El presidente del CD Tenerife, Miguel Concepción, se ha presentado al concurso de concesión de licencias de radio para que la entidad tenga una, imitando así el ejemplo de otros clubes. El problema de estos entes es que al final acaban siendo demasiado deficitarios, no ofrecen una información crítica (¡faltaría más!) y acaban por aburrir, incluso, a los más acólitos.
Pasa por ejemplo con el Real Madrid o el Barcelona cuyos canales de televisión son vistos para cuestiones muy puntuales, pero encima acaban rellenando la programación con partidos de décadas pasadas o con entrevistas a viejas glorias que no interesan en demasía. Y si una televisión, donde al menos se juega con la imagen, no concita gran atención, ¿qué puede ofrecer una radio que se convierta en el boletín oficial del club, sin posibilidad de réplica o censura a la gestión del presidente?