El articulista de ABC sostiene que hay una creencia de que "la corrupción es de derechas"

Tomás Cuesta: «La corrupción [en España] es poca cosa siempre que el fulano tenga el carné del PSOE»

"Entre el doble rasero y el cambio de la venda de la Justicia, la corrupción se entiende como un mal menor"

Tomás Cuesta afirma en ABC –Justicia tuerta– que las corruptelas en España son pecata minuta siempre y cuando los que estén implicados pertenezcan a la esfera del socialismo o posean el carné del sindicato de turno.

El columnista sostiene que «existe una categoría de magistrados y fiscales en todas las instancias de la judicatura cuya argamasa es la creencia de que la corrupción es un fenómeno intrínsecamente de derechas, sin vuelta de hoja, redención o revisión posible. Para ellos, el trinque y el trile son excepciones en la izquierda y aspectos muy generalizados en la derecha, a cuyo cobijo, sostienen, se roba a manos llenas, sin pudor ni recato».

Para Cuesta, casos como el fondo de reptiles de Andalucía, los chanchullos en la Junta de Extremadura o los tejemanejes catalanes «no entran en el capazo de la corrupción política». A la vez aclara que «tanto da que en el mapa de la corrupción en España la mayoría de los escándalos se correspondan con el área de influencia del PSOE y los nacionalismos».

Concluye Cuesta con «entre el doble rasero y el cambio de la venda de la Justicia por un parche pirata, la corrupción en España se entiende como un mal menor, una cuota inevitable del sistema, un viejo hábito de la derechona, un residuo literario de la tradición picaresca. Poca cosa siempre que el fulano tenga el carné del PSOE o del sindicato».

Y no le falta razón al articulista de ABC. En Andalucía, por ejemplo, pese a los escándalos acontecidos con los falsos eres o el caso Mercasevilla, lo cierto es que José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía, se ha negado en redondo a la creación de una comisión de investigación.

Además, por si fuera poco, los socialistas son expertos en sacarle todo el jugo a los casos de supuesta corrupción del PP. Los trajes de Gürtel son el recurso favorito de los Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Salgado o Francisco Caamaño de turno, ministros de Interior, Economía y Justicia, respectivamente, cuando se les pregunta por las irregularidades en las comunidades regidas por el PSOE.

Aunque son multitud, sobre todo en las filas del PP, quienes comparten la idea, parece un poco aventurado decir que la corrupción «es poca cosa» cuando la protagoniza el PSOE.

Cierto es que gracias a Pérez-Rubalcaba, Conde-Pumpido y otros, no suele someterse a los coruptos socialistas a la spenas de telediario que afligen casi siempre a los del PP, pero casos como el de Estepona o la prisión de un ex consejero socialista asturiano, dejan patente a ellos también les pueden apretar las tuercas.

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