Werther en primavera, por J.C.Deus

Werther 1632‘Las desventuras del joven Werther’ convirtió a Goethe en una celebridad de por vida; fue un trueno que anunciaba la tormenta romántica y que dicen que causó más de dos mil suicidios entre sus vehementes lectores. Un siglo después inspiró al compositor francés Jules Massenet (1842-1912) una ópera aburguesada sobre la imposibilidad ya entonces bien absurda de un amor extraconyugal. Es un melodrama aburridísimo con bella música pero convencional y reiterativa. Una antigualla cuyo inserción en la temporada en curso parece sólo tener por objeto un espaldarazo al tenor español José Bros. Con correctas direcciones musical y artística, su estreno dejó más bien frío al atribulado público del Teatro Real.

Resulta efectivamente un poco patética tanta efusión sentimental a cuenta de nada. Si la novela puede considerarse la irrupción del sujeto moderno zarandeado -en exceso- por sus sentimientos, la ópera se convierte en un triángulo inconcluso y trivial. Y el montaje estrenado en el Teatro Real agrava su limitación al ámbito familiar entre cuatro paredes, sin caracteres complejos que sustituyan la falta de acción, sin personajes secundarios que la compliquen, sin cambios de lugar y tiempo, sin paisajes humanos que la arropen.

Werther 0414En cada uno de sus cuatro actos, largos dúos entre los dos platónicos enamorados presentan el núcleo dramático y musical del argumento. Mientras que Werther quiere ser un maníaco-depresivo entre la exaltación y la desesperación, pero se queda en un hombre apocado que empuña una pistola antes de tiempo, Charlotte ofrece el retrato musical de una evolución interior siempre a destiempo, siempre cohibida, siempre indecisa.

Partiendo de los supuestos del ‘drame lyrique’ establecidos por Gounod (ambiente doméstico y burgués, trama íntima y sentimental, destinos individuales con énfasis en la melodía), Massenet, en una época de crudos verismos y delirios post-Parsifal, plantea el retorno a un melodismo sentimental y rebosante de lirismo, aunque permeable al Leitmotiv, a un flujo musical sin fisuras de principio a fin y a tonos veristas en la orquesta.

Werther 5170El de este Werther es uno de los papeles capitales para la tesitura de tenor y uno de los más difíciles, «El Tristán francés» se le ha llamado, en comparación a las dificultades vocales presentadas por Tristán e Isolda de Richard Wagner. Lo han cantado todos, de Di Stefano a Guedda, de Domingo a Carreras. Pero es Alfredo Kraus en sus últimos tiempos el principal desafío que gravitaba sobre José Bros, un tenor lírico ligero que ha esperado a tener 40 años para cantar el papel del joven exaltado. «Todos tenemos que ser conscientes de nuestros límites. Quería incorporar este rol pero no veía que llegara el momento. Mi voz es ahora como debía ser. He ido evolucionando sin forzar nada’, ha declarado Bros, que debutó en el personaje hace cuatro años en Nápoles.

Estuvo correcto pero en el aria más célebre, su ‘Pourquoi me réveiller’ supo a poco. Todo el reparto se contagió de la discreción de Bros, empezando por el marido antagonista, que cantaba Ángel Ódena. Sophie Koch cantó bien, pero nada fue emocionante. Parecía un trámite lo que tiene que ser una conmoción del ánimo. Koch dice amabilísima que Bros le recuerda a Alfredo Kraus por su «sentido musical e implicación» en lo que hace. La mezzosoprano, que ha cantado ocho producciones distintas de «Werther», opina que este montaje es «el más estilizado» de todos en los que ha participado, el menos naturalista, más simbólico y abstracto.

Werther 4856Sin duda. Todo es apacible en este Werther. Villaume estuvo pulcro ante una partitura melodiosa, pero tan convencional como ella. Decker está obsesionado por la geometría estoica, pero este bellísimo diálogo que construye a dos luces, este vacío desolador donde flotan los personajes a veinte metros de distancia, colabora a dotar al conjunto de un tono mortecino, de una levedad apabullante. La pistola aparece antes de tiempo y desaparece cuando debe estar. Por no haber, no hay disparo suicida. El retrato de la madre de Sophie pasa de mano en mano como la falsa moneda. El panel que comunica los dos espacios enfrentados, se abre y cierra con reiteración obsesiva. La agonía de Werther nos pareció la más larga de la historia de la ópera.

El público del estreno no mostró entusiasmo. Bros sólo fue aplaudido una vez durante la representación. Al caer el telón la sala quedó apática. Sólo destacó la gran ovación a Auxiliadora Toledano, que realmente hizo una Sophie destacable musicalmente y tontilla en sus evoluciones, y el sonoro abucheo al director de escena cuando saludó desde el escenario.

Werther 4592Todo indica que Mortier se ha desentendido completamente de este Werther, concentrado en presentar ‘su’ temporada próxima. Efectivamente, no se puede criticar el convencionalismo del bel canto y sustituirlo por su empeorada faceta francesa. Esta versión que produjeron Amsterdam y Lyon en 1994 y cuyos derechos fueron adquiridos posteriormente por la Ópera de Fráncfort es de factura económica y tono comedido, un paréntesis.

Decker se equivoca en esta producción al agudizar la inacción de la obra, agravar el hieratismo del libreto, la artificialidad de la trama, el convencionalismo de la música. Todo lo contrario que en su anterior trabajo en el Real, Die tote Stadt (La ciudad muerta), de Erich Wolfgang Korngold, que captaba el espíritu de la obra y de su tiempo, y acertaba a reflejar la dialéctica entre realidad y sueño que era la base de la obra. Su montaje es de sofisticada belleza pero la quietud y el vacío enfrían aún más los ánimos. Una asombrosa luna llena iluminaba la plaza de Oriente pero en el Teatro flotaba una primaveral astenia. José Bros tiene aún seis funciones por delante para superarla.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Argumento, 3
Libreto, 5
Partitura, 7
Dirección musical, 6
Dirección artística, 6
Voces, 6
Orquesta y Coro, 6
Interpretación, 6

Werther 1908TEATRO REAL
Werther
‘Drame lyrique’ en cuatro actos en lengua francesa
Jules Massenet (1842-1912)
Libreto de Édouard Blau, Paul Milliet y Georges Hartmann, basado en la novela epistolar de Johann Wolfgang von Goethe, Die Leiden des jungen Werthers (1774).

Director musical Emmanuel Villaume
Director de escena Willy Decker
Escenógrafo y fi gurinista Wolfgang Gussmann
Iluminador Joachim Klein

Reparto
Werther, José Bros/Giuseppe Filianoti*
Albert, Ángel Ódena
El burgomaestre, Jean-Philippe Lafont
Schmidt, Francisco Vas
Johann, Miguel Sola
Brühlmann, Silverio de la O
Charlotte, Sophie Koch/Sonia Ganassi*
Sophie, Auxiliadora Toledano
Käthchen, Maite Maruri

*Por vez primera en el Teatro Real.

Estrenada en alemán en la Hofoper de Viena el 16 de febrero de 1892 y en francés en la Opéra-Comique de París el 16 de enero de 1893.
Producción procedente de la Ópera de Fráncfort.
Marzo 19, 21, 22, 24, 25, 27, 28, 30, 31 y Abril 2, 3, 6.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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