La proximidad de las elecciones hace que el PSOE engrase su maquinaria propagandística, aun a riesgo de que ésta se pase de revoluciones si quien se pone al frente de los mensajes es Juan Fernando López Aguilar. El ‘dóberman’ de los socialistas canarios ha aterrizado de nuevo en las Islas y lo hace fiel a su estilo procaz, irreverente y hasta chulesco. Con tal de arañar dos votos de más para el partido, es capaz de ponerse del lado del dictadorzuelo venezolano, el sátrapa Hugo Chávez Frías.
Aguilar, una vez más, confunde los términos y se pasa de vueltas en la crítica electoralista que hace de los adversarios políticos. Porque una cosa es censurar que Paulino Rivero haya viajado a Venezuela a mercadear con los votos de los canarios y otra bien distinta es reírle las gracietas al Gorila Rojo y poner en duda el ataque, uno más, del caudillo bolivariano contra los intereses canarios y, por ende, españoles.
El eurodiputado socialista, a pesar de que las amenazas del Gobierno de Chávez resultan más que evidentes, prefiere minimizarlas porque dice que «es sólo un comentario colgado en un twitter». Eso sí, aprovecha la frase de Rivero, en la que dice que no tolerará un atropello a los canarios, para afirma que «el gobierno de Rivero viene atropellando a los canarios hace mucho tiempo y estos han tenido que soportar durante cuatro años a la tercera fuerza política con un presidente regional que tiene un discurso populista, raquítico y de muy bajo nivel”.
Y, ya puestos en el tobogán de la demagogia, Aguilar insiste en decir que «Rivero preside un gobierno monocolor que perdió estrepitosamente las elecciones de 2007, eso es atropellar y despreciar las voluntad de los canarios”. Quizá el eurodiputado olvida los casos de Galicia (2005), Madrid (1991), Baleares (1999 y 2007) o País Vasco (2009), donde el PSOE, pese a no ser el más votado, acabó haciéndose con el poder.