Pese a que no hubo detonación, el delegado del Gobierno, Antón Louro señala que el dispositivo "estaba perfectamente diseñado" para su explosión
Sedes de partidos, sindicatos, y ahora, cajeros. Tan solo horas después del lanzamiento de un cóctel molotov contra la sede de la Unión General de Trabajadores en La Coruña, los Tedax del Cuerpo Nacional de Policía tuvieron que desactivar, en la madrugada del miércoles 10 de febrero, un explosivo de fabricación casera colocado en un cajero de Novacaixagalicia en Vigo.
A pesar de que éste no llegó a explotar, en torno a las 3 de la mañana los agentes recibieron una alerta que indicaban que salía humo de dicho cajero, y al llegar allí, pocos minutos después, se encontraron con una bombona de butano y unos trapos que los agresores pretendían utilizar como mecha.
El incidente se saldó sin daños personales y ni siquiera fue necesario desalojar a los vecinos del edificio. Los daños tan solo fueron materiales, y leves, en el interior del cajero, que permanece inoperativo.
El delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro, vincula la colocación de este artefacto explosivo con el ataque perpetrado contra una sede del Banco Pastor en la misma ciudad durante la jornada de huelga general convocada por la CIG el pasado 27 de enero.
«Las fuentes de la investigación creen que, en cierta medida, esa detención pudo provocar la reacción de esta noche»
Pese a que no hubo detonación, Louro señala que el dispositivo «estaba perfectamente diseñado» para su explosión.