El Tenerife se topó esta tarde con la mala fortuna. Ante el nuevo líder, los de Tapia estuvieron a un paso no sólo de llevarse un punto, sino el triunfo, pero cuando se perdona demasiado al final se acaba pagando y eso es lo que le sucedió al once blanquiazul, que vio como en el 89′ Michu dejaba los tres créditos en el Municipal de Balaídos.
Los canarios se vieron superados en el arranque del encuentro. El Celta, sabedor del pinchazo del Rayo, salió a por la victoria desde el primer minuto, especialmente con un incisivo David Rodríguez. Los vigueses controlaron el centro del campo y suyas fueron las primeras ocasiones del encuentro, aunque la defensa tinerfeña anduvo lista, salvo un despiste de Luna que pudo haber costado el 1-0 en el 22′.
Los blanquiazules, pese al buen tono defensivo, no se atrevieron a salir mucho más allá del centro del campo y las veces que llegaron al área fueron más que contadas.
Sin embargo, en la reanudación, el partido invirtió los términos. El Tenerife se mostró más ambicioso y primero Melli y luego Nino estuvieron cerca de adelantar a los suyos en el marcador. Paco Herrera, el míster local, no veía forma de romper la dinámica de un encuentro que transitaba peligrosamente hacia el 0-0 o incluso un triunfo foráneo en una acción aislada.
Pero, tal y como le sucedió hace dos jornadas, con el Numancia de visitante, el Celta logró romper el cerco isleño con un gol prácticamente en el filo de la navaja. Michu fusiló a Sergio Aragoneses y, de paso, hundió la moral de un once blanquiazul que ya acariciaba un punto valioso, que no le sacaba del descenso, pero que sí le reforzaba la moral.
