despilfarro

Eisenman y Perea no ven exagerado pagar 2.200 euros por cada metro cuadrado

Los 'padres' de la Ciudad de la Cultura defienden su despilfarro

Perea: "Este proyecto empezó en unos tiempos de euforia a nivel internacional. y estamos en unos tiempos bien distintos. Se sigue, pero a otro ritmo"

Tras la inauguración de los dos primeros edificios de la Cidade da Cultura, el ambicioso proyecto arquitectónico que ha hipotecado a todos los gobiernos de la Xunta desde que Manuel Fraga se ‘encaprichó’ con su construcción en 1999, ‘La Voz de Galicia’ se ha apresurado a entrevistar a uno de sus principales promotores y a beneficiarios: su diseñador, Peter Eisenman.

A lo largo de 11 años este arquitecto estadounidense ha estado forrándose a costa de las arcas públicas gallegas, aumentando poco a poco sus millonarias retribuciones a través de sucesivos incumplimientos del contrato inicial: siete años de retraso en su apertura, perspectivas de que mida un 112% más de lo previsto, y un gasto que duplica el doble de lo acordado, llegando a sumar (hasta el momento, y con trazas de seguir subiendo) los 235 millones de euros.

A pesar de ello, Eisenman, en esta entrevista, se lava las manos ante aquellos que lo acusan de enriquecerse con la obra, señalando, tal y como se titula la entrevista de ‘La Voz’: «¿Quién es culpable del desfase? Yo no, por supuesto», y apuntando al conselleiro de cultura de la ‘era Fraga’, Jesús Pérez Varela:

«Cuando le presenté, acorde con el plan de origen, esta biblioteca en la que estoy, me preguntó: «¿Cuántos libros caben?». «250.000, como habían pedido», le dije. Y en ese momento exclamó: «De eso nada, haga sitio para un millón». ¿Quién tiene la culpa de eso? Yo no, ¿verdad?»

Mientras ‘La Voz’ centra su atención en Eisenman, el diario coruñés ‘La Opinión’ publica una entrevista a otro arquitecto fundamental en la construcción de la Cidade da Cultura.

Se trata de Andrés Perea, el hombre que ganó en concurso para desarrollar y ejecutar el proyecto, y cuyo nombre se ha visto eclipsado por el del norteamericano durante todos estos años.

El asume que sea así, que sea Eisenman quien se lleve los aplausos, bromeando con su falta de protagonismo en la inauguración: «Hay muchas columnas en el edificio y me escondí hábilmente tras ellas».

«Esta Ciudad de la Cultura tiene el proyecto de Einsenman pero, además la excelente calidad de ejecución, que empieza por el sudor de los trabajadores gallegos, los técnicos de las empresas constructoras, el equipo de dirección de obra, la ingeniería… Y, al final de todo, estoy yo, pero muy al final. Es como una gran orquesta sinfónica con una buena partitura, así dirige cualquiera, hasta un tonto»

Lo más sorprendente de esta entrevista es que lo que para la mayoría de los gallegos supone, y más viéndolo desde el prisma de la crisis, un despilfarro en toda regla, para Perea tiene un coste «muy razonable», de «2.200 euros el metro cuadrado». Y, además, no se corta a la hora de justificar las modificaciones y aumentos de presupuesto:

» Este proyecto empezó en unos tiempos de euforia a nivel internacional, no sólo de España, y estamos en unos tiempos bien distintos. Entonces, ¿qué se hace?, ¿se le deja como los restos del [barco] Mar Egeo en la costa de A Coruña? Se sigue, pero a otro ritmo y, además, con tiempos y programas cambiantes porque así es la sociedad de nuestro tiempo, muy cambiante e incierta. Y [con los cambios] se está acreditando que el proyecto de Eisenman es muy flexible»

 

Sea quien sea el culpable del despilfarro lo cierto es que la hucha gallega se rompe cada año para continuar con la construcción de este complejo, al cual aún le faltan dos edificios (y muchos millones) más.

 

 

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