La crisis económica no tiene lugar en el municipio tinerfeño de Candelaria. Su alcalde, el socialista Gumersindo García, conocido popularmente como ‘Aló alcalde’ (por sus discursos plúmbeos en la radio municipal) no tiene reparos en echar mano de la máquina de hacer dinero para costear una revista municipal para el autobombo, aplicar una política de despidos caprichosos que le cuestan un pico a las arcas municipales o la realización de obras que se alargan en el tiempo para hacerlas coincidir con el período preelectoral.
Lo cierto es que hace unos días que se ha sabido que el Ayuntamiento de Candelaria debe pagar la nada módica cifra de medio millón de euros por despedir a una docena de trabajadores. La Justicia dictaminó que todos los despidos eran improcedentes, lo que ha dejado en evidencia que Sindo García sólo perseguía un fin caprichoso, quitarse de encima a quienes no le bailan el agua.
Obviamente, que nadie espere que esta pella para las arcas locales aparezca en la costosísima revista municipal. Otros 30.000 euros de vellón para que una publicación a todo color loe al edil socialista y hasta se atreva a vender dos veces la realización de una obra, la de la playa de Puntalarga, que debía haberse inaugurado en 2010, pero los trabajos se acabaron prolongando varios meses más, hasta inicios del presente ejercicio.
Y, para remate, la radio municipal, esa que pagan todos los vecinos de la Villa Mariana, se ha puesto al servicio del primer edil, que interviene como y cuando quiere. Se salta la escaleta a la torera y los espacios en los que los vecinos pueden preguntar al alcalde son mera pantomima. Las llamadas están seleccionadas y los números que no son reconocidos en la emisora se les pone en turno de espera. Si la llamada es para criticar la gestión alguacilesca, directamente, se desecha.
