En sus dos años de historia los pasajeros han ido a menos. Cerró 2009 con un tráfico de 53.557 viajeros. Un año después esa cifra se había reducido casi un 40% hasta los 33.520
Si algo caracteriza la política del gobierno socialista castellano-manchego es el derroche masivo y los malos resultados económicos de la región. El caso del Aeropuerto Central de Ciudad Real ha supuesto un duro golpe a las arcas regionales, que han visto cómo se esfumaba el dinero sin que el aeródromo aporte ingresos.
El escándalo del aeropuerto ha dado, y dará, mucho que hablar. Los amiguismos, el fraude empresarial, la falta de clientes, los juegos sucios y los atropellos constructivos que rodean a la infraestructura fantasma han puesto de relieve el verdadero perfil político de José María Barreda.
Ahora es Fernando Díaz Villanueva quien ha publicado la historia sobre el desarrollo de esta obra: desde los comienzos sobre papel hasta el reciente ERE y la falta de clientes.
El aeropuerto, el primero privado de España para grandes aeronaves, iba a ser la puerta de La Mancha al mundo y una económica -pero lejana- alternativa al congestionado Barajas. La distancia entre ambos, por carretera es de unos 235 kilómetros, que, por la A-4, se recorren en unas tres horas. Demasiados kilómetros para suplir a Barajas. También se pensó en poner una estación de AVE que finalmente no se hizo
Díaz recuerda que el proyecto se aprobó en 2002, las obras comenzaron en abril de 2004, se demoraron durante más de cuatro años y costaron 1.100 millones de euros, 400 de los cuales fueron aportados por Caja Castilla-La Mancha (CCM), presidida entonces por el socialista Juan Pedro Hernández Moltó e intervenida después por el Banco de España.
Hay que recordar que Moltó se encuentra en la actualidad imputado por la Audiencia Nacional por el desfalco de más de 7.000 millones de euros en CCM.
El resto de accionistas eran empresarios cercanos al poder -como el amigo de toda la vida de Barreda, Domingo Díaz de Mera (DDM)- que invirtieron en el proyecto con dinero prestado por la propia caja. En algunos casos ese dinero volvía a ellos mismos vía contratas de construcción del propio aeropuerto. Un negocio, literalmente, redondo
El periodista Carlos Otto, redactor de El Día de Ciudad Real, escribió en su blog personal el 27 de octubre de 2008 el artículo Por encima del bien y del mal, un texto crítico con su ‘jefe’ Díaz de Mera y con Juan Antonio León Triviño, constructor y presidente del Aeropuerto de Ciudad Real. Al día siguiente fue despedido.
El resultado final del aeropuerto fue una maraña de intereses entrecruzados, un ovillo de nombres y empresas -relacionados todos con la política y el sector de la construcción- muy difícil de desmadejar
La implicación de la hundida CCM como accionista mayoritaria del aeropuerto mas la participación empresarial de todos los amigos del cortijo socialista de Barreda en el fracasado aeródromo, denotan el entramado de intereses que existe detrás de la infraestructura.
Aparte de Domingo Díaz de Mera, Santiago Mateo, Ignacio Barco y Román Sanahuja forman parte de la colmena de accionistas privados.
Después de operaciones fracasadas con varias compañías aéreas y de ver que nadie pisa ese aeropuerto, se ha inyectado más y más dinero público
A estas alturas al aeropuerto Central de Ciudad Real de privado le quedaba más bien poco
El escándalo continuo que ha supuesto el Aeropuerto de Ciudad Real ha culminado con un drástico ERE que ya ha dado comienzo. Barreda «se ha aprovechado de las condiciones que ofrece la reforma laboral de Zapatero».La situación actual del aeródromo supone «el certificado de defunción definitivo de este aeropuerto privado ya de casi todo menos de la irresponsabilidad política que lo hizo posible».