El alcalde de Santa Cruz de Tenerife se las tiene tiesas con Martín Chirino. El escultor, al que el Consistorio le encargó en 1992 la escultura ‘El sueño de los continentes’, está indignado con el trato zafio que se le ha dispensado por parte de Miguel Zerolo, quien despectivamente le ha contestado que la obra de arte, cercenada voluntariamente por el Consistorio desde hace dos años, «se arreglará cuando haya dinero».
El Ayuntamiento chicharrero, que se enfrenta a una demanda de medio millón de euros interpuesta por Chirino, prefiere darle prioridad a otros aspectos más acuciantes como los servicios sociales. Sin embargo, independientemente del estado de las arcas municipales, que no parece muy fortalecido, lo que ha sobrado es la respuesta de Zerolo quien, en un alarde de prepotencia, recordó que «la escultura la ha pagado el Consistorio, no ha salido gratis».
Sin embargo, la legislación española marca que el adquirente de una obra de arte está obligado a protegerla. Si sufre algún daño, sea cual sea, deberá compensar económicamente a su autor o bien a sus herederos. Por lo que es muy aconsejable tener un seguro sobre las obras que se tengan y que éste no sólo haga referencia al robo o la desaparición de las mismas, sino que también se prevean los daños que pueden sufrir y los costes que pueden derivarse de la restauración.
CONTRADICCIÓN
Pero ya metidos de lleno en la deriva de la demagogia, si tanto le alarma la pobreza al alcalde y de que la prioridad del Ayuntamiento no es la de pagar la restauración de una escultura que, dicho sea de paso, el Organismo Autónomo de Cultura se cargó a las buenas de Dios, lo que tampoco se entiende es que se empleen 2,5 millones de euros en la celebración de los Carnavales. Si el objetivo esencial es evitar el colapso del comedor del albergue y otros centros sociales, la solución está clara, pero parece que el primer edil no está por la labor de renunciar a la jarana.
Comentar desde Facebook