El gobierno de Castilla-La Mancha se niega a cambiar el trazado de la autovía de La Sagra

Barreda echa asfalto en otra zona protegida pese a las denuncias de diversos grupos ecologistas

La carretera podría discurrir por la zona sin tocar el LIC, quitando algo de terreno a un polígono industrial

Con la situación general que ha creado Barreda en C-LM, las explicaciones de Pingarrón son muy poco convincentes

Los grupos Espartal Ecologistas en Acción de Valdemoro (Madrid), Arba Bajo Jarama y Ecologistas en Acción de La Sagra, en Toledo, han preguntado al consejero de Ordenación del Territorio y Vivienda, Julián Sánchez Pingarrón, «por qué no se cambia» el trazado de la autovía de La Sagra si sólo afecta al «0,0013 por ciento» del Lugar de Interés Comunitario (LIC) Yesares del Valle del Tajo, y «de forma residual».

El socialista Barreda sigue con su política de acabar con la naturaleza castellano-manchega, lo que provoca que se le acumulen las denuncias en Bruselas por irregularidades medio ambientales.

En una carta abierta a Sánchez Pingarrón remitida a los medios, los grupos ecologistas han contestado así las declaraciones del consejero del pasado 7 de enero, quien a preguntas de los medios destacó que las obras de La Sagra sólo afectan a 3,7 hectáreas de un total de 28.033 que tiene ese espacio, y no en el centro, sino en un lateral

De esta forma, se han mostrado «perplejos por las consecuencias» de estas declaraciones, y han asegurado no comprender el motivo por el que se decidió que la autovía discurriese por una zona protegida cuya delimitación por coordenadas se recoge en la declaración de zona LIC.

¿No existe otra alternativa? ¿Subyace otro motivo que no deba conocerse? ¿Es que la empresa promotora del polígono tiene tanto poder?», se han preguntado los grupos, que han afirmado que la autovía puede discurrir por la zona «perfectamente sin tocar el LIC, aunque siempre habría un impacto, sólo que el polígono del Grupo Menchero tendría que ser un poquito más pequeño

Asimismo, han apuntado que «si el motivo es económico, aún lo entendemos menos», y han subrayado que «sobraría la segunda» de las Declaraciones de Impacto Ambiental que han sido necesarias para las obras «por aquello del rigor».

«Convendría conocer el rigor científico con el que se hacen las Declaraciones de Impacto Ambiental, y qué institución científica o universidad las evalúa», han destacado los grupos ecologistas, que se han preguntado «quién paga» dichas declaraciones.

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